Guacone se quedó sin Presupuesto porque Gil llegó tarde
El Concejo Deliberante aprobó el aumento de tasas del 45 por ciento, pero tuvo que rechazar el cálculo de gastos y recursos 2014 porque había quedado desequilibrado financieramente y el Ejecutivo no lo actualizó a tiempo. Pasado el mediodía, en plena sesión extraordinaria, el Secretario de Economía apareció con el expediente. El enojo de Bianchi y Butti. La influencia que tendrá sobre el Intendente, que no estaba en San Pedro. El problema con el Banco Provincia. Gil y Silva, los nombres a los que apuntan con el malestar del gabinete.
Mientras Pablo Guacone disfrutaba unos días con su familia en una playa de la costa atlántica, sus funcionarios mantenían reunión tras reunión con los concejales peronistas para intentar acercar posiciones que permitieran sortear las dificultades para aprobar un aumento de tasas y el Presupuesto 2014.
Algunas cosas dieron resultado. Otras no. La semana pasada el Concejo Deliberante aprobó la ordenanza preparatoria para un aumento de tasas del 45 por ciento en lugar del 80 que pidió el Ejecutivo, con la promesa de analizar un nuevo incremento sobre marzo o abril, una vez que empiecen a verse los resultados del decreto de racionalización de gastos que La Opinión detalló en su edición anterior.
Los ediles de la oposición pidieron tres cosas para aprobar en la asamblea junto a mayores contribuyentes las ordenanzas fiscal e impositiva: el decreto firmado; el listado completo de empleados de la planta municipal, permanentes y temporarios; y acceso total al sistema Rafam, que utilizan los municipios bonaerenses para sus finanzas.
Entregadas las dos primeras –la segunda dos horas antes de la sesión–, hubo acuerdo y los 17 ediles –faltó Horacio Neyra– junto a 10 mayores contribuyentes aprobaron por unanimidad el incremento del 45 por ciento. Rosa, Atrip, Sánchez Negrete, Baraybar, Quintana y Paz, en ese orden, coincidieron en la necesidad de aumentar las tasas, aunque advirtieron las dificultades económicas que hay que afrontar.
Tras ello, el Concejo Deliberante se reunió en comisión de labor legislativa para evaluar qué hacer con el proyecto de Presupuesto, ya que el Secretario de Economía Jorge Gil ingresó el cálculo reformulado recién alrededor de las 13.00, cuando los ediles ya sesionaban, y como expediente nuevo.
No les quedaba otra a los concejales que rechazar el proyecto original, calculado con el 80 por ciento de aumento, ya que se encontraba en desequilibrio financiero al no tener en su interior la diferencia hacia abajo producto del 45 por ciento aprobado.
Así lo establece la Ley Orgánica, que por otra parte obliga a los concejales a tratar el Presupuesto antes del 31 de diciembre. No había tiempo para más. Los ediles del Frente para la Victoria buscaban desde el principio un cuarto intermedio hasta el lunes, que permitiera reemplazar un cálculo por el otro y aprobarlo. Pero la forma en la que Gil hizo las cosas lo impidió.
Por unanimidad, y no sin quejas de quienes consideraban que no podían dejar al Gobierno sin Presupuesto, el decreto para rechazar por improcedente al proyecto de cálculo de recursos y gastos 2014 fue votado.
Malestar con Jorge Gil
El Secretario de Economía llegó al recinto cuando los ediles se aprestaban a rechazar su Presupuesto. Ya estaban allí el de Coordinación Fabián Bianchi, visiblemente nervioso durante toda la sesión, muy enojado al final. Tanto fue así que apenas terminó la votación se levantó y se fue. Gil lo siguió sin suerte. Bianchi no le quiso hablar.
Sualdea estaba también en el Salón Dorado y se fueron sumando Raúl Cheyllada, Diego Ojea, el Secretario Privado Marcos Mamberto, la flamante de Desarrollo Humano Verónica Mosteiro, Hugo Días, el Asesor Letrado José Macchia, todos con gesto adusto.
