Giovanettoni quiere consenso para gobernar
El Concejo Deliberante aprobó la renuncia de Guacone y su sucesor asumió la intendencia. En un corto discurso, habló del consenso y los acuerdos. Luego convocó dos veces a sus funcionarios, impartió órdenes y fijó prioridades. Dentro del gabinete hay algunos en la cuerda floja y otros que se fortalecieron. La primera señal de apoyo se vio el viernes por la noche en la marcha en reclamo de seguridad cuando se presentó todo el arco opositor.
Tras la renuncia de Pablo Guacone que aprobó con furibundas críticas el Concejo Deliberante, Fabio Giovanettoni asumió como intendente para cumplir el mandato hasta el 10 de diciembre, con un discurso anclado en el consenso, el trabajo en conjunto a pesar de las diferencias y con los ediles presentes como destinatarios fundamentales.
El concejal a cargo del Poder Ejecutivo por ser el primero en la lista que llevó a Guacone a la intendencia en 2011 sostuvo que, tal como pretendió hacer en sus 60 días de interinato por la licencia del titular del Palacio Municipal, buscará “tomar la iniciativa”.
Como cuando asumió Baraybar en la Secretaría de Gobierno, importantes dirigentes del Partido Justicialista acompañaron la ceremonia, que incluyó la presencia de algunos sindicalistas y la ausencia notoria de otros, con quienes hay ciertas rispideces.
Giovanettoni anunció que procurará que su gestión se diferencie de la de Guacone en materia de las relaciones institucionales con el HCD, las instituciones intermedias y la comunidad en general, algo que reclamaban todos esos sectores.
Reivindicó la política como único camino para salir de la situación que vive la ciudad, análisis con los que coincidió el presidente del cuerpo deliberativo, Mario Barbieri.
Después del brindis, el intendente reunió al gabinete en su despacho en lo que fue la primera de dos reuniones que encabezó ese día para dejar lineamientos claros para la presentación de Manchone que tuvo lugar al otro día (ver página 4) y para el resto del fin de semana, ya que el viernes viajaba a Mar del Plata a un acto con Scioli y el Ministro de Segurdad Granados (ver página 7).
La segunda tuvo lugar alrededor de las 20.00, donde el Jefe Comunal recibió respuestas de la lista de temas planteados al mediodía. Giovanettoni tiene esa forma de trabajo: imparte órdenes, con temas precisos en los que quiere que sus funcionarios se aboquen, y espera respuestas personalizadas sobre cada uno.
Las prioridades del Gobierno
La organización del fin de semana largo fue materia de las reuniones. Pero además, hubo lineamientos sobre la modalidad de trabajo que el intendente pretende: quiere un alineamiento sin ambages, un trabajo en equipo sin mezquindades, una relación fluida con la oposición en el HCD y, claro está, que nadie dilapide la confianza que la población depositó bajo el lema de que “toda escoba nueva barre bien”, ya que sabe que eso dura poco.
Cada área tiene una agenda de prioridades. Economía debe trabajar en la actualización del padrón de contribuyentes, mientras finaliza el Presupuesto 2015, que quieren que se debata en el Concejo al comienzo de las sesiones ordinarias en abril. A principios de marzo retomarán el diálogo con Arba para la complementariedad de la información, con el desarrollo de actualizaciones para Rentas y Catastro.
La agenda de Producción y Turismo está orientada al trato con algunos inversores interesados en las concesiones dentro del Balneario y en el predio donde el gremio Aefip quería invertir 400 millones, sin que haya mayores novedades; la concreción de un parque logístico que tiene varios sampedrinos interesados y la de un loteo industrial; y la profundización del cluster frutícola, que persigue la declaración de cuenca cuyo proyecto presentaron en la Legislatura Patricia Rocca y Guillermo Britos.
En Obras Públicas buscan avanzar en obras pendientes cuyas gestiones estaban detenidas; una muestra es la licitación para la repavimentación de las rutas 191 y 1001 con fondos del Gobierno Nacional.
Entre esta semana y la siguiente, Giovanettoni quiere un estado de asamblea permanente, con el monitoreo constante de Victoria Vitale, para “definir la sintonía fina”, como bromean internamente en relación a la figura que usó la Presidenta de la Nación cuando comenzó su segundo mandato.
El camino de la depuración
“No aislarse es fundamental, ese era el gran problema de Pablo”, dicen quienes estuvieron cerca del ex y ahora se recuestan sobre el nuevo inquilino de Pellegrini 150. Lo ven “más firme” y consideran que las decisiones importantes deben ser tomadas “ahora o nunca”. Su experiencia al lado del dubitativo Guacone los avala.
El gabinete está en período de transición y cada uno sabe que corre riesgo de que prescindan de sus servicios. La mesa chica la conforman Giovanettoni, Baraybar y Nicolás Macchia, con Dalmy Butti como partícipe no siempre necesario. Luego hay hombres más o menos cercanos, necesarios, importantes, relevantes, y todo lo contrario.
El área de Salud es la más conflictiva y esperan el regreso de las vacaciones de Pichioni para que junto a Sualdea, Walsh y acaso Albouy puedan dialogar para establecer cómo seguir. Allí hay diferencias entre todos y depende de con quienes se converse, juntos o separados, las versiones son múltiples.
