Hay basura bajo el alambrado del Tiro Federal
Los conflictos entre la comisión del Tiro Federal y el concesionario del predio, terminaron en denuncias cruzadas por la instalación de un alambrado. Por algún motivo continúan ocultando las irregularidades cometidas desde que dejó de utilizarse el polígono.
La costa sampedrina tiene otra batalla pendiente. A la segunda batalla de Obligado, se suma la del Tiro Federal. La historia y las normas señalan que ese maravilloso predio, tiene una concesión a perpetuidad, siempre y cuando se desarrolle en el lugar la práctica de tiro, en el polígono que hoy luce abandonado y lleno de yuyos.
A principios del siglo pasado, el castillo original y la zona de barrancas resultaban el lugar ideal para el emprendimiento deportivo de precisión y las prácticas de fuerzas de seguridad. Cuando las décadas pasaron y el Intendente Farabollini entendió que la ubicación del Tiro, debía comenzar a pensarse en base al crecimiento turístico y de los clubes. Por entonces, el lugar comenzó a ser utilizado como un predio para la práctica de golf a partir de la iniciativa de vecinos que habían comenzado con la urbanización del barrio, sobre las barrancas. Varios negociados expulsaron a los genuinos habitantes de la zona que se asentaban en terrenos fiscales y poco a poco, casi como en la actualidad, los loteos se pusieron de moda. Hoy el barrio es uno de los más caros por metro cuadrado del Partido de San Pedro.
El tiempo pasó y la comisión del Tiro fue menguando en cantidad de socios, hasta que de la mano de Juan Carlos Machicote, desembarcaron los miembros de la comisión de rugby de Los Biguá.
Afianzados en la conducción de la entidad y permitiendo la prosecución de las prácticas, el polígono fue perdiendo actividad.
Calvet y Armellini
El ex Secretario de Obras Públicas durante las gestiones de Sánchez y Barbieri, Roberto Calvet, junto al empresario Gustavo Armellini, se acercaron al lugar para proponer una tímida explotación turística, consistente en abrir un restaurante y servir desayunos al aire libre. Tiempo después y por motivos que se desconocen, Armellini se retiró de la sociedad y fueron los hermanos Marcelo y Roberto Calvet, quienes quedaron a cargo del predio. Nada de lo que se hizo pudo estar al margen de la Comisión del Tiro y es importante tener en cuenta que la llegada de nuevos turistas fue ampliado el horizonte para una concesión que se había firmado por quince años con posibilidades de renovación. Se construyó la pileta, los bungalows sin planos aprobados pese al cargo que ocupaba el Ingeniero y comenzaron las irregularidades buscando testaferros para tercerizar los servicios. La historia que fue revelada por La Opinión, cuando Calvet seguía desempeñándose en la función pública, terminó como tantas otras cuestiones. Fue la propia Comisión del Tiro la que no movió ni las pestañas cuando supo que el predio en cuestión era explotado por un señor de apellido Ledesma quien trabajaba de jardinero en el lugar. Como si fuera poco, no había facturas y las pocas que se hacían estaban registradas dentro del régimen de monotributo. De Ledesma la titularidad pasó a otro empleado de apellido Durán. Tampoco eso fue motivo para que la Comisión reclamar su derecho a decidir sobre su propio lugar. “Mientras no molesten el rugby y nos mantengan la cancha, todo bien” decía uno de los conspicuos miembros de la comisión como si esa porción de barrancas que pertenece al patrimonio de los sampedrinos pudiese utilizarse para cualquier fin.
Ni el Municipio ni los organismos de contralor intervinieron. Sólo un proyecto de Ordenanza del Concejal Abel González, apenas asumió su gestión se ocupó del tema de las concesiones vigentes en las barrancas.
Alambre, armas y esquizofrenia
Desde hace poco más de dos semanas, los jugadores del equipo de Los Biguá comenzaron a ser perseguidos por el personal de seguridad del camping, toda vez que ingresaban al lugar donde se encuentra el castillo y los vestuarios del plantel. Hasta dicen que les fotografiaron las patentes de sus autos. La novela terminó mal.
Los más reconocidos rugbiers sampedrinos actuaron por mano propia y procedieron a retirar el alambrado que había sido colocado por el concesionario e impedía que los jugadores ingresaran al campo de juego. Todo, en medio de llamados a la policía y denuncias por robo por parte del Sr. Calvet.
Así, el Sábado por la mañana, el abogado del Club, Dr. Nicolás Macchia calificó de “esquizofrénico” a Calvet, por haber denunciado entre otros a Ramognino, Rolfo, Pérez, Gómez Donovan y miembros de las divisiones mayores. El escándalo prometía ribetes excepcionales y tal vez una explicación a la sociedad por el permanente arrebato de los espacios públicos, pero la calma predominó en las negociaciones del fin de semana. Según una fuente altamente calificada el concesionario había dado la orden de instruir al personal de seguridad para que permanezca armado frente al alambrado, motivo por el cual se decidió volver a la situación anterior, permitir que las prácticas se sigan realizando con normalidad y posponer la iniciación de acciones legales hasta el mes de Febrero, tras la feria judicial. Era esa también la única manera de levantar los cargos que presuntamente se habían realizado en la fiscalía no solo por la apertura del alambrado sino por robo, algo que ninguno de los participantes está dispuesto a tolerar.
La basura bajo el alambrado, sigue sin salir a luz. Por algún motivo no todos dicen toda la verdad. Este medio que ha publicado cada irregularidad cometida, ha quedado en difícil situación ante otros hechos perpetrados en espacios públicos. Hoy por hoy, casi todas las concesiones y usurpaciones que se han realizado en la zona costera sirven como antecedente para convalidar todo tipo de apropiación y la ciudadanía no parece dispuesta a reclamar que se le devuelva el edificio histórico y el predio libre de ocupantes para su uso cultural y recreativo. Una más y van…