Incendio intencional, disparos y amenazas
Una familia descubrió en la madrugada del domingo que habían prendido fuego la puerta de su casa. Aunque el siniestro no llegó a mayores, piden seguridad a la policía por otros ataques y amenazas sufridas en el último mes, que estarían relacionadas por problemas de pareja de una joven a la que están dando alojamiento provisorio.
Un incendio de características menores pero que engloba una compleja situación de amenazas y atentados, ocurrió este domingo a la madrugada en una vivienda ubicada en Balcarce 1015.
Allí vive la familia Galarza, compuesta por el matrimonio con una hija menor, y otra joven con su hijo también menor a quien le ofrecen alojamiento desde hace un tiempo. El domingo alrededor de la una de la mañana, todos se encontraban durmiendo en la vivienda cuando comenzó a prenderse fuego la puerta de entrada. La esposa de Galarza fue quien percibió el olor a humo y se levantó, descubriendo que la abertura de madera había sido incendiada.
Afortunadamente, el fuego pudo ser extinguido en forma inmediata y no se extendió a otros ambientes de la casa, pero la puerta quedó en gran parte carbonizada y la pared a su alrededor, tiznada de negro.
Los damnificados aseguraron que el hecho había sido intencional, porque habrían arrojado un elemento combustible sobre la puerta y luego encendieron fuego, y que no es el primer atentado que sufren porque hace poco más de un mes habían recibido amenazas similares. En esa oportunidad, descerrajaron dos disparos sobre la misma puerta y una ventana, que todavía conserva los orificios, y hallaron una carta en la que anunciaban “que quemarían la casa” pero aunque realizaron la denuncia, nadie fue detenido.
Las sospechas recaen sobre allegados a la joven que vive en esa casa y que intentarían que se mude del lugar. La joven confirmó que hace poco tiempo se habría separado de su pareja y desde entonces la recibió la familia Galarza porque no tenía donde vivir, pero a partir de ese momento comenzaron las amenazas y los problemas.
Más allá de las cuestiones personales, los moradores viven ahora atemorizados con lo que pueda ocurrir si continúan las agresiones, y se quejan porque la policía sólo concurre al lugar y toma la denuncia, pero no se toman más medidas.