Geriátrico San Martín: en condiciones deplorables, viven cerca de 35 internos
Una inspección ocular de la Secretaría de Salud determinó las condiciones en las que el Dr. Julián Gómez mantiene a sus internos. Hay denuncias anteriores e incluso una orden de clausura que nunca llegó a ejecutarse.
La secretaria de Salud, María Vargas y el responsable de la supervisión de establecimientos de alojamiento para personas de la tercera edad y discapacitados, Diego Lafalce, llegaron en la mañana del martes a la propiedad ubicada en calle San Martín .
El mismo lugar que en 2017 fue denunciado por el maltrato que se dispensaba a un interno y que desató una polémica por la difusión de un video donde se observaba a una empleada que salió a buscar al hombre que se había fugado, es nuevamente noticia.
Esta vez fue una persona joven, cuya identidad La Opinión preserva por razones de seguridad, la que relató el calvario que viven las más de 30 personas que permanecen alojadas en el lugar.
Algunas por derivación de PAMI, otras por necesidad de refugio, la mayoría por decisión de sus familias y otros porque ya no tienen lugar en APAND de Baradero.
Hay personas que duermen atadas y otras que necesitan de cuidados especiales que debe dispensar el titular del lugar, el médico Julián Gómez, un profesional acostumbrado a enviar cartas documento para intimidar a quienes revelan su accionar pero no a mejorar las condiciones se su establecimiento.
Es un secreto a voces que “cuenta con protección”, porque varias veces se han labrado infracciones e incluso ordenado clausuras sin que el mandamiento se efectivice.
Tal vez no sea esa la expresión adecuada para describir el modo en que muchas familias se desentienden de los adultos mayores o de las personas con discapacidad sobre todo cuando están tuteladas por medidas judiciales.
Cuando los internos logran trasponer las rejas siempre surge algún rumor que explica los gritos que suelen escucharse a diario en la zona.
Tras la visita de las autoridades, este medio consultó a la secretaria de Salud. La Dra. Vargas ya remitió a Asesoría Letrada sus impresiones.
Entre otras consideraciones y en su condición de profesional de la medicina constató, por ejemplo, que un joven residente tenía sarna y que otro presentaba algunas lesiones que merecían ser tenidas en cuenta.
“Esas personas no merecen las condiciones en las que viven”, reflexionó la médica y apuntó que hay pacientes de distintas obras sociales y procedencias.
“No le deseo a nadie ese lugar”, concluyó tras anunciar que agotará las medidas necesarias para resolver la situación porque “acá, la verdad es que el peor abandono es de las familias, muy triste”, dijo.
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