Gripe A en primera persona
La Opinión relevó diversos relatos de personas que sufrieron síntomas similares a los de la Gripe A. Todos ellos fueron medicados según las especificaciones propias del protocolo de tratamiento para la enfermedad que, como dijo el Dr. Herbas, hace sospechoso a todo aquel que aparezca con esa sintomatología. Todos, también, fueron dados de alta y ya gozan de buena salud.
Desde que la primera pareja ingresó a la guardia del Hospital con síntomas similares a los de la Influenza A H1N1, todos los pacientes que aparecieron con rastros parecidos fueron consideradas sospechosos de Gripe A. Muchos de ellos fueron atendidos en el Hospital, donde los resultados para saber si efectivamente tenían la enfermedad por la que se declaró emergencia sanitaria tardarían demasiado tiempo, por lo que se los trató, por las dudas, según el protocolo propio de la pandemia.
Algunos de ellos accedieron a relatar a La Opinión su experiencia como pacientes sospechosos y/o enfermos de Influenza A H1N1.
D, mujer, 36 años
“Yo le estoy muy agradecida al personal del Hospital. Estaba embarazada y la mano venía mal. A mediados de Junio empecé a sentir un fuerte estado gripal, muchas tos y fiebre pero por el embarazo de 36 semanas que estaba gestando no podía recibir medicación. Todo se empezó a complicar ya que un determinado día ya no podía respirar. Me internaron y me aislaron, ya que era un caso sospechoso, es más, estuve a punto de ser trasladada. Estuve 8 semanas internada y me dieron de alta, el 27 de Junio di a luz”.
C, mujer, 24 años:
“Hace unos 18 días, mi hermana empezó con mucha tos y fiebre. Pero como estaba gestando un bebé de 5 meses no la podían medicar. Empeoró de tal manera que alcanzó un estado de inconciencia del que todavía no ha logrado salir. Estuvo internada en el Hospital de San Pedro y luego la trasladaron con un cuadro de Neumonía. La está pasando muy mal ya que permanece internada en un hospital de Pergamino. Su estado es grave y debido a esto perdió el bebé. Está aislada, en Terapia Intensiva, y no la podemos ver”.
L, hombre, 46 años
“El Domingo de las elecciones empecé con dolores corporales, de cabeza, de garganta y mucha fiebre. En el Hospital me medicaron y me enviaron a mi casa y me recomendaron que me mantuviera aislado de mi familia. Estuve una semana mirando por la ventana cómo la gente pasaba, apurada por llegar quién sabe dónde. Supe que las plazas estaban llenas de chicos, en medio de la emergencia sanitaria… qué se yo, para mí esto es todo negocio, no pasa nada. A mí me medicaron, me dejaron unos días aislado y ya está, ahora me siento bárbaro. Y si tuve la gripe porcina, mala suerte, total, ahora que ya me curé debo haber quedado inmune contra ese virus”.
P, hombre, 28 años
“DIA 1 Los síntomas: Después de una jornada de trabajo comencé a sentir malestares que me preocuparon: dolores de garganta, de cabeza, ardor en los ojos, dolor de rodillas… todo esto me llevo directo a la cama y al médico después.
DIA 2: En la consulta al doctor, y tras contarle de los malestares, obtuve una respuesta tranquilizadora, los medicamentos recetados y los cuidados para mi familia.
DIA 3: Un día completo en la cama apurando una mejora que no llegaba, con muchas ganas de levantarme y ánimo para salir al otro día.
DIA 4: Me sorprendió un decaimiento que no dejó siquiera que me mueva en la cama, esto me llevó a una consulta más al médico, con algo de temor por la respuesta a recibir… El doctor detectó dificultades para respirar y me recomendó nuevos cuidados (nebulizaciones, paf con aerosoles, gotas nasales). Así volví al reposo…
DIA 5: Otro día desde la cama. La tele y la radio me contaban de un muerto más por Gripe A, de la ciudad en emergencia sanitaria y el aumento en la venta de barbijos y el precio del alcohol en gel.
Dia 6: El día comienza con un llamado que me cuenta de un compañero afectado con un estado gripal muy fuerte y más gente en mi trabajo con diferentes estados gripales. En cuanto a mí, los dolores corporales ya no eran tal pero persistía una molesta tos.
