Hoy dictan sentencia en el Caso Rojas
Hoy a las diez de la mañana se conocerá el fallo de la Justicia sobre la muerte de Gonzalo Rojas. El Fiscal pidió perpetua para el policía Luis Castañares, en caso de que el Tribunal considere que se trata de un Homicidio Calificado y cinco años de prisión efectiva y diez de inhabilitación, si se lo considerase Homicidio Culposo.
En la mañana de hoy se conocerá el fallo de la Justicia con respecto a la muerte del joven Gonzalo Rojas, quien recibió un disparo por la espalda cuando huía por los techos de una panadería ante la presencia policial.
No caben dudas de que se trata de uno de los episodios que más se recordarán en la ciudad, pues debido a sus características dividió a la opinión pública. A las 10.00, el Dr. Ricardo Ramos leerá la decisión del Tribunal, que cuenta con la sampedrina Regina Cucit como integrante.
El policía Luis Castañares es el único implicado y, tras los alegatos presentados en la segunda jornada del juicio, la querella pidió Reclusión Perpetua si se tratase de un Homicidio Calificado, o una pena de cinco años de prisión y diez de inhabilitación si se considera que fue Homicidio Culposo.
Las exposiciones de las partes se leyeron en una sala repleta de público. En una esquina, la mamá de Gonzalo Rojas y su hermana, ambas con una imagen del joven colgada sobre el pecho, escucharon y lloraron tras los alegatos; mientras tanto, un importante número de personas se trasladó hasta San Nicolás en apoyo de Luis Castañares y toda su familia. Vecinos, amigos y hasta policías acompañaron la jornada.
Alegatos del Fiscal
El Dr. Ariel Tempo, Fiscal de la causa, fue quien leyó los alegatos y pidió condena para el policía Luis Castañares. A su lado, el Dr. Dedominici y Fabián Rojas, con una foto de su hijo Gonzalo colgada sobre el pecho, escuchaban los argumentos de quien tuvo a su cargo la investigación.
Tras narrar los hechos sucedidos la noche del homicidio, el Fiscal consideró que “la autoría surge debidamente comprobada”, puesto que Castañares “admitió la producción de un disparo sobre los techos durante el procedimiento” y que “las personas (que se encontraban en el lugar en ese momento) no tenían actitud hostil ni estaban armados”.
Consideraron “sospechosa” la actitud de Castañares, producto de su relato de los hechos y la contraposición con los de los policías Llul, Tarragó y Monsterio, que estaban esa noche junto al acusado, y los dichos del Capitán Peralta, superior suyo en ese momento.
“Omitió referir a sus superiores y al personal de investigaciones que había efectuado un disparo con su arma. Sólo lo hizo después, y afirmó que a Tarragó y Llul les dijo que se le había escapado un tiro. A Peralta le dijo que sólo Llul disparó. Recién cuando ordenaron secuestrar su arma, refirió que se le había escapado un tiro. Su accionar inspira desconfianza”, alegaron.
El Fiscal adujo que con estos elementos tiene “acreditada la intención de disparar y dar en la víctima”. “Hay evidencia y virtualidad suficiente para señalar el caso como delito calificado: ilícito en abuso de sus funciones”, afirmó. De manera subsidiaria, encuadraron el hecho en “homicidio culposo”: causar la muerte a otro de manera imprudente, pues aseveraron que Castañares “efectuó el disparo al no tomar precaución y actuar de manera imprudente. Su relato prueba que viola normas de precaución básicas para agentes de la policía. El arma sólo debe reservarse para casos extremos. Fue imprudente al emplear el arma, negligente al no tomar las precauciones necesarias”.
Mirando de frente al acusado, espetó:”De haberse respetado las reglas básicas para el uso de armas que la sociedad entrega a la responsabilidad de los agentes de la fuerza pública, ahora no se lo estaría culpando del hecho”. Ya sobre el final de su exposición, Tempo agregó que el acusado carecía de antecedentes y tenía un buen concepto en su medio social, como atenuantes. Pidió pena máxima –cadena perpetua– por si se tratase de un Homicidio Calificado, o una pena de cinco años de prisión y diez años de inhabilitación si se considera que fue Homicidio Culposo.
