Hasta que no esté el ADN, el cuerpo de Nicolás Castillo no será entregado a su familia
A casi un mes de su hallazgo y dos de su desaparición, el cuerpo de Nicolás Castillo no fue sepultado y está resguardado en depósito por orden judicial. Una vez que concluyan las pericias y exámenes de ADN su familia podrá sepultarlo, si es que los resultados son positivos. Estarán recién en abril.
Mientras la familia del joven Nicolás Castillo, de 20 años, hallado sin vida en cercanías del río Arrecifes un mes después de su desaparición, reclama por la entrega del cuerpo, la Justicia determinó que eso sucederá una vez que concluyan todos los peritajes y análisis efectuados durante la búsqueda y la posterior aparición del cuerpo.
Como adelantó La Opinión, una vez concluidas las tareas en la Asesoría Pericial de San Nicolás, la Fiscala Viviana Ramos resolvió mantener el cuerpo en depósito hasta tanto concluyan todas las tareas encomendadas, medida que avaló el Fiscal Marcelo Manso cuando regresó de sus vacaciones y se hizo cargo nuevamente de la investigación.
Otro de los reclamos de la familia fue la negativa a la exposición del cuerpo para su reconocimiento. Desde la Justicia les explicaron que no se les permitió por el estado en que se encontraba el mismo.
Si bien a la madre se les exhibieron los retazos de una remera de color azul que Castillo llevaba puesta, como para que pudiera identificar a su hijo, se aguardarán los resultados de ADN que confirmen o no que el cuerpo hallado es el del malogrado joven.
Las probabilidades de que los resultados sean positivos son muchas pero la Justicia aguardará la exactitud de los peritajes para estar seguros de lo que se les entregará a la familia. Sólo el ADN permitirá la entrega del cuerpo, independientemente de los resultados que arrojen las tareas realizadas en torno a la causa.
Además de las pruebas de ADN y todo lo que esto genera, también se aguardan los resultados de los demás peritajes efectuados a lo largo de la investigación, los que se ordenaron mientras Castillo estaba desaparecido y los que se efectuaron una vez que se encontró el cuerpo.
En primera medida sería determinante saber con precisión si la sangre hallada en el patio de la casa de la familia Castillo, en Río Tala, corresponde a una persona.
La familia sigue sosteniendo que las manchas son de una gallina aunque los primeros reactivos efectuados sobre los rastros recogidos dieron positivos respecto de su condición de humana. De todos modos para que haya mayor exactitud y menos margen de error, esas muestras también fueron enviadas a analizar.
Con esos resultados y el propio ADN de la víctima se podrán cotejar todos los rastros hallados. No solo las muestras de sangre encontradas en el patio de la casa sino también las manchas hemáticas halladas en una sábana, en el taco de un calzado de mujer, en un pantalón y en el baúl del auto Ford Falcon perteneciente a la familia Castillo deben ser sometidas a prueba.
Si bien es cierto que la familia desea despedir y sepultar al joven, como corresponde, lo complejo de este tipo de causas hace que muchas cosas deban resignarse ante los pasos de la justicia.