Falta de agua: Ponzio pide que se reduzca el consumo porque el sistema está en emergencia
La ola de calor provoca que las 30 bombas trabajen al máximo. El tanque copa no fue reparado y estiman que llevará tiempo volver a licitar los trabajos. En Doyle detectaron una llave exclusa que restringía la circulación y hay compromiso de brindar suministro a jardines, escuelas e instituciones. Los análisis de agua potable para consumo humano no se practican desde hace meses.
El 3 de diciembre de 2021 el tanque copa no resistió el embate del paso de más de cuatro décadas de funcionamiento sin inversiones importantes. A un año de la jornada en el que se reparó precariamente la licitación para la renovación de instalaciones fracasó a causa de la inflación y la falta de oferentes.
Las 30 bombas que hay instaladas en los barrios y que intentan poner presión a las cañerías que distribuyen de manera dispar a zonas que se han superpoblado y a otras que como en el caso de Villa Lolita y Arco de Oro lograron una instalación que por ahora garantiza cierto alivio.
La explicación que a siete años de gobierno de Cecilio y Ramón Salazar resulta insuficiente o escasa para quienes cada día tienen que ir a bañarse a casa de un familiar, poner una alarma para lavar la ropa a la madrugada o guardan en baldes la cantidad de agua necesaria para la descarga del baño.
Hay una realidad que pesa: el consumo y el derroche de un recurso que se extingue no cuenta ni con penalidades de restricción, medidores que arrojen alguna estadística o multas a aquellos que por conveniencia o desesperación instalan una bomba en sus domicilios sobre la red pública.
Dos obras hidráulicas importantes aliviaron la situación cuando Jorge Ponzio era Secretario de Obras Públicas: los desagües de 3 de Febrero que históricamente inundaban el Barrio Futuro y la instalación de cañerías nuevas en el perímetro de la ciudad durante el año 2016. Cuando se retiró del cargo, en el sector de Obras Sanitarias no hubo avances significativos. Construcción de edificios en lugares con escasa circulación, loteos que no cuentan con el servicio, localidades como Vuelta de Obligado y Pueblo Doyle que están creciendo producto de la inversión turística o familias que se radican buscando mayor tranquilidad, forman parte de la descripción que el funcionario hizo en el programa Sin Galera.
“Nosotros debemos tener los medidores, para saber cuánto consume la gente”, sostuvo tras ser consultado sobre el “mapa del agua” que con reclamos de los vecinos tanto por escaso suministro como por pérdidas confeccionó La Opinión.
“Nosotros tenemos un presupuesto para restauración de bombas, pero nosotros necesitamos otro tipo de presupuesto y plan, no importa el gobierno ni el color; hoy estamos haciendo parches para arreglar”, sostuvo en relación a los más de 280 millones de pesos previstos para 2023 de los cuales 111 se destinan a sueldos. Una gran parte de ese dinero está destinada al pago de la energía que aumenta también al ritmo de la creciente demanda de la población. En ese sentido Ponzio estableció comparaciones con otras latitudes donde el ciudadano cuida “el agua más que el oro” no sólo porque sea cara sino porque es muy escasa.
“Acá lo importante es la cantidad de edificios, yo creo que si vos decís construyamos un edificio,
lo tiene que aprobar la ordenanza, y nosotros de Servicios Sanitarios vemos si se puede o no”.
Respecto al problema que se generó con la escuela N° 43 que tuvo que suspender clases y el Jardín Municipal de Pueblo Doyle donde la semana pasada también avisaron a los alumnos que el establecimiento estaría cerrado relató: “fuimos a ver el tanque y me puse a ver las válvulas, y la de abajo estaba cerrada”. Ni el delegado lo había advertido porque según refirió pudo haber sido la acción de cualquier persona, “yo acá creo que los chicos fueron a jugar y dejaron todo abierto y alguien la cerró”. Frente a ese episodio, cocluyó “bueno, lo que tenemos que hacer es poner una cadena con llave”.
Luego explicó que también necesita interiorizase sobre el índice de recaudación para que el plan que diseñen se ajuste a las posibilidades de financiación en caso de que no haya recursos provinciales o nacionales.
“En Doyle, la semana que viene vamos a hacer un pozo para alejarlo del otro tanque,
el problema que tengo es que no tengo quien me haga el pozo.
Salimos a buscar y me tengo que poner en contacto durante la semana”.
Varias veces el funcionario reiteró que es necesario ejecutar un plan que trascienda las gestiones porque “es el vecino después quién paga la consecuencias”.
Sobre el final, sobrevino una pregunta que parecía innecesaria respecto al análisis del agua potable que consumen los sampedrinos. Pese a que es de publicación obligatoria, Ponzio reconoció que “Los análisis se hicieron pero no tenemos la regularidad, el agua está bien pero no tenemos los análisis todos los meses” y agregó que en algún momento pensó en tener un laboratorio propio. Lo cierto es que esas fotos o videos que envían oyentes y lectores que muestran vasos con agua turbia no han sido evaluados por profesionales que certifiquen que estén aptos para consumo humano.
Nota de la Redacción: para reportar falta de agua o pérdidas en las cañerías, La Opinión generó una nota interactiva. Cada vecino puede enviar foto y ubicación a este contacto:
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