Hidráulica intimó al Náutico para que cierre el canal porque “es clandestino”
La autoridad del agua provincial declaró la “clandestinidad” de la obra de canalización que el club comenzó en 2012. Le exige que restituya el terreno a su estado anterior y advierte que, vencidos los plazos, lo harán desde la Provincia, a costa de la institución. El Gobierno municipal había denunciado en Hidráulica y la oposición en la Justicia.
A casi dos años de que el club Náutico comenzara la apertura de un canal en la zona lindera de esa institución con el Paseo Público, y tras las polémicas públicas sobre la legalidad de la obra, la Dirección de Hidráulica provincial se pronunció: declaró la clandestinidad e intimó a que restituyan el terreno tal como estaba.
Con fecha 13 de mayo, una carta documento firmada por la titular del Departamento de Gestión de regiones de la autoridad del agua, Zinaida Gonulenko, y el director de de usos y aprovechamiento del recurso hídrico, Guillermo Jelinski, informó a las partes la decisión.
La resolución de Hidraúlica provincial es clara y taxativa: declara la “clandestinidad de la obra de canalización detectada en un predio identificado catastralmente como Paseo Público N° 1 de la localidad y partido de San Pedro”.
Pero no sólo ello. Además, intima al club Náutico a que comience con “los trabajos tendientes a restituir el terreno a su estado natural o anterior” y establece plazos. La obra deberá ser ejecutada en diez días, tras los que deberá comunicar al Gobierno provincial la culminación de esas tareas.
Para el caso de que el club no cumpla, Hidráulica previó en su resolución que serán “ejecutados por este organismo por sí o por terceros”, a costa del Náutico y con la posibilidad de requerir al auxilio de la fuerza pública, de ser necesario, amén de las sanciones a las que se expondría la institución en ese caso.
Contra la arbitrariedad
“El canal está abierto y no tiene vuelta atrás”, dijo en su momento el Comodoro (máxima autoridad) del club Naútico, Marcos Arana. “Que vayan a la Justicia”, agregó. Fue cuando en junio de 2012 este semanario publicó por primera vez las obras, que el entonces Secretario de Obras Públicas Pedro Restelli calificó de “clandestinas”.
Desde entonces, pasaron muchas cosas. Hubo reuniones para acercar a las partes y procurar una cesión del predio, atentos a la necesidad del club de abrir un canal alternativo al que tenían frente a la dársena, y cuyo mejor lugar era ese, sobre el Paseo Público.
La polémica fue importante y hasta hubo una denuncia en la Justicia por parte del concejal Mario Sánchez Negrete, luego de un pedido de informe presentado por su bloque para que el Ejecutivo diera cuentas de qué acciones había implementado ante lo que fue considerado como “un atropello” por parte de las autoridades celestes.
Dos años después –y con disputas entre concejales y funcionarios sobre qué había que hacer –, los pasos administrativos tuvieron resolución, con el dictamen de la Dirección de Hidráulica.
La defensa del club
Durante el desarrollo del expediente, el Náutico fue más discreto en sus declaraciones oficiales ante la autoridad del agua de lo que fue su Comodoro o el abogado José Benito Aldazabal, quien dijo a este semanario que “el club siempre tuvo posesión y ejerció todo tipo de actos posesorios y mejoras sobre esas tierras” y que la apertura del canal fue “pública y notoria”.
Como no había actuaciones que dieran cuenta de la tarea en la Provincia, la Dirección de Hidráulica requirió mediante carta documento que el club Náutico acreditara ante ese organismo la autorización correspondiente y toda otra documentación que permitiera conocer las características técnicas de la obra.
La respuesta fue que desconocían a qué predio se hacía referencia e informaban que no habían realizado “obra alguna en predio ajeno y/o perteneciente al Paseo Público Municipal, ni tampoco realizó o está realizando obra alguna que afecte a terceros o al medio ambiente y/o que haya afectado o afecte el recurso hídrico de la provincia”, por lo que les resultaba “materialmente imposible adjuntar lo requerido”.
Más allá del reclamo posesorio del club sobre el terreno, no podrían desconocer de qué predio se hablaba ni que deberían contar con el estudio de impacto ambiental, obligatorio para cualquier proyecto de estas características.
“El club reclamará derechos posesorios, pero eso lo tienen que hacer en la Justicia, no por la fuerza”, había apuntado Sánchez Negrete.
La ruta del expediente
En la Provincia, el caso comenzó en 2012 con la denuncia de Restelli y el asesor letrado José Macchia, y tuvo desde entonces una serie de agregados, que incluyó una constatación in situ por parte del Gobierno, en compañía de una Escribana local, que dio cuentas de la apertura del canal.
La zona donde tuvo lugar la obra es considerada isla de origen aluvional, es decir que se trata de un “acrecentamiento de tierra que en forma paulatina e insensible reciben las heredades colindantes con cursos de agua, lagos o mares, por efecto de la corriente”.
Allí está citada la resolución del Concejo Deliberante que impulsó la exconcejal Noemí Bordoy, aprobada por unanimidad y con apoyo del Ejcutivo, que solicitó la incorporación de las islas aluvionales al catastro provincial y que luego pasen al patrimonio municipal.
Ese proyecto dio lugar al Programa de recuperación eco turístico cultural sostenible del río Paraná, que en algún momento tuvo al Gobierno de Guacone concentrado en pensar el desarrollo de la zona costera desde el punto de vista del acceso público, propuestas que quedaron en veremos desde que la crisis económica fue evidente e imparable.
Vencidos los plazos que Hidráulica consideró pertinentes, “sin que el intimado haya acreditado la autorización de la obra por organismo competente y habiéndose otorgado oportunidad de ejercer la facultad de defensa”, la autoridad del agua decidió declarar la clandestinidad de la obra e intimar a realizar los trabajos necesarios a fin de restituir el terreno a su estado natural o anterior, según corresponda.