Facturas truchas: Restelli aseguró que “las obras están” y apuntó a “las divinas”
El exsecretario de Obras Públicas habló sobre la facturación de proveedores que excedieron su capacidad de acuerdo a cómo estaban inscriptos en Afip, luego de que La Opinión revelara que la mayoría de las contrataciones de 2011 las hizo su área. Sostuvo que fue el año de mayor trabajo y que el control correspondía a Economía. Apuntó a Butti y Silva por la interna entre “divinas y populares”.
La semana pasada, La Opinión dio cuentas del análisis de la Rendición de Cuentas 2011 respecto a la contratación de proveedores municipales monotributistas que excedieron su capacidad de facturación, algunos de ellos en más de diez veces. Todo en el marco de la causa por malversación y desvío de fondos para la campaña electoral de ese año que investiga la Fiscalía del Dr. Granda y por la que hubo dos allanamientos en la Municipalidad.
Del cruce de proveedores y áreas del Gobierno se desprende que del total de 1.425.730,15 pesos que suman estos monotributistas, $ 1.114.543,50 fueron facturados a la Secretaría de Obras Públicas, que en 2011 tenía a su cargo Pedro Restelli.
La Opinión dialogó con el exfuncionario, quien explicó la modalidad de contratación y sostuvo que no le correspondía a su área controlar el estado fiscal de los proveedores. “El único recaudo que se toma a la recepción de la factura es que la misma esté vigente y no vencida”, aseguró. Su análisis también fue político y promete polémica.
“Las obras pueden verse”
Restelli explicó que 2011 fue el año de mayor obra pública de la gestión Guacone y que “todas y cada una pueden verse, las obras se hicieron”. En ese sentido, señaló que “no corresponde a la Secretaría de Obras y Servicios Públicos controlar la situación de cada proveedor ante la Afip”, porque “para ello existe una Oficina de Compras que habilita los posibles proveedores”.
De la misma manera, señaló que “es el área de Economía y Hacienda la encargada de controlar su situación ante la Afip al momento del pago”. Consultado sobre si en su área no notaron que los montos superaban lo que un monotributista podía facturar, explicó: “Si la sumatoria de las distintas compras efectuadas al proveedor superan o no el monto máximo posible, es imposible de determinar a través del Rafam de la Secretaria, ya que no se tiene acceso a la totalidad de los servicios o contratos que se prestan en las distintas dependencias”.
Entre los monotributistas excedidos hay tres que facturaron prácticamente todo a Obras Públicas. Se trata del constructor Rodolfo Vlaeminch, por $ 410.760; el proveedor de tosca Gustavo Fabián Iglesias, $ 394.890; y el fletero Fausto Capre, $ 194.950. A los tres se refirió Restelli.
“Es lógico que se haya contratado a los Iglesias, Vlaeminch, Capre, etc., por el tipo de elementos o servicios que prestan”, dijo y aseguró: “Respecto a los montos manejados, no constituyen ningún exceso”.
En ese marco, enumeró lo que denominó “las principales obras de este gobierno”, todas de 2011: “Pavimentación con carpeta asfáltica de 600 metros en Santa Lucia, 700 mts. en Gobernador Castro, 400 mts. en Pueblo Doyle, 500 mts. en Río Tala, 1000 mts. en el Circuito Panorámico, la repavimentación de la calle Salta y la nueva calle del Paseo Público”.
Además, sumó: “25 cuadras de cordón cuneta y carpeta del barrio Independencia ejecutadas a través del Fondo de Obras Públicas Comunitario, las que requirieron, todas, la provisión del suelo tosca necesario para su ejecución”.
Por ello, el exsecretario de Obras Públicas repitió que “las obras están y pueden verse” y destacó que cada obra tiene su expediente para la adquisición de materiales o servicios, “cuestión que ya fue analizada por el Tribunal de Cuentas, sin efectuar ningún reparo al respecto”
“A esto deberíamos agregar la provisión mensual normal de suelo o material asfáltico para bacheo, tanto para las tareas de mantenimiento de calles entoscadas o pavimentadas en cada caso”, agregó Restelli.
