Federico Grabich, otro lujo para San Pedro
Tras la charla de Hernán Montenegro, el viernes el nadador olímpico brindó una clínica en Náutico en la que dialogó y, luego, nadó con los presentes. “Poder brindar toda mi experiencia y lo vivido durante mi carrera es un orgullo”, aseguró con humildad.
Si hay algo que caracteriza a los mejores es la humildad. Y, como lo demostró semanas atrás el exbasquetbolista Hernán Montenegro, el viernes lo hizo Federico Grabich, bronce en el Mundial de Kazán, Rusia, en 2015 y con participación en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016, entre otros pergaminos como haber sido múltiple campeón argentino y sudamericano.
El oriundo de Casilda llegó desde Rosario en su auto particular y brindó una clínica de la que participaron nadadores de competición y amateurs de la institución junto a socios que se acercaron a observar el evento. Entre diferentes temas, relató cómo comenzó en el deporte y los obstáculos que fue atravesando hasta llegar a la actualidad donde es mundialmente reconocido por su labor. Incluso, narró la dificultad que tuvo para elegir entre la natación o el básquet a la edad en que los niños construyen su camino.
Los presentes también tuvieron la posibilidad de hacerle consultas al joven de 28 años, quien contestó todo con muy buena predisposición. La charla comenzó en la pileta pero por la fuerte tormenta eléctrica que se desató en la ciudad se trasladó al subsuelo. Aunque en un momento se dudó de la posibilidad de realizar la práctica en el agua por el mal clima, afortunadamente los chicos y adultos entrenaron y se divirtieron en la piscina con Grabich hasta alrededor de las 22.00. Antes de regresar a sus pagos, Federico cenó en las instalaciones del Celeste.
“Es un orgullo”
Previo a reunirse con el Departamento de Evaluación Deportiva y recorrer el club, Grabich atendió a la prensa en el restaurante de la entidad y respondió sin tapujos las consultas de los periodistas presentes, incluso hasta cuando le preguntaron por Jorge Sampaoli y Franco Armani, sus dos conciudadanos que estarán en el Mundial de Rusia 2018.
“Alguna vez me tocó estar del otro lado escuchando a nadadores referentes en su momento. Hoy poder estar de este lado brindando toda mi experiencia y lo vivido durante la carrera es un orgullo, me hace bien y espero le haga bien a los chicos y su familia”, sostuvo para romper el hielo y tras presentarse él mismo ante los concurrentes.
Luego, explicó en qué consistió la clínica: “Adentro del agua cosas básicas para los que recién se inician y para el grupo de promocionales y federados por ahí algo más específico. Fuera del agua hice una breve introducción mía pero después una charla libre y que la gente me pregunte sobre lo que desea”. Además, aseguró que “al principio” los chicos son “tímidos” y “les cuesta preguntar” y que por eso comienza “hablando” él. Y agregó: “Es un
deporte difícil, sacrificado y muy duro. Lo importante es que lo disfruten y que vayan recorriendo el camino paso a paso. Fue una carrera de años para llegar a lograr una medalla nacional. Es un deporte que a veces tarda un poco en pagar y son más las veces la que uno no logra lo que quiere que las que se cuelga una medalla”.
Por último, dejó en claro que “nunca” fue a una charla “preparado con el libreto qué decir” y que lo más “importante” es que “disfruten” porque “sin eso” es complicado “llevar el deporte adelante” ya que es “muy sacrificado”. “Es una inversión de un montón de cuestiones como tiempos, vacaciones, cumpleaños y demás. A eso sumale que a veces las cosas no salen como querés en el momento que querés. Hay que aprovechar si tienen un grupo de nadadores, ya hace 18 años que entreno solo y es muy difícil. Yo eso lo he buscado durante casi toda mi carrera, estuve tres meses en Australia donde entrené con un grupo y no me quería volver”.