Giovanettoni sabe que el Hospital es siempre una bomba de tiempo y pretende desactivarla antes de que la explosión lo llene de esquirlas cuyas cicatrices pueden luego ser difíciles de borrar.
En ese sentido, la advertencia es para todos: el que no cumple, se tendrá que ir. Verticalista al fin, los secretarios son los destinatarios de las órdenes de Giovanettoni y a ellos les reclamará por sus directores.
Quien conoce el estilo de conducción de las fuerzas sabe que los mandos intermedios son los fusibles más sensibles. En ese sentido, hoy los directores están todos en la mira, sobre todo algunos cuya pertenencia a “Las Divinas” los condiciona. De esos, hay al menos dos que deberán dar serias explicaciones sobre ciertos manejos autónomos cuyo destape podrían derivar en verdaderos escándalos.
El área de Personal, limbo de todas las irregularidades administrativas que caracterizaron al guaconismo, tiene los ojos encima. La denominada “sintonía fina” busca achicar gastos superfluos pero también avanzar para detener la sangría de recursos que significan los festivales de bonificaciones y horas extras.
Muchas de esas cosas ya forman parte de la sorda disputa con algunos sindicatos, que mantienen retención de tareas en áreas donde hace años que no les entregan indumentaria, elementos de seguridad y hasta los insumos para brindar los servicios.
La tensa reunión de la semana pasada derivó en la conformación de una comisión mixta para abordar los problemas de seguridad e higiene. Algunos miembros de los sindicatos no vieron con buenos ojos las reuniones de Baraybar con trabajadores sin la presencia de los gremialistas de peso.
Nada para Guacone
La Opinión no pudo, una vez más, comunicarse con el renunciado intendente Pablo Guacone. El último diálogo tuvo lugar el miércoles pasado, cuando él mismo llamó a un periodista para quejarse por la tapa y la nota que vieron la luz ese día en la edición impresa, las que calificó de “semejante barbaridad”, aunque en un tono tranquilo, no como el que utilizó para responder el sábado cuando pasó por el Balneario y un vecino lo increpó.
Sobre su futuro nada se sabe con precisión, más allá de las promesas de un puesto en Provincia que reveló este semanario con la frase de uno de los que trabajaba para ello: “Un ñoqui más no le va a hacer mal a nadie”.
Lo cierto es que, hasta ahora, nadie se hizo cargo del renunciado. Un familiar suyo, muy cercano, comentó en una reunión de amigos que estaban tranquilos porque iba a ir a Provincia a cumplir tareas, lejos del stress local. Aun así, no hay confirmación. Al contrario, luego de la renuncia firmada, varios de los que repitieron “sí, sí, despreocupate” no volvieron a atender los teléfonos.
Las frases de la asunción de Fabio
“La renuncia de Guacone es la única situación para poner fin a la crisis institucional, económica y política”, sostuvo Mario Sánchez Negrete y agregó: “Es necesario tomar medidas muy duras para restaurar el orden de nuestra ciudad”.
“Confiamos en que el nuevo Intendente haya asimilado los errores y que no caiga en lo mismo”, expresó Norberto Atrip del Frente Renovador Oficial al tiempo que Elisa Ferraro del radicalismo sentenció: “Hubo quienes asesoraron a Guacone y en algún momento se tendrán que hacer cargo de la historia”.
Para Iván Paz “no era necesario esperar tanto tiempo”, mientras que Américo Quintana consideró: “El caso Guacone fue un caso límite que marcó un antes y después en la política de San Pedro”.
Juan Almada, que fue Secretario de Gobierno de Pablo Guacone por poco tiempo, sentenció: “Teníamos al frente a un hombre que no sabía gobernar”. El candidato del Pro Sergio Rosa fue el último en hacer uso de la palabra y reflexionó: “Tenemos el desafío de devolverle la confianza a la gente”.
Perlitas de la sesión
– En todos los detalles
Giovanettoni intentó imitar la asunción al estilo Néstor Kirchner, con camisa blanca y corbata celeste, no se animó al saco cruzado aunque el uso de una botonadura de tres ojales tampoco favoreció su estatura. Un periodista de este medio tuvo el tino de decirle al oído que se desabroche el último botón –algo que también le señaló a otros políticos presentes–, ya que siempre debe estar libre, de acuerdo a las normas de etiqueta.
– Todos en primera fila
Borgo, García, Baraybar, Benincasa y Bianchi escucharon con atención el escueto discurso del nuevo intendente.
– La Primera Dama
Patricia Velásquez acompañó a su marido durante toda la ceremonia. Estuvo junto a sus hijos, sus nueras y su nieta, con quienes posaron para los medios de comunicación dentro del despacho del Intendente. La mujer de Giovanettoni dijo estar “emocionada” por el presente de su marido y aseguró que “Fabio hará una gran gestión, porque es un hombre de trabajo”.
– Brindis por el cambio
Giovanettoni juró y se trasladó a su despacho, donde recibió a las autoridades policiales, de bomberos y de educación. Lo acompañaron todos sus funcionarios y hasta había de “los chupamedias” que le prometían todo a Guacone y nunca cumplieron.
Los encargados del catering fueron García y Bianchi: el primero sirvió la bebida y el segundo los sandwichs.