Fabiana ganó una cena en Vía Costa y emocionó con su historia de vida de cara a la ribera

Bajo la consigna, ¿Cuál fue el momento más feliz que viviste en San Pedro?. Ella respondió, “Mi momento más feliz fue cuando el barrio La Cruz se convirtió en la belleza que es hoy”. Fabiana contó que hace 40 años que vive rodeada de río, que su hijo ama pescar y que su papá es un isleño de sangre que nunca quiso abandonar las barrancas.

“Viví toda la vida ahí con mi viejo en una casilla. Era un barrio humilde, obviamente. Después sacaron un par de viviendas, las que daban para la barranca. A mi viejo también le ofrecieron irse y él no quiso, porque estuvo toda la vida ahí. Él fue arreglando su casa hasta construirse lo que es hoy “.

Feliz de participar del sorteo de Sin Galera, Fabiana dijo: “Leí en el horóscopo que iba a tener mucha abundancia, y mirá ahora, es la primera vez que me gano algo”. Con esa soltura y simpatía para hablar dialogó con Lilí Berardi. Al final de la charla, las dos coincidieron en que ya se conocían por una nota del 2011. La conductora del programa terminó por decir: “Tantos años”, y luego de quedar pensativa, agregó: “Me re emocionaste. Ya está, Fabiana”. Ambas estuvieron unidas por uno de esos reportajes que en un instante “cambian la vida” y vaya si esto sucedió porque precisamente el tema fue: la fertilización in vitro, en tiempos en los que los tratamientos eran prácticamente un lujo.

La oyente es empleada doméstica, su esposo es carnicero y tiene un hijo de 12 años al que “le encanta pescar”. En el programa compartió: “Soy de familia isleña, me crié en la isla, crié nutrias y carpinchos. Vinimos cuando tenía un año, después de que mi abuelo murió”

En cuanto a la resistencia a mudarse de su papá, Oscar, dijo: “Es su lugar, es nuestro lugar de siempre” porque por el frente de aquella casa paterna se abrió el amplio boulevard en la cresta de la barranca y los habitantes que estaban en la zona de pendiente, fueron relocalizados en el Barrio de las 49 viviendas, también con vista al río pero en el extremo norte del casco urbano.

Entre las empanadas de su papá, “las dulces de carpincho”, y el recuerdo del dulce de calabaza de su infancia atrapó a la audiencia. “En una olla grande, yo venía de la escuela y se sentía el olorcito”, dijo en recuerdo de el aroma de la cocina de su familia.

Así también, ilustró que el barrio “La Cruz” antes de ser atracción turística, era un lugar marginado de San Pedro y añadió: “Yo quedaba sola con mis hermanos porque mi viejo era isleño y se tenía que ir. Nosotros nos cuidábamos entre todos”.

Fiel al legado de su familia, ella ahora vive cerca de las barrancas a la altura de Canaletas y va a disfrutar su premio en un restaurante perfecto para los amantes de la costa.