Finalizaron las audiencias por los crímenes de la Dictadura
Las históricas audiencias de los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos en la zona finalizaban hoy pero la toma de la Municipalidad obligó a levantarlas. La semana pasada hubo más relatos de las atrocidades cometidas por los usurpadores del poder público. Elena Farías y Luis Mattini, los principales testimonios. Los que restan, lo harán en San Nicolás. Habrá inspecciones oculares y la posibilidad de que Donatti declare en su casa.
Una reunión para celebrar los 31 años de Democracia tenía rostros sonrientes. Eran de las víctimas, los testigos, los militantes, los jóvenes que entienden que la memoria es un ejercicio que interpela a todos y que las nuevas generaciones deben sostener.
Entre esas sonrisas estaba la de Elena Farías, que cantaba con voz bajita viejos tangos para animar la reunión, el día antes de ir firme a la audiencia a contar las vejaciones a la que fueron sometidos ella, su esposo y sus cuatro pequeños hijos, hoy adultos, a quienes engañó con la fecha de su declaración.
Esos mismos rostros sonrientes, el jueves, durante la anteúltima audiencia de los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos por la dictadura cívico militar en San Pedro y Baradero, levantaron sus brazos para recordar a los 43 estudiantes desaparecidos y los seis asesinados de Ayotzinapa, Mexico (foto).
Las históricas audiencias pasaron por San Pedro con un saldo más que positivo, ya que pusieron en debate un tema que no pareciera haber quedado saldado a pesar de los casi 40 años desde el golpe de Estado. Incluso se escucharon testimonios por primera vez y hasta hubo personas que declararon lo que vieron sin habérselo contado antes a nadie, ni a sus propios hijos.
El Secretario del Tribunal Oral Federal N° 1 de Rosario, Osvlado Facciano, confirmó a La Opinión que decidieron levantar las últimas audiencias, previstas para esta semana producto de la toma de la Municipalidad y que los testigos que restan declararán en San Nicolás .
Elena, la mujer cuyos hijos
no reconocieron
Esposa de Roberto Galarza, también detenido, fue “chupada” desde su casa del barrio Obrero, donde quedaron sus cuatro hijos de entre 2 y 13 años, también presos ilegales de la Dictadura. La mujer relató su cautiverio y el de su familia. “Cuando salí en libertad no me reconocieron”, aseguró.
El testimonio de Elena Farías, uno de los últimos de las audiencias en los juicios por delitos de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura cívico militar, fue uno de los más duros de escuchar desde que comenzaron las sesiones en San Pedro.
La mujer, de avanzada edad, fue secuestrada, detenida ilegalmente y torturada, como su marido. Permaneció presa durante cuatro años y medio, y pasó por diversos centros clandestinos de detención, hasta la cárcel de Devoto.
Ofreció un relato puntilloso sobre su detención, e incluyó el encuentro que tuvo con el entonces Juez Federal responsable de la región, Luis Milesi. “Qué linda manera de festejar el cumpleaños”, le dijeron. “Ni me acordaba que había sido mi cumpleaños”, dijo la mujer.
Elena Farías fue secuestrada un mes después que su esposo, Roberto Galarza. Se la llevaron de su casa del barrio Obrero, donde había colaborado con la creación de un comedor para las familias de la zona. Sus cuatro hijos fueron secuestrados horas después.
“Cuando se los llevan tenían uno dos años y medio y la otra 6, y los otros dos (de 13 y 11) no podían dar con ellos, porque se los llevaban de un lugar a otro, hasta que una tía los ayuda y los encuentran, no se conocían entre sí”, relató la mujer.
“Cuando yo salgo en libertad no me conocen, porque les habían dicho que yo estaba muerta. Fue muy duro retomar con mi hija, porque le costó mucho entender que yo era su mamá, porque nadie le dijo que yo estaba viva”, contó.
“Los dos más grandes tenían 13 y 11. Ellos me comentan que los levantan esa noche y los llevan a la comisaría de San Pedro. Los dos más chicos no saben dónde los llevan. Cuando yo salgo, no me conocen”, dijo Elena ante el Tribunal.
“Gracias a Dios existe todavía el comedor (que fundó junto a su esposo y otros militantes) y me siento muy orgullosa y alegre cuando veo a los chicos jugar”, dijo Elena tras las últimas preguntas del Fiscal Murray, y agregó: “Si eso es ser terrorista, extremista, no sé… yo me siento orgullosa, porque ahora comen muchos chicos, y una cosa que uno empezó sigue en pie y seguirá en pie”.
Antes de irse del recinto, ya parada y sin micrófono, reflexionó: “Seguiré ayudando a comedores, y a quien lo necesite, y si eso es ser guerrillera o extremista, lo lamento… Pero pienso que cada uno, como argentino, tenemos que darle la mano a otro que necesita también, sin mirar quién es ni cómo se llame, simplemente ver la necesidad de esa persona”.
