Naty, mamá de Juanita, compartió la historia de su hija, quien este año atravesó una cirugía de gran complejidad en el Hospital Garrahan:
"Ella es Juanita, tiene 4 años y vive en San Pedro. Hace dos años de casualidad y milagrosamente presentó un ´ruido´ al ser consultada por su pediatra de cabecera. Lo que generó luego de un ecodoppler, una internación urgente que dejó al descubierto una hipertensión feroz.
Llegó a medir el mismo día que fue ingresada a la sala, 220 cuando una niña de su edad debería tener entre 90 y 100. Estuvo internada todo el fin de semana largo del 25 de Mayo del 2023 en San Pedro y el lunes a primera hora nos llevaron en ambulancia al hospital Gutiérrez en CABA. Luego de más de un mes de internación y muchísimos estudios, llegaron al diagnóstico: coartación de aorta media. Algo muy poco frecuente, no por la coartación en sí, sino por el lugar donde se presentaba (entre el corazón y los riñones).
Ahí nos informaron que la única solución era quirúrgica, pero ahí no se iba a poder operar por la complejidad de la operación. Se necesitaban especialistas cardiovasculares, nefrólogos y urólogos cirujanos. En septiembre del 2024 viajamos por primera vez con Juanita y su papá al Garrahan, ahí nos habían derivado desde el Gutiérrez. Nos recibieron dos doctores muy jóvenes en cirugía cardiovascular y nos explicaron muy pacientemente (y con dibujito de por medio) la complejidad de la operación.
Salimos cómo si nos hubieran tirado un balde de agua helada. Era mucho peor de lo que imaginábamos y había posibilidades de que no saliera con vida de la intervención. Finalmente, entró a quirófano el miércoles 14 de mayo. Luego de 7 horas salió el mismo doctor que nos había explicado de los riesgos de la operación a decirnos que nos quedemos tranquilos que había salido todo bien y estaban muy conformes con el resultado.
Le hicieron de todo, le sacaron un riñón, le reimplantaron el otro, le corrieron el vaso de lugar, le cortaron una parte de la aorta y le pusieron un parche, le limpiaron las arterias. Luego de 10 días recibimos el alta. Hoy, 30 de Mayo, hace una semana que estamos en casa. Este relato viene a colación de lo que está pasando en el hospital Garrahan y es parte de nuestro testimonio.
Les debemos ni más ni menos, la vida de nuestra hija. Vimos con nuestros propios ojos la labor inmensa que hacen los residentes día a día. Son los que están ahí, en jornadas interminables, poniéndole el cuerpo a situaciones extremas, de vida o muerte, Dónde no hay margen de error. Muchas veces sin dormir, sin comer y con sueldos que son una burla.
De este gobierno sinceramente, no espero nada, pero sí de la sociedad. El Garrahan atiende a cientos de chicos todos los días, de todos los puntos del país. Es un emblema y un orgullo nacional. Sinónimo de prestigio, de dedicación. Es el lugar que vas a querer que ´caigan´ tus hijos si tienen un problema de salud. No permitamos que lo vayan destruyendo de a poco".
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