Guacone prometió subsidio por decreto y nunca cumplió
Fue cuatro días antes de las elecciones generales. El intendente firmó un decreto para otorgar 1.200 pesos mensuales a Castro Fútbol Club, una institución que cuenta con 120 chicos y paga el alquiler del predio donde funciona, mientras espera un trámite del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para la compra. En total, el Municipio les debe 16.800 pesos.
Hay una ley no escrita que dice que cuando llega la campaña política “todos somos generosos”. Las instituciones intermedias lo saben, por lo que no desaprovechan la oportunidad cada dos años de solicitar algún tipo de ayuda para solventar sus actividades sociales, culturales o deportivas. Para ello, “ponen semillas” en todos lados, porque saben que “alguna plantita va a crecer”. Ello les sucedió en 2011 al Castro Fútbol Club, que obtuvo por un lado promesas y por otro lo que consideraban un hecho concreto, aunque nunca llegó: un subsidio municipal por decreto.
Ese año electoral en el que se eligieron presidente, gobernador e intendente, ese club de fútbol infantil de la localidad de Gobernador Castro solicitó ayuda al Gobierno municipal a través de una nota que ingresó por mesa de entrada. El 19 de octubre, cuatro días antes de las elecciones generales que ganó, el Jefe Comunal y candidato Pablo Guacone firmó un decreto mediante el que se comprometió a otorgar 1.200 pesos mensuales en concepto de subsidio, que nunca pagó.
Historia de una promesa
El Castro Fútbol Club no tiene sede propia, por lo que alquila un predio donde funciona la cancha y otras dependencias. Habían iniciado trámites con la Municipalidad y la Administración de Ferrocarriles para obtener una porción de tierra lindera a la Estación de la localidad.
Ante la demora y falta de novedades, hablaron con Elvio Macchia y lograron llegar al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, donde hoy avanza el proceso para la compra del terreno alquilado donde actualmente desarrollan sus actividades (ver recuadro).
El club solventa el alquiler gracias a la generosidad del empresario Jorge Troilo, padrino y mentor de la entidad, que todos los meses dispone del dinero necesario. El Gobierno municipal se hizo eco de las necesidades de esta comunidad deportiva en plena campaña electoral, cuando mantuvo una reunión con la comisión directiva, a la que fue acompañado por el candidato a concejal y vecino de Gobernador Castro Marcelo Popovic y el Delegado de esa localidad, Luis Zapata.
Tras ello, redactaron el decreto 0692, que firmaron el propio Gucone, y los entonces secretarios de Gobierno Norberto Atrip y de Economía Oscar Esperante, que dice “otórguese un subsidio mensual por la suma de $ 1.200 (pesos mil doscientos) a Castro Fútbol Club, con destino a sufragar gastos emergentes para el alquiler del predio donde funciona la entidad, a partir de febrero de 2012 por el término de un año o hasta que se realice la compra definitiva del predio”.
El Vicepresidente del club confirmó a La Opinión que nunca cobraron nada: “No estamos recibiendo y jamás recibimos un peso”, dijo y agregó: “La contadora es María José Pucurull, el balance lo entregamos en octubre pasado”.
El decreto establece que la “erogación será imputada a Jurisdicción 1110101000, fuente de financiamiento 110, categoría programática 01-00-00, partida 5170, transferencia a otras instituciones culturales y sociales sin fines de lucro, debiendo la mencionada entidad rendir cuentas de los gastos ante la dirección de contaduría municipal”.
Teniendo en cuenta que deberían haber comenzado a depositar en febrero de 2012, el Municipio le debe a Castro Fútbol Club unos 16.800 pesos, sobre los que en la comisión directiva ya no esperan nada.
Historia de un club de barrio
Castro Fútbol Club nació hace unos quince años para atender problemáticas sociales serias de una localidad devastada económicamente. No sólo el fútbol infantil fue siempre su actividad, sino también un merendero donde los mismos chicos que pateaban la pelota podían saciar el hambre. Quienes impulsaron la actividad y la solventaron desde el principio fueron el odontólogo y ex concejal Sánchez Soria y el empresario Jorge Troilo.
Hasta diciembre pasado, de lunes a jueves había merienda y los viernes cena, gracias a la ayuda que brindaban Desarrollo Humano y la Cruz Roja. La dependencia que coordina Dalmy Butti, producto de la crisis que atraviesa el Gobierno, dejó de asistir, por lo que los chicos ya no comen allí.
En la actualidad, el club tiene escuelita de fútbol, con niños de 3 a 6 años, y todas las categorías de fútbol infantil, que va desde los 6 a los 12. Muchos de los que superan esa edad, siguen concurriendo. Hay unos 70 chicos en competencia. Los más chiquitos y los más grandes completan el número de 120 que tienen presencia en la entidad.
Como en Gobernador Castro la oferta deportiva se reduce a fútbol y tenis, la comisión directiva inició el proceso para firmar un convenio con Los Biguá, de manera tal que pueda haber práctica de rugby en el club.
El propio decreto firmado por el intendente reconoce la “importante labor sociocultural y recreativa” del club, que “fomenta la participación en las actividades deportivas de niños, adolescentes y jóvenes de extrema vulnerabilidad social” y “promueve el deporte como función socializadora e inclusiva, fortaleciendo los ejercicios físicos y recreativos, emitiendo así un claro mensaje de considerar al deporte como una forma y un modo de vida saludable”.
A la espera del Ministerio
Cuando Alicia Kirchner vino al club Independencia durante el año electoral, los representantes de la entidad le acercaron una carpeta donde relataban la tarea que realizan y las necesidades. La Ministra de Desarrollo Social ordenó entonces constatar la situación y aseguró que trabajarían para lograr el predio propio.
A fines del año pasado terminaron de regularizar la situación de la personería jurídica y presentaron toda la documentación necesaria. Semanas atrás actualizaron algunos puntos relacionados con el propietario del terreno y recibieron la promesa de que “en los próximos meses puede haber novedades importantes”.
El predio es de un particular que está dispuesto a vender y la compra se haría con fondos del Gobierno nacional. Mientras tanto, siguen alquilando. En el decreto, el Intendente reconoció que el club necesitaba una “ayuda que le permita solventar la etapa de transición económica-financiera para llegar a la compra definitiva” y que el “municipio considera necesario contribuir con lo solicitado, en apoyo a lo mencionado”