Hasta la justicia reconoce su impotencia por los casos extremos de delincuencia juvenil
La policía busca al joven que mató a Aldo Daniel Pereyra, por varias causas de robo, y se investiga su autoría en otro asalto a mano armada en un comercio cuya propietaria no quiso radicar denuncia. Tiene sólo 15 años pero el Juzgado de Menores reconoce sin más solución, su impotencia para resolver casos como éste. La provincia cuenta con varias instituciones para menores pero la mayoría de régimen abierto y sin cupo para albergar a los más “peligrosos”.
No se lo puede nombrar. Esa es la regla número uno de la justicia para preservar la integridad de los menores que están procesados por causas penales o de cualquier otro tipo. Sin embargo, no hace falta ningún nombre para que en San Pedro todos sepan de quién se está hablando cuando se menciona la búsqueda de un menor de 15 años, acusado de varios robos y de un terrible crimen ocurrido hace dos años, cuando él todavía no había cumplido los 13.
La semana pasada, la policía informaba que este chico, el asesino de Aldo Daniel Pereira que falleció a los 16 años tras ser apuñalado en el pub Tierra Media, había sido capturado por un robo a mano armada ocurrido en la zapatillería Gaby. Tras ese episodio, había sido trasladado a La Plata, a un lugar que se llama Registro de Movimiento y Ubicación de Menores.
En ese lugar que funciona como una especie de albergue provisorio, mientras se evalúa su derivación a un instituto, sólo estuvo un día y medio o dos. Porque a la segunda jornada, la Comisaría de San Pedro recibió un nuevo fax comunicando la fuga. “Es el único lugar que hay para menores reincidentes y peligrosos en La Plata. Pero ninguno de estos lugares tienen celdas o lugares cerrados”; explican desde la policía.
Aunque se desconoce en este caso cómo se produjo exactamente la fuga, es la enésima vez –porque nadie lo lleva contabilizado ya- que el asesino de Aldo Pereira se fuga. La respuesta del Juzgado de Menores es más desesperante: reconocen el problema, pero sin ninguna solución a la vista. “El Dr. Luciano lo ha enviado en innumerables oportunidades a La Plata… El Juzgado no tiene más alternativas. En este caso la opción es internarlo en institutos pero la provincia cuenta con pocos centros de contención”, dijo Gustavo Rizzo, un oficial de ese juzgado que al menos tuvo la deferencia de atender a la prensa por este caso.
“Es robusto y peligroso”
“Cuando hay una fuga, el instituto le avisa al Juzgado de Menores y desde ahí nos mandan por fax un aviso”, reconocen desde la policía. Este oficio se hace solicitando que se concurra a los lugares frecuentados por el menor, en general de familiares. En este caso, a la casa de la mamá que vive en Santa Lucía y de la abuela que está ubicada en un barrio de San Pedro. “Si lo encontramos, tenemos que restituirlo al lugar de donde se fugó”, dice. Pero la búsqueda es, como se puede observar, muy limitada.
El sábado pasado, con la misma modalidad con la que había robado en la zapatillería Gaby, y casi en el mismo horario, el menor se presentó en una tienda céntrica armado con un cuchillo e intimidó a la propietaria. Fue en un comercio de ropa interior de la calle Gral. Pueyrredón y Mitre, pero la víctima nunca quiso radicar la denuncia y por eso la policía intervino de oficio. “Está confirmado que fue él porque lo reconocieron”, dicen fuentes de la Comisaría.
Un agente que dialogó con La Opinión sobre el caso, explicó que además de lo peligroso que puede resultar por su agresividad, este chico de 15 años “es robusto y parece de más edad” lo que aumenta el temor de muchas personas que se han enfrentado a él, y saben que por más denuncias que radiquen, siempre terminará libre. Porque por más peligroso que resulte, hasta que cumpla los 18 años, la ley lo ampara más a él que a sus víctimas.
Los institutos de la provincia
A principios de mes, el diario La Nación publicó un informe especial en el que se mencionaba el desborde e ineficacia de las instituciones que albergan a menores con causas penales.
Allí se mencionan cifras de la policía bonaerense, que indican que “desde el 1º de enero de 2005 hasta el 31 de mayo pasado, fueron detenidos 26.639 menores en la provincia. De ellos, 222 fueron capturados por homicidio. Es decir: cada 56 horas fue aprehendido un menor acusado de matar a una persona”.
En la provincia de Buenos Aires hay 25 institutos penales y 33 asistenciales, con 778 y 879 chicos internados, respectivamente. Se pueden mencionar, entre otros, el instituto Carlos Pellegrini, en las afueras de La Plata, donde hay otros tres institutos semiabiertos: el Gambier, el Centro de Orientación y Producción Agropecuaria (Copa) y el Legarra, y uno cerrado: el Castillito. En la misma ciudad, está el Hogar Convivencial de Varones, un instituto asistencial, y el Nuevo Dique un centro penal de régimen cerrado. El Almafuerte, en Melchor Romero, es el instituto de máxima seguridad adonde se derivan a los menores más peligrosos de la provincia, aunque también se producen fugas continuamente. Los tribunales de menores iniciaron, el año último, 29.312 expedientes penales, de acuerdo con estadísticas provisorias de la Suprema Corte de Justicia bonaerense. En 2005 hubo 61.355 causas asistenciales, lo que suma un total de 90.667 expedientes. Que deben atender, sólo 52 jueces.