Mattini, el líder del ERP
Juan Arnol Kremer Balugano, de 73 años, conocido como Luis Mattini declaró el jueves en San Pedro. Lo hizo en su carácter de hermano de Rodolfo Abel Kremer, desaparecido que fue secuestrado en esta ciudad junto a Rubén “Negro” Reynoso en la casa de este último, en abril de 1976, meses antes de la muerte del líder del PRT-ERP Roberto Santucho, cuyo reemplazo fue Mattini.
El exguerrillero autor de diversos libros sobre las organizaciones armadas en la Argentina contó en la audiencia que fue alumno de Silvio Frondizi y que formó parte del Partido Revolucionario de los Trabajadores, que en un congreso en la zona de islas a la altura de San Nicolás, en 1971, participó de la creación del brazo armado de esa organización política.
“Decidimos crear una organización de corte militar contra la Dictadura, que se llamó Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP); contra la dictadura primero de Onganía y luego de Lanusse”, dijo y reconoció que “tenía funciones jerárquicas mayores”. Al poco tiempo se unió su hermano Rodolfo.
Relató cómo a partir de un libro suyo la familia Leder Kremer se contactó con él. Llegó a San Pedro y tomó contacto con la familia Reynoso, con quien su hermano fue secuestrado en 1976 en esta ciudad.
Al conocer la escena de la desaparición de su hermano, Mattini habló con el vecino de Reynoso, Juan Carlos Muredas, cuyo testimonio en las audiencias semanas atrás significaron la primera vez que este hombre contaba lo que vio, producto del temor infundido por los captores.
“El que actuaba en la clandestinidad era yo, mi hermano se movía con documentos legales, y él desarrollaba actividades sindicales, legales, yo sí tenía otro nombre. Creo que el vino acá con su DNI de Rodolfo Abel Kremer”, recordó Mattini.
“Lo que supe en esa misma tramitación fue el destino de Reynoso, que fue llevado a San Nicolás y luego apareció su cuerpo en el Río de la Plata. De parte de mi hermano, no, no pude seguir el rastro”, dijo sobre la búsqueda que emprendió sobre Rodolfo.
“Aparecieron personas que me dijeron que lo habían visto en San Nicolás, un hombre de apellido Betancourt que no pude volver a encontrar. Después se me pierde el rastro”, recordó.
La Defensa de los imputados aprovechó la presencia de Mattini para preguntar si “cuando el buró político (del PRT) decide antes o en vísperas del golpe militar iniciar la lucha armada sin solución de continuidad hasta derrotar a las Fuerzas Armadas tuvieron en cuenta que regía el servicio militar y que las fuerzas estaban compuestas en su mayoría por conscriptos”.
“Sí lo sabíamos, pero también sabíamos que una cosa eran los soldaditos haciendo pinta, que eran los conscriptos, nuestros hermanos, y otra los grupos de tarea, que en general eran de suboficiales para arriba”, fue la respuesta.
“Todos los enfrentamientos que se produjeron en el país, usted piensa y sostiene que no intervinieron conscriptos”, insistieron.
“No dije eso. De hecho sabemos que en algunos enfrentamientos hubo y murieron conscriptos. Pero cuando las Fuerzas Armadas se abocaron a cumplir con el decreto famoso de extermino de la subversión, decreto del señor (Ítalo) Luder, se lanzaron con grupos de tareas, no conscriptos; los conscriptos estaban para hacer la posición, concretamente”
“¿Estaban entrenados para matar?”, quisieron saber los abogados que representan a los represores acusados. La pregunta fue interrumpida por el Fiscal Murray, quien considero que “eso ya fue contestado” cuando Mattini señaló que “eran una fuerza, un conjunto armado”, y pidió: “No hagamos una contienda política, el testigo es testigo de qué, es obvio que ya lo contestó”.
Donatti declararía en su casa
El jueves, el Tribunal estableció que Eduardo Luis Donatti, quien fuera intendente de San Pedro durante la Dictadura, preste declaración testimonial en su domicilio, tal como propusieron sus familiares luego de que no pudiera comparecer al Palacio Municipal producto de su estado de salud.
El testimonio del Jefe Comunal de facto, puesto en el cargo por el coronel Manuel Saint Amant, máximo responsable militar de la zona y principal acusado de la megacausa que se ventila en toda la región, es relevante en la medida en que familiares de víctimas aseguraron haber ido a solicitarle ayuda tras los secuestros por parte de grupos de tareas.
El Tribunal integrado por los jueces Otmar Paulucci, Ricardo Vásquez y José María Escobar Cello, junto al Fiscal Juan Patricio Murray, la querella y la Defensa de los imputados asistirían a la vivienda de Donatti para tomarle declaración y hay expectativas respecto de la transmisión en vivo desde ese domicilio.
Teniendo en cuenta que se trata de audiencias públicas, se espera que el canal online del Poder Judicial transmita como lo ha hecho hasta el momento con todos los testimonios, a pesar de que la declaración se tomará en una casa particular.