Gil no quiso hablar con La Opinión tras la sesión. Sí lo hizo con el concejal Dalmy Butti, a quien le dijo “pensé que lo entregaba hoy al mediodía para que lo votaran el lunes”. El gesto de Butti no fue amigable. El Secretario de Economía salió desde el hall de acceso al Municipio en dirección al despacho de Guacone. En su trayecto golpeó la pared del Salón Dorado con la palma de su mano derecha, chistó, agitó los brazos y negó con la cabeza.
Los concejales del Frente para la Victoria, algunos oficialistas y otros de buena voluntad para avanzar en la aprobación del Presupuesto lamentaron la situación. Su evaluación fue la misma que Cacho Quintana hizo en sesión cuando pidió la palabra: “Me he sentido un poco defraudado por el Ejecutivo, por no haber cumplido los plazos legales que veníamos manejando”.
La interna en llamas
El Secretario de Economía Jorge Gil es uno de los funcionarios a los que buena parte del gabinete de Guacone ya no respeta ni quiere a su lado. Desde su asunción, cuando dijo que no era kirchnerista ni político sino técnico, hasta su sincericidio de la semana pasada, pasando por la confesión de haber pedido que le den un trabajo a la hija, hay varias anécdotas que dan cuenta de la situación.
Incluso el propio decreto de racionalización de gastos, al que nunca vaciló en llamar “ajuste”, que en su redacción original contenía oraciones que habrían significado el reconocimiento por parte del Gobierno de los peores pecados de los que los acusa la oposición.
En el borrador del decreto faltaba que dijéramos que éramos todos estúpidos”, dijo un hombre del gabinete con menor contacto con el Palacio. Otro, más acostumbrado a lo que sucede dentro de los pasillos de la Municipalidad, señaló sin titubear que Gil y Silva representan hoy “las prendas” de unión con sectores que están dispuestos a darle una mano al Intendente.
El enojo de Bianchi era tan evidente que no quiso hablar. Consultado por este semanario, sólo atinó a decir que “hay que revisar muchas cosas”. Guacone no quería mover piezas de su gabinete hasta que no pasara el tratamiento del Presupuesto y para no mostrar debilidad tras la derrota electoral.
Dicen en el gabinete que hacer modificaciones le cuesta mucho desde el punto de vista de las relaciones personales. Por ello no falta quien sostenga que sólo habrá una decisión de esas características “si se anima”.
En el equipo del Intendente saben que si quieren reemplazar a Gil no hay muchas opciones. El heredado Génova se fue, como Delbene, casi espantado; el “amigo de la infancia” Oscar Esperante fracasó estrepitosamente; el único que maneja finanzas en el gabinete es el Administrador del Hospital, que cuenta con banca interna para ascender, aunque está supeditado a que la nueva batalla dentro de un grupo plagado de diferencias y liderazgos estériles llegue a algún lado.
El factor Banco Provincia
Con el aumento de tasas aprobado, todo haría pensar que en realidad el cálculo de recursos y gastos no aparece con tanta importancia, puesto que la coparticipación llegará y la recaudación crecerá con los nuevos valores.
Sin embargo, el Secretario de Economía les advirtió a los ediles que el Presupuesto aprobado era necesario, sí o sí, porque así lo reclamaba el Banco Provincia.
Este semanario escuchó conversaciones entre varios funcionarios y concejales donde se dijo que el propio Presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, les advirtió que necesitaban el Presupuesto para que pudiera garantizarse el descubierto que esa entidad sostiene todos los meses y permite, ni más ni menos, que el pago de los sueldos.
“No sé qué vamos a hacer con el Banco Provincia”, se le escuchó decir a Gil. La preocupación es más que relevante, puesto que si todo puede emparcharse, ese “todo” no incluye a los empleados, que deben cobrar cada mes, aunque sea con demoras, pero cobrar al fin.