Gestiones para construir más casas en el Barrio Arcor
La Dirección de Viviendas gestiona en la provincia para que se financie una segunda etapa para levantar otras 80 casas más en el resto de los terrenos que fueron cedidos por Arcor. Aunque el proyecto del puerto no prosperó, el argumento principal es despejar un sector que pertenece a la firma y ofrecer mejores condiciones a las familias asentadas allí. La Secretaría de Desarrollo Humano realiza un nuevo relevamiento con tres asistentes sociales y ya se detectaron 22 cambios en las originales adjudicaciones.
En Julio la Municipalidad estaría entregando las primeras 80 viviendas que la empresa Giribaldi Hnos. está terminando de construir en los terrenos cedidos por la firma Arcor para que se relocalizara allí a las familias del Bajo Puerto.
La obra está adelantada y por eso la Dirección de Viviendas que está a cargo del arquitecto Flavio Peiró, confía en que no habrá demoras para su finalización en el tiempo que se había anunciado porque desde el inicio se proyecto la entrega para mediados de este año.
Pero esta podría ser sólo la primera etapa, porque la intención del área es obtener la aprobación provincial para continuar construyendo una segunda tanda de viviendas en el mismo barrio y utilizando otra parte de los terrenos ubicados sobre la Av. San Martín en el denominado Barrio Depietri.
Peiró confirmó que la idea es doblar la apuesta al construir otras 80 casas y que para eso ya se realizó un relevamiento con asistentes sociales.
En Julio, las 80 familias que se mudarán son las que actualmente viven en el sector ubicado desde el elevador de granos hacia la llamada Bajada Depietri. Pero todavía restará relocalizar las que se ubican desde esa bajada hacia el Bajo Cementerio, que serían otras 80 familias según se censó oportunamente.
Mudanza doble
Como el pedido se hace después de frustrarse el proyecto de Indalar de construir un puerto propio en el sector donde actualmente viven los beneficiarios, Bajo Puerto y Bajo Cementerio, el argumento principal de la solicitud al Instituto de la Vivienda para que financie la obra es que Arcor reclamará igualmente esos terrenos que son de su propiedad porque además ya cedió los necesarios para construir las viviendas. Pero también es claro que la mudanza implica aspirar a mejores condiciones de vida para los habitantes de esa zona, porque muchos viven en precarias casas asentadas sobre la barranca que implican un riesgo. Ahora bien, uno de los problemas frecuentes en estos proyectos y del que no escapa este nuevo barrio es netamente social porque algunas separaciones de parejas, por ejemplo, dispararon los primeros conflictos sobre a quién le corresponde mudarse a las nuevas viviendas.
Por esto, desde hace un mes aproximadamente, tres asistentes sociales del área de Desarrollo Humano realizan un relevamiento sobre todas las familias. La propia Secretaria Marta Perret, confirmó que se detectaron 22 cambios desde las adjudicaciones originales. Como siempre, el objetivo es evitar injusticias pero sobre todo “avivadas” de otros oportunistas que se hayan asentado en la zona con posterioridad para reclamar una vivienda. “Hay casos de matrimonios a los que se les casó un hijo, por ejemplo, y de parejas separadas. Pero siempre la prioridad son los hijos, que en general se quedan con las mujeres aunque hay casos diferentes, y después también el riesgo que están corriendo según qué lugar habitan”; explicó la Secretaria con respecto a los criterios de selección que se ponen en marcha en todos los planes de viviendas.
En el barrio Arcor son 80 las familias adjudicadas para esta primera etapa y hay 10 en lista de espera, que ahora pasarían a ocupar la lista de la segunda etapa. “Vamos todas las tardes a charlar con la gente, y está prevista una visita al barrio para mostrarles las casas. La mayoría quiere mudarse, pero algunos tienen temor porque por ejemplo, deberán dejar sus canoas, y hay 9 familias que tienen negocios en el lugar. En general, todos tenían muchas esperanzas de trabajo por el puerto de Arcor, y por eso también están algo desilusionados”, explican las asistentes sociales sobre este barrio que de concretarse los plazos, en pocos meses cambiará para siempre su fisonomía.