Leiva y Belo
Buena parte de la situación desatada por el caso de las llamadas “facturas truchas” tiene que ver con la confesión del monotributista Gabriel Leiva, quien aseguró haber prestado facturas para trabajos que nunca se hicieron. Entre los que nombró, aparece Restelli.
Ante La Opinión, el exfuncionario señaló que “este contratista venía trabajando como proveedor de servicios de albañilería desde antes de mi ingreso a la Municipalidad, y existen archivos que el mismo revistaba como sereno, también como monotributista, en el organigrama de la Secretaría del año 2008” y que “era contratado, entre otros, por los responsables técnicos del área para eventuales tareas de albañilería, refacción u otros servicios”.
Recordó que Leiva fue contratado para la obra de refacción de baños y vestuarios del Estadio Municipal, adjudicado a través de un concurso de precios de mano de obra, por un monto que rondaba la suma de $60.000. En total, al área de Restelli este proveedor facturó 76.400 pesos durante 2011.
“La obra fue ejecutada y terminada no sin tener algunos inconvenientes o desavenencias entre Leiva y el arquitecto a cargo de la dirección de la misma, lo que devino en una denuncia en la comisaria, motivo por el cual a mediados del 2011 se decidió prescindir de sus eventuales servicios”, explicó el exfuncionario.
De la misma manera, se refirió al también puntero del barrio El Amanecer Jorge Belo, otro proveedor monotributista excedido, que de $ 108.118 facturó a Obras Públicas $ 61.518. “Era contratado para tareas eventuales. En aquel año se ejecutó la recolocación y reposición de los postes del Paseo Publico en la zona del estacionamiento y la de limitación de la senda peatonal, como una las tareas que se le encomendó, entre otras”, señaló Restelli.
La interna entre “divinas y populares”
Como parte del análisis del caso de las facturas truchas y las implicancias políticas que ello tiene, Restelli dejó ante La Opinión una serie de preguntas retóricas que apuntan a la guerra interna que libraron “divinas y populares”, cuyo efecto más importante fue sin dudas la expulsión del propio arquitecto:
“¿Qué motiva al Sr. Leiva a denunciar mediáticamente este tema, siendo que al momento de efectuarla se encontraría cobrando por decreto un subsidio mensual de la Secretaría de Desarrollo humano siendo, por otra parte, proveedor del Municipio? ¿En base a qué criterios, cuál es el programa de inserción laboral, qué expediente existe que justifican los subsidios mensuales que se otorgan por decreto? ¿Qué contraprestación otorgan, y en qué áreas?”, se preguntó Restelli.
“¿No es menos explicable que se contrate a albañiles o proveedores de servicios desde otra Secretarías que nada tienen que ver con obras?”, siguió y agregó: ¿Dónde fue a parar, en qué conceptos, el Fondo de Inclusión Social y el Fondo de Planes Sociales de libre disponibilidad que en el año 2011 sumaron $1.503.382 y $1.077.084, respectivamente? ¿Bajo qué expediente se tramitan las compras con esos fondos?”.
En ese sentido, continuó: “¿Quiénes fueron los responsables, con qué régimen legal, con qué expediente se otorgó la concesión del predio y de la proveeduría del Balneario el fin de semana de Carnaval, el estacionamiento del Paseo Público durante el festival Mastai, etc.? ¿Donde está registrado el dinero recaudado que supuestamente se llevaban en una caja de zapatos?”.
Tras las preguntas, apuntó a los máximos referentes de “Las Divinas”, Silva, Butti y Bianchi, hoy al frente del gabinete de Guacone: “Quienes se hicieron responsables de esto último siguen aprovechando el calor del poder y su llegada a los medios. Se olvidan que se aseguraron cuatro años de sueldo con las obras que en gran parte ayudaron a ganar una elección; y uno de ellos, aprovechando la influencia sobre el mandatario, en esta pelea de ‘las divinas contra los populares’ se benefició con el bonus track de cuatro años adicionales como concejal. Mientras se ocupan de otras cosas, en la calle se suceden otras problemáticas, que no son sólo baches”.