“La Radio no se ve”, encabezaba una nota en “La Opinión Semanario” hace unos meses, como decía Lalo Mir en antiguos programas radiales. La radio siempre me acompañó; no me refiero a ninguna en particular, si no que me refiero a ese artefacto que emite sonidos, palabras, música, decires y opiniones.
La radio, como la música en sí, salva vida que la gente que está detrás de los micrófonos se imagina.
Empecé a pensar en escribir sobre esto, pero resulta que es más que nada sobre una historia propia, que de la radio en sí. Entiéndase, es “mi historia” con la radio, en fin… recuerdo oír de niño “El rotativo del aire”, de radio Rivadavia o el “hay más informaciones para este boletín”, de Radio Colonia, los sábados a la tarde “Música para recordar”, de Mochín Marafiotti; Guinzburg y Abrevaya en las mañanas; en la madrugada, Dolina en “Demasiado tarde para lágrimas”, con Stronattti, este último emblema da la radiofonía y bicho raro si los hay, lo fui a ver en el año mil novecientos, creo que 88, viviendo yo en Buenos Aires y relativamente cerca del canal “ATC”, Hacía SU programa da radio, tal cual ¡pero en la tele!, una vez por semana. Duró poco, era imposible trasladar la radio a la tele, la radio no se ve.
Terminaba ese programa y empezaba, “Imagen de Radio”, a ese estudio fui a ver si lograba entrar. Eran otras épocas, carnet de “Prensa” apócrifo mediante (mi madre era fotógrafa y entonces lo obtuve, igualmente mis 14 años de edad, sobretodo en la cara, me delataban), allí estuve y saqué varias fotos que aún conservo del gran Badía.
Lo raro de todo es que los dos programas que fui a ver a “La Tele” eran programas de radio. A eso venía todo este cuento: Lalo es indudablemente (para mi generación), para los que teníamos acceso a “La Rock and Pop” por ser de “FM” y escucharse solamente en capital y Gran Buenos Aires, “el gran referente”. Ídolo y no sé qué tanto más. “Radio Bangkok”, 1986, 87, 88. “Buenos Aires, una divina comedia”, con Elizabeth Vernaci, su ida a Radio “FM Del Plata” unos años después, con programa y con cargo de “Gerente de programación”, allí se fue con una troupe. También Mario Pergolini tuvo sus momentos de gloria en la radio, en algún momento compitiendo en horario con Lalo, dicho por el mismo “su maestro”.
Resumiendo, la historia es que el año 2006 me encuentra viviendo en San Pedro. Paradoja o no, la ciudad natal de Lalo. Fiel a mi estilo de escuchar radio (mucha) y música (mucha, mucha) y NO VIENDO tele (siempre me dio sueño), descubro “La Radio 92.3”, me gustaban las mañanas “descontracturadas” de “Sin Galera”, básicamente se contagiaba el espíritu del programa. Estuviese quien estuviese en diferentes momentos.
Lo increíble de la tecnología de estos tiempos de poder interactuar y opinar (mediante sms o mensajes grabados). También por el hecho de estar en una ciudad “chica” se pueda interactuar de esta manera, sembrando discusiones de algún tema que derivaban en cualquier cosa o simplemente parar pedir canciones, a veces relacionadas con algún tema en cuestión y otras veces no, no lo sé.
Escucho Bravo.Continental, escucho la tarde de “La Radio” para estar al tanto de lo que sucede aquí, en “Mi ciudad” por opción.
Pero la verdad es que se extraña el programa de la mañana. La radio hace a la mañana y la mañana hace a la radio. Quizás uno a la mañana está más predispuesto a escuchar, no lo sé. La realidad es que se extraña la mañana, se extraña la Mañana de “Sin Galera”.
Todo venía a cuento de esto: “un poco huérfano de radio”. Saludos.
Pancho (del 1,6,2,)
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