Expo Multimarcas dejó una marca en el corazón de todos
Santa Lucía vivió un Domingo inolvidable desde todo punto de vista social. Se llevó a cabo un inolvidable Expo Multimarcas.
Durante las primeras horas del Domingo comenzaron a llegar autos de todas las marcas y con las más variadas combinaciones de colores, se fueron instalando en la plaza local hasta completar el predio en su totalidad. Aproximadamente 300 autos y más de 2.500 personas disfrutaron de la exposición.
Cada uno de los fanáticos contaba con entusiasmo como había preparado su máquina. Antes del mediodía aparecieron las cupecitas, como se las llama en la jerga automovilística, y nadie pudo contener las lágrimas que la emoción hizo brotar.
Llegaron desde el conurbano bonaerense haciendo alarde de haber participado de las carreras de turismo carretera, el sonido de los motores invadió el aire y todo el mundo las rodeó para apreciarlas mejor, una de ellas tenía un inscripción “como soy llegué a Nueva York”.
A la tarde se presentaron espectáculos, bailes de la Peña El Fogón, el grupo Wayanay, Gustavo Ponce y Betania Spadaccioli, además se entregaron Diplomas y trofeos a los expositores, se realizó un exposición de dibujos de “Niños Fierreros”, la agrupación recibió reconocimientos de varios lugares que portaban los expositores y una nota de alegría, emoción y recuerdos se vivió cuando distinguieron con una hermosa plaqueta a Carlos Esteban Ferrero, un ex mecánico que cuenta en la actualidad con 91 años, quien con gran alegría fue a recibir su merecido premio y fue sensiblemente ovacionado por todos los presentes.
Todo se desarrolló en perfecto orden, la amabilidad se instaló entre los organizadores y el público presente quienes se sintieron muy cómodos por la deferencia que atendieron a todos sin distinción alguna.
Hubo una gran cantidad de premios para los expositores, y como la entrada era un alimento no perecedero o se colocaba en una urna una colaboración para el hospital se recaudó un gran importe y mucho alimento.
Fue toda una ceremonia el retiro de las cupecitas, las cuales rodearon la plaza encabezadas por la del organizador Néstor Manin y se despidieron con un rugir de motores ensordecedor pero encantador a la vez.
El espectáculo seguía porque la gente no quería retirarse, así fue que hasta casi la media noche hubo gente en movimiento.
Creo haber hecho con esto un significativo relato de lo ocurrido, y sólo me resta agradecer profundamente los momentos que nos hicieran pasar los organizadores y alentarlos para que sea el principio de una seguidilla de eventos de esta índole.
Muchas gracias a todos y mil felicitaciones, porque todo salió de mil maravillas.
– Por Beatriz Marich –