Falta para dar el primer Paso
Una vez más, es hora de votar. Decidir quiénes representarán los distintos espacios políticos para enfrentarse en las elecciones de octubre. San Pedro viene de una experiencia traumática, que sería injusto limitar a la época de Guacone. Ese fue el desgobierno total, pero no hagamos leña del árbol caído. Ya anteriormente, con una administración prolijita, faltó planificación, fuentes de trabajo, una omisión inexplicable frente al desmonte frutal y un mapa de ciudad limitado entre las avenidas Sarmiento y 11 de Septiembre. Sin planificación, faltó conducción política.
En la última elección, la gente votó por una nueva política representada en el pintor de bicicleta. Alguien nuevo, “uno de nosotros”. Dejemos para la historia el juico de esa gestión, pero todos coincidimos que se tocó fondo.
Ahora, toca al sampedrino nuevamente elegir. Algunos buscarán los mejores tiempos del pasado, remoto o lejano, aunque identificados con la vieja política, aquella que naufragó en 2001 y Néstor Kirchner enterró en 2003: la política del funcionario que vive de la política y para quien primero están los intereses de los amigos que el interés público. Están los que votarán por el discurso progre y elitista. Idealistas al fin pero incapaces de hacer una lectura correcta de la realidad de una sociedad pluralista, que no acepta más dogmatismos de ninguna especie. Y no faltarán, felizmente, los que intenten renovar, oxigenar una política mezquina, transformándola y poniéndola al servicio de todos y todas. Eso no debe ser sólo discurso, debe ser objetivo claro y primordial. Algo que se pueda constatar en hechos y políticas concretas. Hay que desconfiar de los que tengan soluciones “cocinadas” en grupitos cerrados, eso no “funca” más. Los problemas de las sociedades modernas requieren conciencia ciudadana, actitud ética y construcción colectiva, donde se construya la unidad en la diversidad.
Los argentinos en general y los sampedrinos en particular deben concientizarse que en estas elecciones, para no ir para atrás, hay que dejar “el andador” o “el paraguas” de liderazgos verdaderos o falsos a los que confiamos nuestros destinos, y organizarse para participar, controlar y construir entre todos. Hora de realizar aquella vieja consigna peronista de “la organización vence al tiempo”. En los 70 pensábamos que “nuestras orgas” serían las elegidas, aún hoy día algunas organizaciones de nuestro espacio K siguen pensando igual, pero cometen el mismo error que cometimos en aquella JP. Cuando hablamos de “organización” no nos estamos refiriendo a “nuestra organización”, sino a la organización que la sociedad consiga darse. Y uso la palabra sociedad en vez de pueblo para remarcar el sentido, pero son lo mismo.
Al sectarismo, pluralismo. Al mercantilismo, idealismo. A la corrupción, ética. Y la convicción de que somos humildes engranajes de algo que debe ser construido entre todos y todas. Y por supuesto, que unidos, ¡¡venceremos!!
Eduardo Flores – 4.685.785