“Humildemente pido disculpas por lo que pasó pero, yo también, fui una víctima”
Diez días después de recuperar su libertad, la imputada por el secuestro de Diego Bernardotti ofreció la primera y única entrevista a la prensa sampedrina. Dijo que está tranquila y que quiere radicarse en San Pedro, en la misma casa donde fue detenida hace cuatro años. Evitó dar detalles y precisiones en cuanto al menor, pero aseguró que ella fue víctima de la manipulación de Clide Pascual de Bernardotti. “Me gustaría que se hiciera una profunda investigación de la otra parte, como me la hicieron a mí. Para que todos sepan quién es la víctima realmente”, sentenció la mujer. Fuentes inobjetables ofrecieron además, datos sorprendentes aportados por Fusi.
El encuentro fue en un bar céntrico de San Nicolás. La entrevista había sido pactada a las cinco y media de la tarde del sábado, porque el bullicio de esa vecina ciudad ayudaba a envolver la reunión en el anonimato que ella pretendía.
María Mercedes Fusi estaba sentada del lado de la ventana, vestida de impecable camisa amarillo pálido y pantalones que traslucían cierta delgadez. El cabello corto, perfectamente planchado y de un rubio casi blanco, hacía que su imagen fuera inconfundible aunque estaba ubicada de espaldas a la puerta de entrada.
Cuando las periodistas llegaron mostró una sonrisa radiante. Con la misma amabilidad que, desde siempre, destacaban quienes la conocen, Mercedes agradeció el viaje y la paciente espera de la prensa para la obtención de esta nota.
No tardó en empezar a hablar, pero, primero impuso algunas condiciones. Era la primera vez que hacía declaraciones a la prensa después de cuatro años de encierro en el penal de la misma ciudad que, ahora, la refugia en libertad. No quería repasar los hechos, sino agradecer, contar sus anhelos y deseos. Y pedir disculpas, porque sabía que ése es el principal pasaporte que necesita para regresar a su casa y a su antigua vida en ese tranquilo barrio. Un deseo que adelantaba este semanario la semana pasada, cuando una persona de su círculo más íntimo hizo las primeras declaraciones y posibilitó este acercamiento.
“Yo también fui una víctima”
“Quiero agradecer a todas las personas que me han apoyado incondicionalmente en este trayecto que me ha tocado vivir en la vida, son varios, no voy a dar nombres. Ellos saben que los llevo muy profundo en mi corazón. Muchísimas personas que me lo han hecho saber, que han confiado en mí, aunque no me hayan visitado no importa, porque sé que han estado conmigo y eso para mí es mucho. Es todo”, dijo para empezar la mujer acusada de uno de los delitos más aberrantes que existen, el secuestro extorsivo de una persona menor.
“Pienso que a través de mi trayectoria, de la vida que he hecho en San Pedro, todos lo saben. Que no tengo nada porque todo lo mío ha sido muy transparente. Mi vida ha sido transparente. Y bueno, cada uno sabrá… Pero lo fundamental de todo esto es agradecer profundamente, muy profundamente a todas las personas que me han apoyado”.
“También si en alguna oportunidad se han sentido agraviados porque hubo un menor de por medio, pido disculpas. Humildemente pido disculpas por este chico que estuvo en el medio. Pero sí quiero decir que yo fui víctima. Fui víctima de otra persona, y me gustaría que esto llegara, que se hiciera una profunda investigación como me la hicieron a mí. Me gustaría que se hiciera para saber realmente quién es la víctima. Y saber si es tan víctima, esa víctima”, asestó la mujer de 51 años, antes de comenzar a contestar las preguntas de La Opinión.
“Para mí no ha sido nada fácil, pero hoy en día tengo la entereza necesaria, gracias a Dios. Quiero regresar a mi ciudad, a mi casa, tengo proyectos, cosas lindas, como para tener trabajo… integrarme a la sociedad, pero vuelvo a insistir, me gustaría que sea investigado profundamente esto, ya que yo fui una víctima. Creo también en la ley del hombre, esperemos que se cumpla”.
L.O.: ¿Qué es lo que hay que empezar a investigar ahora que está en libertad?
M.F.: Como me investigaron a mí, creo que hay que investigar la otra parte. Eso no está en mí, pienso que hay muchas cosas que no quedaron en claro. Lo mío se dio a conocer todo, no hay nada que quede sin investigar. Pero creo que hay muchas cosas más para investigar, muchísimas.
L.O.: ¿Tiene ganas de contar cómo empezó todo?
M.F.: En este momento no, simplemente es para agradecer a todas estas personas que me han acompañado, creo que toda la ciudad, sin decir, saben cómo ha sido la relación. Todos nos conocemos y sabían perfectamente la relación que tenía con la otra persona. Así que pienso que serán otros los que investigarán todo.
L.O.: No sé si se enteró en su momento, pero ¿qué sintió cuando tanta gente firmó para pedir no por su libertad, pero sí por una investigación más profunda?
