El pintor y escultor Rogelio Polesello murió el domingo por la noche, a los 74 años y fue velado en la Legislatura porteña, en una despedida que tuvo al ambiente artístico nacional como protagonista. El artista plástico, uno de los máximos referentes del arte óptico y la abstracción geométrica del país y Latinoamérica, sufrió una complicación bacteriana.
Nacido el 26 de julio de 1939, se graduó como Profesor de grabado, pintura y dibujo en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, actual Instituto Universitario Nacional de las Artes (IUNA).
Su obra pictórica y escultórica fue premiada en el mundo y se exhibe en museos de la talla del Tamayo, en México; el Guggenheim de Nueva York; el Cifo de Miami; el Museo Nacional de Bellas Artes; y el Malba; entre otros.
Una de sus obras más importantes en escultura es la que está emplazada en el sitio histórico de Vuelta de Obligado. El “monumento de las cadenas” le fue encargado por la Presidenta de la Nación en 2010, cuando decidió decretar el feriado nacional para el Día de la Soberanía. La obra fue descubierta el 20 de noviembre de ese año.
Entre los premios recibidos por Polesello pueden enumerase el del Salón Esso de Artistas Plásticos de Latinoamérica (1965); George Braque del MNBA (1968); Gran Premio de Honor LVII Salón Nacional (1988); Primer Premio Mural INET (1998); Gran Premio de Honor del FNA (PK) (2003); Trabucco de la ANBA (2006); Cultura Nación (2007); por ejemplo.
En 2012 fue homenajeado por la Fundación Konex con dos galardones, el de pintura y el de escultura. En ese momento, destacaron que sus obras “construyeron un mundo personal y paralelo” y que “utilizó el acrílico para generar efectos ópticos y construir objetos”, al tiempo que recordaron que “en su última etapa emprendió un vaciamiento del cuadro, entrando al minimalismo, usando cada vez más el blanco y negro”.
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