Hacía fila y sacaba turnos para el hospital, pero se lo impidieron: “La situación es terrible, cero empatía”
Eugenia Barrios encontró en ese servicio su sustento económico. Entre sus clientes, había mamás con muchos hijos, personas que trabajan a esa hora y adultos mayores que no pueden acudir a las 4 de la mañana a hacer cola fuera del hospital para obtener turno. A partir de la difusión de su caso, el Hospital le informó que otorgará un sólo turno por persona y con DNI en mano.
El domingo pasado, La Opinión difundió la iniciativa de Eugenia Barrios: la mujer, junto a su marido, se ofrecían para sacar turnos en el Hospital, haciendo cola desde las 4.00 de la mañana, a cambio de “un arancel muy bajo”. Cuatro días después, el nosocomio cambió la modalidad de otorgar turnos y le impidió seguir ofreciendo su servicio.
“Cuando llego a mesa de entrada, me dice el chico que puedo sacar un sólo turno y con DNI en mano, de la persona. No voy a poder volver a sacar, es difícil que confíen. Nadie me va a dar el DNI en mano”, explicó ese día en Radio Cuarentena, en diálogo con Lilí Berardi.
Hasta entonces, Eugenia y su marido podían sacar cada uno dos turnos, para especialidades diferentes. Sus “clientes” la contactaban, pagaban $ 300 pesos por adelantado y le enviaban sus datos. Entre ellos, había mamás con muchos hijos, personas mayores o muy enfermas para quienes es imposible hacer cola a la intemperie en la madrugada.
Con suerte, entre ambos podían juntar 1200 pesos cada día: “Con eso comíamos. No me quiero poner en la situación de víctima. Lo que más quiero recalcar es la necesidad de la gente, que es muchísima. Nadie viene acá por hobby, todos lo hacen por una grave necesidad”, remarcó Eugenia.
Eugenia Barrios tiene 42 años y muchos títulos que avalan sus conocimientos en peluquería y estética. Antes de la pandemia, tenía su peluquería, pero tuvo que cerrar. Su marido, por su parte, tuvo un accidente mientras trabajaba en una fábrica: “Como estaba en negro, lo echaron”, contó.
Ahora, Barrios asegura que “lo de menos” es su situación: “Soy una persona que puede trabajar, voy a empezar de a poquito, de cero, a ver qué pasa. Pero quiero remarcar que la situación para la gente es terrible, cero empatía. Me da mucha pena que nadie piense en las mamás con sus bebés, la gente grande”.
A veces bajo la lluvia, quienes necesitan un turno para recibir atención en el Hospital saben que siempre hay riesgo de esperar de gusto: “A las 6 de la mañana, abren la puerta y sale un señor que dice que no hay ginecología, no hay clínica, no hay cirujano, por ejemplo”, contó Eugenia y también destacó la situación de quienes viajan desde las localidades: “Porque ni siquiera andan los teléfonos de línea”.
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