Los experimentados navegantes de una pequeña embarcación y asiduos concurrentes a la zona de islas quedaron perplejos cuando hallaron una prolija balsa. Proa al viento, encarando al Paraná, con su lancha, María y su esposo Sergio iniciaban otra tarde de esparcimiento y disfrute en las islas cuando fueron sorprendidos por una mínima embarcación de aproximadamente un metro por un metro, varada frente a las costas de Playa Mansa LyFE. La balsita de telgopor celeste, prolijamente armada, transportaba una imagen de cera de la Virgen Stella Maris rodeada de varias ofrendas, entre ellas brillo para labios, rouge, velas, alimentos y flores, enmarcados por una leyenda que muchos tomaron como una broma y que rezaba: “Pescadores de Plumas Verdes”. El matrimonio estimó que la intención de este artefacto sería pedir por la bajante del Paraná y la orientaron río abajo para que continúa su curso. Por cierto muchos saben que Plumas Verdes es una residencia propiedad de Horacio Guaraní en inmediaciones de Luján y por otro un paraje inexistente donde suelen mandarlo a uno cuando no lo quieren. Como en tantas otras cosas, no se sabe si creer o…
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