¿Es un sueño, no?
He decidido mandarte esta carta porque me tiene preocupado el deterioro de la educación en lo que va de los años. Tengo 42 años y dos hijos en edad de la adolescencia y cierro un poco los ojos y me veo a mí en la edad de ellos, teníamos que ratearnos para no ir a la escuela, hasta incurrir en casi un delito de falsificar prolijamente la firma de mi padre o recuerdo una suspensión de clases por el extremo calor y no teníamos ventiladores o aire acondicionado entonces no se podía y era todo un acontecimiento. Y si pienso un poco más atrás cuando mis viejos iban a la escuela -eso si los que podían y no iban a trabajar para ayudar a su casa - o los maestros que hay que buscarlos en álbumes de fotos blanco y negro donde ir a dar clases era toda una aventura, pero el corazón y la VOCACIÓN esencia de la educación los movilizaban todos los días por lugares casi imposibles de imaginar en estos tiempos. Estos tiempos donde la cultura del paro de faltar a clase es moneda corriente, creo que nos estamos acostumbrando y la historia dice que cuando una sociedad se acostumbra de algo nunca más las cosas son como antes, nos acostumbramos a los desaparecidos y tuvimos 30 mil, nos acostumbramos a la droga y hoy es normal ver a chicos drogarse, nos acostumbramos a decir mi hija esta embarazada con 14 años y hoy es común a tal punto que las palabras son es normal, nos acostumbramos nos acostumbramos etc, etc. Los países serios no tienen estas clases de costumbres no será hora de que dejemos de mirar un poco egoístamente y empecemos a inventar otras clases de protestas que nos hagan crecer. PORQUE CRECIENDO UNOS CRECEN OTROS. Carlos, e-mail: [email protected]