EXTRAVIADOS – Por Elvio Macchia –
Casi como el argumento verdiano de “La Traviata” que refiere a la trágica historia de “La Dama de las Camelias” de Dumas, cortesana que se enamora y desamora con gran velocidad de muchos pretendientes, existen cortesanos de la política que, con el mismo estilo, se “enamoran” y “desamoran” de líderes o conductores con velocidad. ALFONSIN, MENEM, KIRCHNER por nombrar algunos, no han sido la excepción…
Viven representando un rol, un personaje, una comedia de lealtad, fidelidad, sumisión pero a la hora de las dificultades, ejercitan una suerte de diáspora con gran presteza y dedicación (¡¿!?)
Sin embargo, en el momento del fallecimiento de un líder, aparecen muchos “arrepentidos” quienes reivindican la figura del que hasta ayer nomás, o un rato antes del óbito, repudiaban. Lo vimos patéticamente en ocasión del fallecimiento de ALFONSÍN donde, hasta una Lilita CARRIÓ compungida y presuntamente desolada, lloraba su partida. ALFONSÍN un tiempo antes, le había espetado rayos y tormentas a la que trataba, sin eufemismos, de “traidora”!!!
En el velatorio de KIRCHNER pude observar de todo, aún hasta los que se colocaban cerca de la Presidente y familiares directos para salir en TV! Los que se mostraron desgarrados y doloridos en serio fueron “los de afuera”, los cientos y cientos de miles de personas que, soportando la lluvia o el mal tiempo, esperaron para darle su último adiós, y no a un cadáver en exposición, sino a un cajón cerrado…
No merecen el menor respeto de la sociedad estos oportunistas de la política. Han estado y van a estar mezclados o agazapados entre el común de la gente y, cuando pueden, se encaraman en algún cargo político que debe ser de importancia, sino para qué tanto figurettismo?
Cualquiera que transite pasillos del poder los conoce. Son melifluos, sin honestidad intelectual y menos política! Pueden servir a regímenes totalmente antagónicos o sea tanto a KIRCHNER como a VIDELA, o como se dice vulgarmente a tirios como a troyanos. Naturalmente no tienen un compromiso serio con la gestión, ni con la política.
El título de esta columna expresa en realidad una equivocación: extraviados (“traviata” significa extraviada), no están, al contrario siempre rondan o están cerca del poder, esté quien esté en él.
Podremos algún día evitar estos lastres y mediocres ?TENGO MIS SERIAS DUDAS.