Gaby Mendoza se negó a declarar y suman causas en su contra
Intensamente buscado desde que entre julio y agosto del año pasado cometiera una gran cantidad de delitos, el joven delincuente de 22 años fue atrapado en Rosario, tras un operativo encabezado por el Jefe Distrital Dante Paolini. Una trayectoria delictiva que empezó a muy corta edad y que nadie pudo, quiso o supo detener.
El sábado a la mañana, el sol que golpeaba las chapas de las precarias casas del barrio Las Flores de Rosario daba en la visera del Jefe Distrital Dante Paolini, camuflado bajo ropas de albañil. Junto a un policía rosarino que había estado toda la semana practicando ese oficio, el Comisario local lamentaba que lo único que sabía hacer era alcanzar ladrillos. Estaba a horas de atrapar al delincuente más buscado del último año: Jorge Gabriel “el Gaby” Mendoza.
La tarea era parte de la inteligencia desplegada desde que en agosto del año pasado le dictaron pedido de captura, pocos meses después de que cumpliera condena por tenencia ilegal de arma de guerra y volviera a la calle para continuar con la trayectoria delictiva que inauguró siendo apenas un niño, cuando apuñaló y mató a Aldo Daniel Pereyra (16) en el boliche Tierra Media.
Por entonces, tenía 12 años. Todavía no había pasado y escapado de varios reformatorios, entre ellos uno famoso, ubicado en Longchamps, ni había cometido uno de los asaltos más violentos que recuerde la ciudad, en la casa de la familia Incisa.
Tampoco había protagonizado la multiplicidad de delitos que se le endilgan entre julio y agosto del año pasado (ver recuadro), cuando desapareció luego de que un cómplice se interpusiera ante la policía con un machete y le permitiera escapar, tal como hicieran vecinos dos días después, piedrazos a los patrulleros incluidos.
Tampoco había baleado a Pedro Lineros luego de que éste apuñalara a Gastón “Chizito” Cabrera, otro joven y conocido delincuente, que murió tras ese hecho, mientras que su agresor permanece detenido.
Desde ese momento –febrero pasado– estaba en Rosario. En realidad, iba y venía, con cuidado. Una casa ubicada en las calles Estrella Federal y España, en una de las villas más grandes y peligrosas de las afueras de Rosario cobijaba sus días. Allí estaba, al borde del casino de lujo que recibe a quien entra a la ciudad de la Bandera, la lengua española y el narcotráfico, junto a otros delincuentes y una mujer, cuya antigua relación amorosa le valió la captura a Gaby.
El dato era preciso y el efectivo de la división Homicidios de la policía de Rosario, donde Paolini y su familia tienen domicilio y muchos amigos, se hizo cargo de certificarlo. A los pocos días de pegar ladrillos y hacer mezcla pudo comprobarlo: ese jovencito –tiene apenas 22 años– era Gabriel Mendoza, el delincuente más buscado en San Pedro.
El sábado, Paolini alcanzó ladrillos a su compañero rosarino, mientras el Fiscal Manso pedía un exhorto al Juez de Garantías de San Nicolás para que la magistrada rosarina Roxana Bernardello ordenara dos allanamientos, que tuvieron lugar a la noche.
De albañil, Paolini se tuvo que poner un traje para ir ante sus superiores y los jueces. Ya de fajina, con un camperón verde militar con capucha, el Jefe Distrital, su segundo, el Comisario Gallo, tres policías de calle sampedrinos y un grupo de apoyo de la Policía de Santa Fe irrumpieron en los domicilios señalados.
En uno de ellos estaba Gaby Mendoza. El mismo que supo decirles a sus conocidos que antes de atraparlo iba a “comerse a un vigi”, tembló un instante. Miró hacia el fondo para escapar pero no opuso resistencia. Ya estaba atrapado, lo sabía.
Junto con él fueron detenidos quienes lo acompañaban en esa casa, para que la policía santafesina estableciera si alguno de ellos tenía pedido de captura o vinculación alguna con delitos cometidos en esa jurisdicción. A todos se los llevó Gendarmería, en medio de gomerazos y algunas detonaciones de armas de fuego.
Por su parte, Gaby Mendoza fue trasladado en un automóvil particular sin escolta, al que se sumó un patrullero recién en Gobernador Castro, con orden de la Jefatura Distrital. Lo propio hizo otro móvil en el cruce de las rutas 9 y 191.
Alojado en la Comisaría local, Mendoza fue trasladado a Fiscalía el domingo a la tarde. Allí lo esperaban los fiscales Manso y Granda, el último con acción en Baradero, donde también el delincuente hizo de las suyas.
Se negó a declarar y permanece detenido. Su captura es un logro que Paolini minimiza pero que sabe importante. Aun así, su idea de “ciclo cumplido” sigue firme, al punto de que pidió licencia para, de seguro, ya no volver.
Lo que sucedió tras atrapar a “Gaby” parece formar parte de ello. Nunca falta quienes prefieren que ciertos personajes permanezcan sueltos, aunque más no sea para echarles la culpa de todo.
CRONOLOGIA DELICTIVA
2004
Asesinato de Aldo Daniel Pereyra. Gaby Mendoza tenía 12 años.
2006
Violento asalto a la familia Incisa.
2007, 2008
Internación y fuga de diversos establecimientos para menores en conflicto con la ley penal.
2009
Detención, juicio y condena por portación de arma de guerra.
2012
En diciembre cumple condena y recupera la libertad.
2013
Julio. Violento asalto a la familia Gorosito.
6 de agosto. Entradera a la familia Lavanchy, Santa Lucía. Escapó por el campo, sin que lo pudieran atrapar.
9 de agosto. Amenazas de muerte a una joven de 27 años.
12 de agosto. Enfrentamiento armado. La víctima simula morir y él escapa.
13 de agosto. Incendio de vivienda. Escapa con ayuda de una persona que se interpone a la policía, machete en mano.
14 de agosto. Lo denuncian por disparar contra una vivienda en Manuel Iglesias 800.
15 de agosto. Enfrentamiento con la policía. Escapa hacia el barrio 2 de Abril, protegido por vecinos que agreden a los efectivos.
2014
16 de febrero. Dispara contra Pedro Lineros, luego de que éste apuñalara a Gastón “Chizito” Cabrera.
17 de mayo. Un operativo policial lo detiene en la villa Las Flores, en Rosario.