Habilitaron la fábrica de chacinados clausurada
A varios meses del escandaloso brote de triquinosis, los controles de Bromatología siguen llegando hasta donde pueden. Ahora encontraron un caso positivo en Santa Lucía. También se duplicaron los análisis en el laboratorio local. La Dirección de Ganadería habilitó la fábrica sindicada como origen del brote y no hay acciones judiciales en marcha.
No hay cifras concretas que determinen cuantos casos de triquinosis se registraron en San Pedro a partir del brote que, según se dijo desde la Dirección de Bromatología, habría surgido en la fábrica de chacinados de la familia Azula.
Para quienes, por consumir productos derivados de cerdos, su vida dio un giro radical, poco importa la cantidad de afectados y probablemente con el correr del tiempo, tampoco interese mucho si alguien tiene castigo.
Lo que les importa indudablemente es curarse o al menos acercarse al mejor nivel de calidad de vida posible, después de este inesperado impacto.
Hay un grupo que sigue adelante con las averiguaciones previas para llevar adelante acciones legales, pero todavía no se ha efectuado una denuncia concreta. Hay otro grupo, que sólo trata de rehabilitarse y, finalmente, hay muchos que dijeron estar enfermos de Triquinosis y en realidad supusieron eso o recibieron tratamiento en tal sentido, pero somatizaron la repercusión del escándalo.
Mientras en la Dirección de Bromatología siguen realizando los análisis a toda la faena que les acercan, la Dirección Provincial de Ganadería dispuso que el local que fue apuntado como el origen de los productos infectados, superara la clausura que había caído sobre sí, “por cuestiones de papeles”.
La increíble paradoja entre lo que se habría generado allí y lo que motivó la clausura se profundiza aún más con este cuadro: no hay nadie imputado por el brote de triquinosis, no hay pruebas de que el mismo haya salido de allí y el lugar, aún no abrió, pero ya puede hacerlo.
Seguramente al enterarse de esta noticia muchos sentirán que es imposible asegurar que no se registrará un nuevo brote. Y, efectivamente, es imposible asegurarlo, porque los controles llegan hasta un límite en el que la ética y el respeto por el semejante de quienes faenan y hacen circular factura, es lo único que funciona.
Aún no está reglamentada la exigencia de veterinarios en cada criadero y llevará mucho tiempo poner en marcha algo así, por lo tanto, para los consumidores lo recomendable sigue siendo sólo consumir mercadería de lugares con procedencia garantizada.
Más análisis
En el laboratorio de San Pedro se han procesado el doble de muestras con respecto a la misma altura del año en 2004. Esto que podría ser presentado como un crecimiento a raíz de lo que sucedió con la enfermedad, es en realidad parcialmente así. Desde hace un mes, todo lo que se analizaba en el Colegio Margarita O’Farrell de Santa Lucía se trae al laboratorio principal, porque el incendio en aquella localidad también devastó esas instalaciones. A la fecha se han hecho 529 análisis sólo en San Pedro, contra los 309 que se habían realizado para la misma fecha de 2004.
Cabe destacar que en total, en todo el año se llega a una cifra cercana a 600 cerdos analizados en San Pedro, que representan un tercio o menos de lo que circula en la ciudad. Por el laboratorio local pasan sólo aquellos cerdos de faenas familiares y el resto, que llega a las carnicerías proviene de frigoríficos que deben ingresar su mercadería a la ciudad presentando los certificados correspondientes ante el puesto sanitario local. Por sólo citar una referencia, en el último mes, pasaron por este puesto, con controles supuestamente hechos en el lugar de origen, 143 medias reses, 70 cerdos y 7.503 kilos de carne de cerdo trozada. La amplitud de la región que tienen que controlar las autoridades provinciales en la materia y la cantidad de empresas dedicadas a este tipo de producción son también un riesgo latente del que nadie habla pero que no tiene una solución posible en el corto plazo y con pocos recursos.
Hay otros datos recogidos en la zona que confirman que la conclusión: es una minoría la cantidad de análisis que se realizan en cada municipio y comparativamente con San Pedro, la brecha es gigante. En Baradero se realizan 80 análisis por año, en San Nicolás 20, en Arrecifes 100 y Pergamino 100. En todos los casos se cobran entre 5 y 15 pesos por cada muestra revisada.
En los análisis hechos en San Pedro, el lunes se detectó, a partir de la voluntad de los propietarios, un caso de Triquinosis en un criadero pequeño de Santa Lucía (no más de 20 cerdos) que derivó en la intervención directa en el criadero disponiéndose una faena controlada no compulsiva. Esto quiere decir que cada vez que se vaya a faenar un animal deberá ser convocado el personal de la dirección para el análisis.
Comienza la campaña antirrábica
Desde la Provincia de Buenos Aires se confirmó que llegarán las partidas de vacunas necesarias para una nueva campaña contra la rabia canina. Por lo tanto, por tercer año consecutivo desde que se retomó esta práctica, se iniciará en el mes de Septiembre un recorrido por todos los barrios de la ciudad con un orden que será anunciado en breve.