El Fiscal afirmó que puede concluir que el imputado mintió, pues Tarragó declaró que al tiempo que escuchó la voz de alto de Castañares, escuchó un disparo. Cuando bajó, el acusado le contó espontáneamente del disparo escapado y dijo que “no creía” que haya herido a alguien. Lo mismo le relató a Llul. “Boludo, le pegaste”, dijo Llul; “No sé”, respondió Castañares.
“Adoptó una postura de víctima. Jugó al Rambo y le salió mal. La sociedad y la institución no quieren el gatillo fácil. No es creíble que el comisario no lo haya inquirido sobre el particular cuando le confesó que había disparado”, argumentó Tempo.
Para finalizar su alegato, el Fiscal dijo: “Es necesario revertir la imagen del joven Rojas, porque lo hicieron aparecer como mala persona para salvar el mal accionar de la policía, y no es así, estudiaba y trabajaba. No se justifica de ninguna forma lo que hizo el imputado, que se atrevió a decir que tenía destrozada su familia”. Mirando a los ojos de Castañares, lanzó: “Fue por lo que usted hizo, señor policía”.
Alegatos de la Defensa
El acusado Luis Castañares ingresó a la sala acompañado por su abogado, el Dr. Hugo Lima (h). Con un impecable traje gris, camisa blanca y corbata roja, barba y pelo largo, se sentó a la izquierda del abogado, cruzado de brazos, por momentos agachando su cabeza, como mirando al piso y muchas veces con el rostro encendido por las lágrimas contenidas.
Lima comenzó su alegato pidiendo la absolución de Castañares: “No se acredita de quién fue el arma, ni quién efectuó el disparo. En caso de dudas, se debe estar del lado del procesado. No hay pruebas de que su disparo sea el que dio en el occiso”. “Creemos que no está acreditada la materialidad delictiva. La víctima debió estar parada y el que disparó en posición inferior. Montó el arma en defensa de su integridad y se le disparó por un accidente. Hay imposibilidad física de que haya sido su arma el que disparó”, argumentó.
Lima defendió el accionar de su defendido, sosteniendo que en San Pedro todos conocían la “ferocidad de los integrantes de la banda de la Coopser” y consideró que “hasta un menor de 13 años es peligroso y puede poner en peligro la vida”. “Se ignoraba si tenían o no armas, por lo que (Castañares) decidió actuar como en casos de procedimiento peligroso: de noche, oscuro, en un barrio asolado por una banda… ¡Debía llevar el arma montada! No hay negligencia. Había un robo en vías de ejecución. La sociedad reclama mejores actuaciones de la policía y eso es lo que ofreció mi cliente”, argumentó el Defensor.
Sobre la posibilidad de que el Tribunal considere Homicidio Culposo, Lima adujo: “No hay negligencia, el accidente geográfico del lugar ocasiona el disparo. El uso de la fuerza debe ser proporcional a la amenaza. Llevaba el arma en la mano porque había amenaza para su vida. No hay quebrantamiento legal, se disparó no porque quisiera, sino por un acontecer extraño e inesperado, que de no haber estado el occiso en propiedad privada y a punto de cometer un ilícito no hubiese pasado nada, porque no lo conocía ni tenía animadversión de ningún tipo contra él. Estaba arriesgando su vida para nosotros, la sociedad. Estaba en un lugar peligroso y ante personajes aún más peligrosos. Se sabe que los ladrones desean matar a la policía sólo por serlo, por lo que saben que su vida está siempre en peligro. Debía ir prevenido porque su vida estaba en riesgo”.
Para la Defensa, no está acreditado que la muerte de Rojas haya sido producida por el arma de Castañares, por lo que pidió absolución por el homicidio calificado. En caso de que el Tribunal desestime el Homicidio Calificado y decida resolver sobre la figura de Homicidio Culposo, Lima pidió también absolución al considerar que el disparo del arma de su defendido “fue accidental”. “Acá no hay gatillo fácil”, aseveró el abogado. Con esos alegatos y razones probatorias, el Tribunal determinará las responsabilidades del único implicado de los cuatro policías que participaron del operativo la noche en que se produjo el homicidio.