Quiero contar una parte de mi odisea junto con mis hijos. Yo me fui de mi hogar por los reiterados maltratos recibidos durante años, con la ilusión de recibir ayuda y la esperanza de darles una mejor vida a mis hijos, porque ese siempre fue mi sueño.
Ahora me encuentro sola a la buena de Dios que nunca me ha abandonado. La gente siempre me dijo que yo era una mala madre, que es mi culpa lo que me pasa y que me gusta estar en esta situación, pero yo les pido que vean cómo son las cosas realmente, porque nunca me imaginé esto de andar rondando de casa en casa sin ninguna solución concreta. Un día en un hotel, al siguiente en un instituto y luego en la casa de algún pariente para nuevamente volver a un hotel y así sucesivamente, cuando yo en realidad lo que pedí fue que me ayudaran con chapas y materiales, los cuales compraría, pero lo principal es poder construir un techo para mis hijos. Ya me parezco a un títere que va de un lado a otro y me manejan como a un muñeco. Pienso en los chicos que están anotados para la escuela y podrían empezar a ir, mientras tanto sigo en vueltas, en el trabajo no sé si me darán el tiempo que necesito y para colmo de males me quitaron la moto que era con lo que me movilizaba. La Uceff me dice que ya hicieron lo que pudieron por mí y por mis hijos, que ahora es mi turno de hacer las cosas. Yo quiero demostrar que cuando se quiere se puede, solo necesito lo elemental y básico para enderezarme y mostrar que una mujer sola puede salir adelante con sus hijos, ya que cansada de pasar necesidades he aprendido a trabajar de muchas cosas: la recolección de camote, naranja, limón y calabaza, como así también dama de compañía y hasta perseguir hormigas para ponerles veneno. Mi último empleo fue en una empresa textil haciendo delantales escolares… mientras, miro a mis hijos y me apena tenerlos así, con lo puesto nada más.
El que lee esta carta puede decir “a mí que me importa”, que “cada casa es un mundo”, por eso quiero contar cuál es mi mundo y el de mis hijos, y pedir perdón si molesto a alguien con mi historia.
Tengo 5 hijos menores de edad, la mayor tiene 16 años y la más chiquita tres; pido perdón a quien crea que utilizo a mis hijos para conseguir algo pero no es mi intención; es sólo un sueño, como dice mi hija de 13 años: “Mami, vos vivís soñando que podamos vivir en paz”, y el mayor me dice que él trabajará para poder comprar una casita para todos.
Gracias por este espacio.
Luján Cáseres
DNI. 25.816.936
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