“Esto le podría haber pasado a cualquiera”, dijo su violador
La frase se atribuye a Pablo Pérez cuando sometió a una de sus víctimas en 2008. Fue condenado hace pocos días por ultrajar a dos menores con 12 años de prisión. Este es otro de los casos en el que se confirmó su autoría.
La situación del recientemente condenado Pablo Pérez parece empeorar a medida que avanzan las semanas y se van conociendo casos en los que podría haber tenido participación.
Días atrás, el imputado fue condenado a cumplir 12 años de prisión efectiva, al hallárselo responsable de un doble abuso perpetrado contra dos menores de 13 y 14 años en enero del 2009, pero tal como adelantó La Opinión se elevó a juicio una nueva causa en su contra.
Para la Justicia ahora están ante la presencia de un violador serial, algo impensado para quienes hasta último momento guardaban alguna cuota de inocencia para Pérez. Ahora con todas estas confirmaciones, la causa pasa a ser una de las más escabrosas en la historia delictiva de la ciudad.
Cuando se fueron conociendo detalles del hecho que en un principio le adjudicaron a Pérez, aparecieron ciertas sospechas sobre otros actos de características similares. En algunos de esos casos hasta hubo personas detenidas quienes fueron recuperando la libertad ya que no eran reconocidas por las víctimas.
Siempre hubo sospechas y datos concretos, pero faltaban detalles que finalmente fueron prolijamente ubicados, y todos apuntaban a Pérez. La hora, la modalidad utilizada, el tipo de víctimas, el reloj, sus manos, el perfume y otros datos reunidos resultaron determinantes para que los fiscales comiencen a reabrir viejas causas y determinar si el acusado podría ser el autor de hasta 12 violaciones. Sí, un número en donde las características de los casos son similares, y no se descarta que se sumen sospechas si se siguen abriendo expedientes o se reciben presentaciones de quienes nunca lo denunciaron.
No es un caso más
Mientras se conocía la sentencia también se confirmaban los resultados de ADN efectuado a una joven de 17 años. La misma que el 10 de junio de 2008 cuando tenía 15 fue abusada sexualmente en plena vía pública. Los análisis dieron positivo, lo que se transformó en la tercera causa contra Pablo Pérez.
El hecho en su momento fue muy comentado ya que la joven concurría a la escuela en el momento en que fue sometida sexualmente. En este caso el abusador eligió como escenario una vivienda en construcción ubicada sobre la calle Frers, entre Uruguay y Avenida Sarmiento, el lugar donde se encontraba la cancha de fútbol del Club A. Mitre.
Hasta allí llegó una persona en bicicleta quien bajo amenazas trasladó a una menor de sólo 15 años.
Cerca de las 06:45 hs. la víctima se dirigía hacia la Escuela Industrial cuando fue interceptada en la esquina de Salta y Moisés Novillo. “Haceme la gamba que me sigue la policía”, le habría dicho Pérez a la joven como para excusarse y reducir a la víctima. “La joven iba desde su casa a la escuela pero en el camino se encontraba con su novio que vive por allí”, relató la madre.
El chofer se hallaba escondido atrás de un árbol y cuando pasó la mujer le salió al cruce. Amenazándola, la hizo subir a la bicicleta en la que se movilizaba, “Le puso la mano en la cara, simulando abrazarla y dio dos vueltas a los terrenos de Papel Prensa”, relató Viviana, la mamá de la joven abusada. “Mi hija nunca lo reconocería porque estaba con la capucha del buzo puesta sobre la cabeza y un gorro que también lo cubría, pero los resultados del ADN fueron contundentes. Igual algunas características son fundamentales como el perfume, la fuerza que tenía, la manos limpias”. El despreciable sujeto trasladó a la mujer hasta la ex cancha de Mitre y la introdujo al patio de la casa en construcción, lugar al que se accedía directamente desde la calle, y la sometió sexualmente sin que nadie advirtiera lo que estaba sucediendo.
“A la causa se le podría sumar el robo ya que no solo abusó de mi hija sino que también le robó una cadenita y el celular. Lo más sorprendente de todo es que cuando hablamos con su novia durante el juicio de la semana pasada, ella misma nos dijo que por aquellos días él contaba con un teléfono color rojo, similar al que le había robado a mi hija”, expresó la mamá de la víctima.
“Fue una lástima que mi hija no lo haya podido ver durante el juicio porque si es por la voz lo reconocería, pues tiene un tono muy particular. Nunca olvidará que cuando la agarró le dijo que con ella no tenía nada en particular, que esto le podía pasar a cualquiera”.
Más casos sospechosos
Por esos días se registraron varios hechos de características similares como uno en una obra de Almafuerte y Beaumont, otro en la esquina de Honorio Pueyrredón y Rivadavia y el restate donde la víctima fue abordada en Hipólito Yrigoyen y Av. Sarmiento. El hecho que involucró a esta menor se produjo a escasos 10 metros de donde pocos días antes también había sido abusada una mujer discapacitada.
Para los investigadores ninguno de estos hechos se pueden descartar, es más, se los relaciona con la cercanía que mantienen los lugares en donde se produjeron los hechos y las oficinas de la empresa en la que Pérez se desempeñaba.