Le robaron, sabe quién es el sospechoso, fue a hacer la denuncia pero no se la tomaron porque no había computadora
Un caso incomprensible vivió quien fue víctima de un robo cuando fue a la Comisaría. Tuvo que esperrar porque supuestamente la única computadora estaba en uso. El hombre se retiró indignado, más aún sabiendo que un patrullero estaba al acecho del delincuente. Esas son las condiciones en las que trabajan las fuerzas de seguridad.
Una persona que, con gran esfuerzo como muchos otros, procura terminar su casa propia para dejar de lado uno de los mayores costos en la subsistencia diaria, el pago del alquiler, fue protagonista de un episodio insólito.
El hombre fue víctima de un robo en su futura vivienda, pero no pudo asentar la denuncia en ese momento porque había, supuestamente, solo una computadora en la Comisaría y estaba ocupada.
La realidad golpea en los lugares más sensibles, los que deben velar por la seguridad carecen no solo de nafta, resmas de papel o dispositivos de comunicación. En plena era digital, se turnan para utilizar una computadora.
“Estoy intentando terminar mi casa en calle Independencia y Calle 66, que pertenece a la Cooperativa ‘Nuestros Sueños’, es decir, el sueño de tener nuestra casa”, comenzó contando a La Opinión.
“Llego al lugar cerca de las 8,15 y encuentro una reja abierta. Supuse que podría estar mi papá, quien también tiene llaves, pero no, lamentablemente no fue así. Rompieron el candado de la reja, entraron y se llevaron una ventana de aluminio”, continuó.
El hecho fue avistado por alguien que dio aviso inmediato a la Policía. “De pronto llegó un patrullero. Hablan conmigo los policías, que se comportaron muy bien, quienes por entonces ya tenían el nombre de alguien sospechoso que habían comenzado a buscarlo. Se van y comienzan a recorrer la zona para ver si encuentran al ladrón y nosotros también para ver si veíamos algo. De pronto, un hombre a caballo, que estaba parado en el Rincón de los Gauchos, nos llama y nos pregunta si nos habían robado, porque que había visto a una persona con una ventana de aluminio entrar en el barrio que se encuentra en Independencia al fondo”, primer indicio concreto que pudimos retransmitir a los uniformados.
“Cuando apareció el móvil policial les hago el comentario a los oficiales y me piden que haga la denuncia para que ellos pudieran proceder, porque supuestamente ya saben quién es el malhechor. Acepto la sugerencia y me voy a rápidamente a la Comisaría”, prosiguió contando, prólogo a lo impensado, nunca imaginado de acuerdo a sus vivencias.
“Cuando llego a la Comisaría le digo a la oficial que me atendió que vengo a dar parte de un hecho, que sé dónde supuestamente se llevaron la ventana robada, y me responde ‘tenés que esperar porque la computadora está en uso’. Me siento a esperar y a los 15 minutos, aproximadamente, sale otro oficial que me pregunta si estoy para una denuncia, le contesté que así era, y me comenta que tengo que seguir esperando ‘un rato largo más’ porque la computadora está en uso”.
¿Cuál fue decisión en ese momento? le preguntamos. “Me levanté muy indignado, rabioso, y me fui. No puedo creerlo todavía. Vas a hacer una denuncia y parece que te toman el pelo”, respondió.
Tras el insólito acontecimiento, como toda historia tuvo un final: fue su hermana quien se encargó de registrar el ilícito.
“Quedé muy caliente por todo lo vivido, por eso no fui”, fue el párrafo final de su relato.
Es sorprendente que en esta época la principal dependencia policial no cuente con los recursos tecnológicos básicos para llevar a cabo su función primordial: la atención a la ciudadanía. La falta de computadoras para tomar denuncias representa una deficiencia del Estado, que debe cumplir su rol de solucionarle los problemas a la gente, no complicarla.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión