Hospital “el hogar olvidado”
Es difícil comparar decadencia con negligencia y frialdad con incapacidad, pero todo se mezcla en esta cruel realidad, cuando las malas condiciones de infraestructura, la falta de insumos y el abandono, son el marco de nuestra salud pública. No es este el momento adecuado, al menos para mí, de sumar quejas ni reclamos, aunque no quisiera elegir entre “olvido y memoria” Mi objetivo primordial es hacer público el agradecimiento a “ese” grupo de personas del hospital, que en su ardua tarea de curar a los ciudadanos brindan una atención humana privilegiada, como pueden y con lo que tienen (que es poco). La contención y la predisposición fueron las cualidades más destacadas en el transe que me toco atravesar durante la internación de mi padre; pero en las situaciones difíciles es donde aflora la verdadera esencia de cada persona, por tal motivo quiero detallar mi agradecimiento: Partiendo de la telefonista del 101, al personal de ambulancia, las cocineras, lavanderas, como al cuerpo completo de la guardia quienes poseen una preparación y una calidad humana inigualable; a todas las enfermeras que con escasos recursos realizan pacientemente su tarea y engrandecen su vocación; al sector administrativo que jamás olvida el ámbito en el que están trabajando colocándose a la altura de las circunstancias; al cuerpo completo de médicos por el mano a mano, al Dr. Rowlands (Guardia) por su solidaridad; al Dr. Krebs por el respeto, la preocupación y ocupación; y una distinción especial para el Neurocirujano Dr. Bertolicio de la ciudad de San Nicolás, que sin ser parte del Hospital mostró una gran predisposición y colaboración ante la emergencia. Debido al espacio, pido disculpas por no individualizar los agradecimientos, pero cada uno de los que estuvieron cerca nuestro, supo colaborar desde su lugar de la mejor manera para alivianar lo burocrático. Luciana Cnokaert DNI 25.816.588