Evalúan a 800 aspirantes a policía: “Hay que sentirlo, no tiene que ser una salida laboral”
Comisario general retirado, actual secretario de Seguridad en Salto y exdocente de la escuela de Policías, el exjefe distrital Dante Paolini analizó la convocatoria al ingreso a la escuela de Policías, que tendrá 800 aspirantes de la región, de los cuales la mitad son locales. "La Policía es servicio, debe interpretarse de esa forma", dijo.
Este miércoles, San Pedro será sede de la primera evaluación para 800 aspirantes a la Escuela de Policías. En el Estadio municipal, les tomarán una prueba relacionada con un manual que contiene el material de estudio obligatorio y que fue entregado cuando se inscribieron los jóvenes que quieren ser efectivos de la Bonaerense.
De los aspirantes que será evaluados, 400 de los inscriptos son de San Pedro y los otros 400 vendrán desde Baradero, Capitán Sarmiento y Arrecifes. Como la mitad son de la ciudad, el Gobierno local pidió que esta evaluación tenga lugar en el distrito.
Este lunes, en Radio Cuarentena, el comisario general retirado Dante Paolini, actual secretario de Seguridad de Salto y exjefe distrital de San Pedro, analizó la convocatoria desde su lugar de exdocente de la Escuela de Policías de Ramallo.
“Para ser policía hay que sentirlo, no creo que tenga que ser una salida laboral, no tiene que ser una salida laboral”, sostuvo Paolini, que cursó tres años en la Vucetich e hizo una carrera que le permitió llegar al grado máximo.
“Tampoco tiene que coartar la posibilidad de ejercer el comercio, otros proyectos para mejorar en lo económico, pero la policía es servicio, debe intepretarse de esa forma”, consideró el exjefe distrital.
“Uno siente el uniforme y es lo que le desea a cualquiera que ingrese a la policía”, dijo Paolini.
En la escuela descentralizada de Ramallo, Paolini dio clases de Derecho Penal y de Prácticas sumariales, una materia que tiene que ver con “hacerse amigo del Código de Procedimiento Penal”, contó.
“Para acercarlos de la forma más didáctica posible, que aprendan las cosas elementales como la confección de actas, el trámite de registro, libros de guardia, de detenidos, todo lo que una Comisaría necesita para estar ordenada, para las prácticas sumariales del personal de mayor jerarquía”, explicó.
La primera pregunta que les hacía a los alumnos que cursaban con él estaba relacionada con cuál era el último libro que habían leído. “Me encontré con una sorpresa nada grata: alguno había leído un libro hacía años. No se lee”, reveló.
“Para mí era importante saber qué interpretación le habían dado, qué le había parecido. Me pasaba que muchas mujeres ya con hijos decían que el último libro que habían leído era alguno de cuentos a sus hijos de noche. Lamentablemente se ha perdido el hábito de la lectura”, señaló.
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