M.F.: Me emocionó mucho, me emocionó muchísimo, no sé, de algunas sé, de otras no. Fue un poco como un reconocimiento de los años que viví en San Pedro, que participé y estuve integrada en la sociedad, ¿no?
L.O.: ¿Cuál es su sueño al margen de esta investigación, cómo quiere vivir, qué quiere hacer?
M.F.: Yo quiero regresar a San Pedro. Quiero tener una vida normal, quiero ser transparente como siempre. Quiero integrarme, quiero abrazar a mis amigos, tener un trabajo digno. Nadie está excepto de nada en la vida. Fue algo que tuvo que suceder, pero creo que ya se sabía de la amistad y las cosas que había de por medio. Pero bueno, eso que se investigue. Yo quiero volver y comenzar una vida nueva.
L.O.: ¿Qué tipo de trabajos le gustaría hacer si alguien quiere ofrecerle un trabajo? Qué cosas faltan para poder regresar a su vivienda?
M.F.: Es muy reciente todo. Yo no tengo ideología, lo hago todo con mucho… soy emprendedora, no tengo problema en hacer cualquier tipo de trabajo. Y lo que más quisiera es estar en mi hogar y estar tranquila. Y ser como fui siempre.
Esas son las perspectivas mías, no sé cuando pero pronto. Instalarme en mi casa, y lo antes que pueda. Y ya voy a tener una comunicación directa con todas esas personas.
L.O.: A través de familiares y amigos, nos llegaban noticias que más allá de la situación de encierro pudo desarrollar varias actividades y que la idea era hacer un proyecto propio, ¿lo tiene pensado?
M.F.: Gracias a Dios siempre fui muy emprendedora y no importaba en qué circunstancia estaba, siempre estaba generando cosas, nada me detenía. Pero ahora es muy reciente todo y todavía no tengo muy bien en claro. Bienvenida sea cualquier persona que me ayude. Pero no lo tengo bien definido.
L.O.: En algún momento dijo que pedía disculpas a la sociedad si alguien se había sentido molesto. Pero con respecto a las personas que presuntamente han participado de todo esto, ¿hay algo que les quiera decir puntualmente?
M.F.: No, no. Ya ellos sabrán. Cada uno sabe a quién me refiero y lo dejo a criterio de cada uno.
L.O.: Nos habían comentado que toda esta situación la ha acercado a la religión?
M.F.: El tema es mío, personal, pero mucha gente habló por hablar. La iglesia la visitaba mucho tiempo antes, por ese motivo tengo este matrimonio amigo (N. de la R.: los dueños de la casa donde vive Mercedes) y tengo otro más, a quien los quiero con todo el alma. Pero hace varios años, desde que vivía mi mamá.
L.O.: ¿Cuándo se van a conocer detalles que puedan ayudar a que la investigación marche?
M.F.: Yo pienso que los detalles los tienen que tener, fue público y todo el mundo lo sabe. No es necesario que yo los diga, no voy a hablar nada. La sociedad lo sabe. No voy a hablar porque para eso están los abogados.
“Branchini miente”
La principal causa por la que Mercedes Fusi no revela todos los detalles del secuestro no es el miedo.
Las personas que la rodean dicen que es una forma de preservar su tranquilidad, y la posibilidad de volver a su ciudad. Sin embargo, la recomendación de su círculo más íntimo, e incluso de un profesional que ha estado muy cerca suyo, es que de una vez por todas cuente su verdad, para que la sociedad la conozca. Y la entienda.
Por este motivo, es que una fuente inobjetable decidió revelar detalles hasta ahora desconocidos y comentarlos, adelantando lo que Mercedes Fusi dice que la Justicia no investigó todavía y que algún día ella confesará sin tapujos.
Una de esas cuestiones apunta a su supuesto cómplice y el otro único imputado en el caso, Oscar “Maradona” Branchini, porque habría dado una versión alejada de lo que en realidad ocurrió, asesorado por su abogado defensor. Repasando la declaración que éste ofreció a la Justicia, aseguró que había cometido el secuestro porque Fusi se lo pidió y porque él estaba enamorado de ella. “Lo hice por calentura”, le confió a La Opinión en ese momento. Pero en su testimonio deslindó responsabilidades de la madre del menor, porque dijo que no sólo el desconocía que pudiera ser la autora intelectual sino que apenas conocía a Clide Pascual por ser amiga de Mercedes. Los encuentros entre Fusi y Branchini se repitieron dentro de la unidad carcelaria durante los últimos cuatro años, porque el segundo estaba a cargo de suministrar agua caliente a los presos para que tomaran mate con sus visitas en la sala común para hombres y mujeres.
“Delante de un testigo, ella le preguntó cuando se lo encontró en la cárcel por qué había mentido y el le respondió: a mí me dijeron que declare eso”, aseguró esta fuente inobjetable.
