Habló la “casera” de la escuela de La Bolsa: “Yo no quiero estar acá, me trajeron para que no cierre”
María de los Ángeles Macchi está en el establecimiento educativo del paraje desde que le ofrecieron ser cuidadora. En diálogo con La Opinión, sostuvo que está "tirada como un perro" y que la "mandaron a vivir" ahí para que sus hijos sean los únicos alumnos. Aseguró que prefiere ir a Moneta, donde tiene un terreno. "Esto no es vida", dijo. Juhant reconoció que "quizás no fue la mejor solución".
Hace dos semanas La Opinión reveló que el sistema educativo autorizó a una familia en situación de vulnerabilidad social y con trayectoria en casos de usurpación para que viva en la escuela 32 del paraje La Bolsa, puesto que al tener hijos en edad escolar permitirá la continuidad de ese establecimiento educativo y el 120 por ciento de zona desfavorable que cobran la directora y maestra, los auxiliares y los profesores de inglés, artística y educación física.
Este martes, María de los Ángeles Macchi, la mujer que reside dentro de un salón de la escuela hasta que Consejo Escolar refaccione la casa destinada a los caseros, accedió a contar la situación en Radio Cuarentena. En ese marco, aseguró que ella no quiere vivir ahí y que preferiía volver a Ingeniero Moneta, donde recaló cuando la desalojaron del asentamiento precario conocido como “del callejón Pascual”.
“Estoy acá tirada como un perro con mis cuatro hijos, nadie me da bolilla”, dijo la mujer y denunció: “Me mandaron a vivir aca porque la maestra no quiere que cierren la escuela, le dan clases a mis dos hijos que serían los alumnos de la escuela”, señaló en relación al nene de 10 años y la nena de 7 en edad de cursar Primaria.
María de los Ángeles Macchi y sus cuatro hijos —los otros dos están en edad de cursar secundaria, por lo que deberán disponer transporte para que hagan a diario los 20 km que separan La Bolsa de Santa Lucía— viven en un salón de la escuela, donde tienen colchones, cocina con garrafa, entre otros elementos que le asignaron.
Macchi viajó este martes en remís que pagó la Delegación municipal de Santa Lucía desde La Bolsa a San Pedro porque tenía que presentarse en Fiscalía. Su hija de 14 años, embarazada, se fugó del paraje con dinero de la madre y denunció una situación que investigará la Justicia. Mientras tanto, la adolescente está en un instituto en Gualeguaychú, Entre Ríos.
María de los Ángeles Macchi tiene 37 años. Nació en La Tosquera y cuando su papá falleció, la familia se disgregó. Desde entonces no tiene contacto con sus hermanos. Tiene una hija mayor de la que tiene dos nietos y ahora su otra hija, de 14, está pronta a dar a luz.
“Yo necesito que me ayuden con el terreno que me regalaron en Moneta, que me haga un ranchito ahí”, dijo. Allí, en el paraje cercano a Pueblo Doyle, tiene amigos y está más cerca de la ruta para tomar el colectivo para viajar a San Pedro, por eso quiere mudarse.
“Acá en La Bolsa no hay nada, esto no es vida. Acá hay sólo árboles y pájaros, me queda todo lejos”, se quejó. Luego de salir al aire, envió mensajes de voz por WhatsApp para contar que le dijo a la directora, Andrea Álvarez, que se quiere ir de la escuela. “Ella no quiere que me vaya, no quiere que venga visita, entonces le cuenta todo al delegado (Luciano Juhant) y él se la agarra conmigo. Yo me quiero ir y cuanto antes, mejor”, dijo.
Juhant reconoció en Radio Cuarentena que la contactó a Macchi luego de que la Jefa Distrital de Educación, Marcela Lucchesi, le consultara respecto de la posibilidad de que alguna familia en situación de vulnerabilidad social con chicos en edad escolar pudiera instalarse en la escuela de La Bolsa, para evitar que cierre por falta de alumnos.
Aunque María Macchi fue anunciada como “casera” no cobra. “Me dijo que me iban a pagar”, dijo ella. Juhant aclaró al respecto: “No le ofrecimos el puesto de casera, está claro. Hay un convenio firmado. Iban a estar en la casa junto con su familia”.
“A cualquier persona con sentido común le dolería que le digan que hay que cerrar una escuela”, reflexionó Juhant sobre la decisión y agregó: “Pero si hay niños que no estan siendo escolarizados y vemos que existe la posibilidad, entendimos que podia ser una buena alternativa”.
A medida que avanzaba la entrevista, el delegado municipal comenzó a analizar que quizás “no fue acertada” la decisión de instalar a esa familia en la ecuela del paraje La Bolsa.
“A esta altura lo mejor que podría suceder es que esta señora no continúe ahi”, dijo y reafirmó: “La realidad es que se quiso salvar la escuela, porque sin alumnos iba a cerrar”.
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