DIA 7: Decido regresar a mi trabajo, cuidando de mí y de no contagiar a nadie. Pasé la jornada laboral algo mareado en principio y sintiéndome extraño todo el día, después del tiempo en cama. La mañana trajo más testimonios de gente aislada, de otros deambulando con sus afecciones, de médicos con estadísticas que no sé aun si tranquilizan o no y las infaltables medidas del gobierno, que por aquí derivaron en comerciantes enojados porque unos cerraron sus puertas (tal como se indicaba) y otros atendieron a sus clientes normalmente, teniendo diferentes respuestas de su accionar.
Estos últimos hechos me hacen terminar este relato de manera no pensada, preguntándome si esta “pelea” es por lo preocupados que están los comerciantes por el cuidado de todos… o el de sus bolsillos. ¿Pregunta naif la mía, no?
Mi salud actual: dolores de cabeza y mareos, pero ya no me preocupan… deben ser los síntomas de un virus de ciudad, de esos a los que jamás seremos inmunes”.
J, mujer, 19 años
“Soy estudiante universitaria. Vivo, como la mayoría de los estudiantes, en la ciudad donde curso (en mi caso en Buenos Aires). Todos los días voy a la Universidad en subte, vuelvo en colectivo, los fines de semana viajo en micro hasta San Pedro, y nunca me previne. A mi la Gripe A, esa con la que están todos paranoicos, no me va a agarrar”, pensaba. Nunca me puse barbijo, nunca me lavé las manos después de andar en transporte público, me sentía inmune.
A mediados de Junio, me empecé a sentir mal, un poco resfriada, alicaída, cansada todo el tiempo, pero, con los parciales encima, seguí adelante. Un día mi cuerpo no resistió más, la fiebre no me dejaba estudiar y mi compañera de departamento me acompañó al hospital. Enseguida los médicos me hicieron un montón de preguntas, de tipo “con quién había estado últimamente” o “si había estado en contacto con personas enfermas de gripe”, una lista sin fin. Luego de un rato me hicieron el famoso isopado y me dieron unas pastillas y algo para bajar la fiebre, me sacaron sangre y a mi amiga también. Luego de unos días en el hospital, me recuperé bastante bien, por suerte mi compañera no había llegado a contagiarse, pero descubrir que no era inmune, que YO me contagié de la pandemia de la tele fue bastante jodido. Llegue a tener miedo porque se habla mucho de las personas muertas, pero no de aquellas que atravesamos la enfermedad sin mayores problemas, como yo”.
S, hombre, 22 años
“Viajando a Buenos Aires comencé a transpirar, pensé que sería la calefacción y no le di importancia. Por la tarde un médico llegó al departamento, ingresó con barbijo, guantes y casi ni me tocaba. Me hizo una revisión y me dijo que tenía gripe. Me dejó Ibuprofeno para la fiebre y me recetó Biogrip 4 para el estado gripal.
En las farmacias, el Biogrip estaba agotado, al igual que el alcohol en gel y los barbijos. Me sentía cada vez peor, fui al Hospital más cercano y pedí que me dieran Tamiflu
Llegué a San Pedro y me descompuse. En la Guardia la enfermera me tomó la temperatura, que era de 39,8. “Nosotros acá tratamos a todos los casos como Gripe A”, explicó un médico. Me colocaron un suero, que me iba a acompañar hasta que me fuera, y por allí colocarían toda la medicación que era necesaria, además del Agucort (contra la Gripe A) que ya venía tomando porque me habían dado en la guardia y no podía suspender. Me enviaron al sector de oncología. En esas salas, estaban los aislados. Todos teníamos los síntomas necesarios para que nos aíslen, no recibiéramos visitas y no pudiéramos salir de ahí.
Ninguno sabíamos con exactitud cuantos éramos o si teníamos Gripe A. En ese lugar, éramos atendidos todos por una sola enfermera en cada turno, dedicada en exclusividad a estos enfermos.
La verdad es que la atención del hospital es maravillosa, pero el lugar deprime. La suciedad, la rotura de los cuartos, no tener almohada, saber que el baño no funciona y que para bañarse hay que ir a otro sector, con el lío que eso supone, no contribuye a una rápida recuperación, contribuye a querer irse ya.
Allí estuve unos días, hasta que me dieron el alta. Sin embargo, me mandaron a realizar nuevamente internación con aislamiento domiciliario continuando con la pastilla que me dieron en la guardia y sumando una más.
Ahora ya me siento mejor”.