Como se había comentado en su momento, la relación entre Fusi y Branchini tenía larga data, aunque Mercedes insiste en que jamás tuvo matices de romance. “El trabajó con su hermana, y cuando los padres de ella vivían lo llamaban para podar un árbol o hacer trabajos de ese tipo”, dice. “Pero la historia de amor la inventó, porque nunca hubo ningún acercamiento entre ellos”.
Entre otros detalles aparece el auto en el que supuestamente secuestraron al chico. Del interior del mismo, se habían secuestrado sogas y elementos que reforzaban la versión de Branchini sobre cómo se había concretado el secuestro. “El auto era de él, Mercedes no podía saber qué había adentro. Pero con este detalle alcanza: esa mañana, ella hizo varios trámites en el centro, fue a dos bancos, y cuando llegó el chico ya estaba en su casa. Total, todo iba a terminar al mediodía porque el padre del menor no sabía nada y a esa hora tenía que volver a la casa”.
“Ella estaba tranquila porque sabía donde estaba su hijo”
La principal dificultad para comentar detalles de la versión de Mercedes Fusi, es que la víctima es un menor y es imposible no involucrarlo en la situación de complicidad que relata la mujer.
Pero en el primer relato que ella hizo ante el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo, aseguró que jamás maltrató al niño ni le suministró ningún sedante.
“Ella (por Clide Pascual) estaba muy tranquila, porque sabía donde estaba su hijo. Organizó todo, lo que ocurrió fue que cuando avisó a su familia, su hermano quiso llamar a la policía y no pudo frenar lo que vino después”, reconoció la misma fuente.
La versión de Mercedes Fusi habla de una situación de manipulación muy grave que sólo podría explicar un profesional de la psicología o la psiquiatría, pero la mujer no sólo la acusa de ser la autora intelectual del secuestro sino que asegura que “el chico ofreció la versión tal como ella se lo indicó”.
Y relaciona todo con una cuestión económica que se desencadenó y la arrastró en una locura que luego sería caratulada por la Justicia como un secuestro.
Por eso insistió en varias oportunidades para que la Justicia las enfrentara en un careo, pero nunca lo obtuvo.
“La madre del chico siempre estuvo vinculada con fraudes, con estafas. Después de declarar ante Villafuerte Ruzo, a Mercedes la convocaron para declarar por una causa del Banco Nación de Ramallo contra los Pascual. Hay miles de historias para contar que conoce todo San Pedro y que algún día quizá se contarán, sobre todo si continúa esta historia del juicio civil que ahora le iniciaron a Mercedes”, dice esta persona allegada.
Todavía Mercedes Fusi no relató el paso a paso, de cómo se gestó ese día en el que su vida cambió para siempre. Pero su testimonio preliminar sigue siendo claro: lo hizo para cobrar un dinero que la madre del menor le debía. Agobiada por sus dificultades económicas, porque había solicitado un crédito bancario que no podía pagar, aceptó la propuesta de embarcarse en una extorsión que terminó complicándola para siempre.
Ahora, cuatro años después, mantiene la misma deuda. Pero dice que está gestionando la forma de pagarla con su propio trabajo cuando pueda reinsertarse en la sociedad.
Y no pierde las esperanzas de que su verdad, en un futuro no tan lejano, reciba el mismo apoyo de la Justicia que hasta ahora sólo tuvo de una gran parte de la sociedad.
La vida en la cárcel
El pasado jueves 28 de Septiembre fue uno de los días más importantes en la vida de Mercedes Fusi porque abandonó definitivamente el pabellón de mujeres de la Unidad Penal Nº 3 de San Nicolás.
En ese enorme edificio dejó algunos recuerdos que seguramente desea olvidar, pero también amistades que rescata como el lado positivo de la experiencia. Entre las más de 20 compañeras que la acompañaron en los cuatro años de reclusión, recuerda a algunas sampedrinas como Natalia Juárez, acusada de utilizar a su hijita para ingresar droga al penal, y a Soledad Merlo, otra joven imputada en un homicidio.
Y en forma especial, a los docentes que la acompañaron en el trayecto para terminar la secundaria que inició con tanto entusiasmo, que terminó siendo la primer abanderada femenina de la escuelita. “Es un equipo impresionante de profesionales que están dirigidos por el profesor Miguel Fagnano”, dijo a La Opinión.
Haciendo un balance de los días de encierro, Fusi prefiere que el saldo siempre sea positivo. “Siempre me integré, para ayudar. Y en última instancia funciona como una gran familia”, dijo asegurando que “siempre reinó el respeto que es lo más importante”. Por supuesto que será inolvidable el día en que se marchó. “Me estaban despidiendo desde hacía un mes. Pero igualmente ese momento fue muy fuerte”.
[b]Próxima Entrega:[/b] El reportaje a Mercedes Fusi, dejó varias cuestiones que merecen ser chequeadas con responsabilidad por este medio. En la próxima edición serán publicados algunos detalles que echan luz sobre los entretelones del caso policial más resonante de los últimos años.