¿Felicidad?
¿Existe la felicidad? La palabra sí. ¿Pero existe la felicidad, esa de la que tanto se habla? Creo que no, creo que existen momentos tan cortos, tan pequeños, tan ínfimos, que apenas si uno alcanza a darse cuenta que eso es ser feliz. Un abrazo, una caricia, un beso del ser amado te hace feliz.
Pero es todo tan corto, que sólo para volver a sentir esa felicidad de la que tanto se habla, tenés que recordar cada uno de esos rayos de felicidad.
Porque esos son rayos de luz que el abrazo de un hijo te deja. Pequeños rayos de luz que un beso de tu esposo te dejó al irse.
Pequeños rayos de luz, que la caricia de un nieto, te dejó al pasar.
Pequeños rayos de luz, que un amigo, te dejó con una simple pregunta ¿cómo estás?
Guardemos cada rayito de luz en nuestro corazón, y algún día cuando más los necesitemos, esos rayitos de luz se convertirán en llamas dentro del alma y entonces podemos decir fui feliz.
No nos detengamos a pensar en lo que deseamos, pensemos en lo que tenemos.
La vida pasa, el tiempo corre. No te detengas. Aceptá ese beso y compartilo, aceptá ese abrazo y hacelo más largo, aceptá esa caricia y devolvela y esa caricia volverá.
La felicidad completa perenne, no existe.
Atrápala cuando te llega, aunque esa lucecita sea chiquita.
El sol sale todas las mañanas y alumbra al mundo entero.
Alumbranos tu mundo, y sin buscarla la felicidad, de a pedacitos te llegará.
Otilia Rodríguez, LC: 4.205.044.