Esto sí que se puede copiar
Los alumnos de 1º C de la ESB de la Escuela Normal realizaron una campaña de ayuda al Hospital.
No es muy común por estos tiempos destacar actitudes como esta, y menos aún, que involucren a los alumnos de una escuela. Hoy en día todo pasa por los hechos de violencia, por las protestas y un alto nivel de indisciplina.
Esta iniciativa devuelve los principios, y remarca que hay muchas cosas que todavía se pueden hacer, con absoluta responsabilidad y consistencia. Se trata de un proyecto que encabezaron los alumnos de 1º C ESB de la Escuela Normal, quienes dentro de la materia Construcción Ciudadana idearon una propuesta que contagió al resto y finalmente tuvo resultados impensados.
La idea se generó luego de que algunas alumnas, por un motivo en particular, concurrieran al Hospital Emilio Ruffa. Tras recorrerlo observaron que algo fallaba y que en algún aspecto se le podía dar una solución. Consultaron y hablaron con diferentes personas del establecimiento y llegaron a la conclusión de que había que comprometer a toda la escuela. Allí se generó una notable tarea que consistió en visitar las aulas y pegar afiches por todo el establecimiento buscando respuestas por parte de todo el alumnado.
Fueron quince días de intensa labor, donde la colaboración de los papás también tuvo preponderancia, pues había que contar con un lugar para ir depositando las donaciones. Asombrados, los chicos fueron observando como con el paso de los días el interés iba creciendo y la “montaña” de botellas, trapos y ropa, iba aumentando sin parar. Una vez concluida la recolección llegó el día de la donación, uno de los momentos más emotivos porque durante los primeros días, este grupo de compañeros, jamás pensaron que iban a tener semejante respuesta.
El viernes pasado, en el salón de actos del establecimiento, se reunieron los alumnos y de cara a las autoridades de la Cooperadora del Hospital y de la Dirección, se hizo entrega de lo recaudado. Litros y litros de productos de limpieza e higiene, prendas de vestir y calzados, fueron entregados a quienes le darán un destino cierto y puntal. En el rostro de los chicos se mezclaba la emoción y la satisfacción de haber cumplido con un proyecto trazado con seriedad y respeto, digno de copiar.