En San Nicolás hablan de un presunto “milagro eucarístico” que tiene a un sampedrino como protagonista
Se trata de una persona que le dijo al Obispo Cardelli que había recibido una hostia que emanaba sangre, la que guardó hasta que, un año después, se la llevó para que sea analizada. La máxima autoridad eclesiástica de la zona dijo que habrá "exámenes fuera del país" sobre el tema.
En la ciudad de San Nicolás, los medios dan cuenta de un presunto "milagro" del que habría participado un sampedrino cuando, un año atrás, comulgó en una misa que se celebraba en la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de La Emilia y la hostia que recibió "emanaba sangre".
Así lo relató el Obispo Diocesano de San Nicolás Monseñor Héctor Cardelli, quien relató el caso al medio SN24: “Hace un año se me acerco un hombre oriundo de San Pedro que me manifestó que el año anterior había ido a la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de la Emilia y allí recibió una hostia que al metersela en la boca tenía gusto y emanaba sangre. Se la sacó y la guardo”.
Cardelli dijo que había perdido contacto con el sampedrino, quien se volvió a acercar este año, cuando oficiaba misa en la parroquia San Benito, y le llevó la misma hostia, que ahora espera para ser evaluada en el marco de lo que, entienden, podría ser "un milagro".
“Hay un médico especialista, que lo había propuesto Bergoglio cuando todavía era obispo de la ciudad de Buenos Aires que se encarga de evaluar estas cuestiones. Pero es muy probable que algunos exámenes se hagan fuera del país”, dijo el Obispo.
“Algunos estudios ya se realizaron en nuestra ciudad, pero otros deberán hacerse en el exterior”, destacó Cardelli al diario El Norte, medio al que fieles aseguraron que “es una hostia cubierta con sangre, que representa el cuerpo y la sangre de Jesús".
La eucaristía es el sacramento del cuerpo y de la sangre de Jesucristo bajo las especies de pan y vino, que por medio de la consagración se convierten en su cuerpo y sangre. Por eso, a este tipo de fenómenos se los denomina "milagro eucarístico".
Hay varios antecedentes en el mundo al respecto. En la Argentina, el más recordado quizás es uno que tuvo al ahora Papa Francisco como encargado de analizarlo. Sucedió en agosto de 1996, en la parroquia de Santa María, en Buenos Aires.
Al comulgar, a una persona se le cayó la hostia de la mano y, como consideró que estaba sucia, la dejó. Detrás suyo, otra persona la puso a un lado y le avisó al párroco, que la colocó en un deposito de agua y en el tabernáculo, de acuerdo a la normativa religiosa, que indica que si una hostia consagrada tiene algún incidente debe ponérsela en agua para que se disuelva y luego echar el agua en una planta viva.
A los 11 días, al ir a buscar la hostia, la encontró con manchas rojizas que luego se extendieron a todo el cuerpo. Por ello, fue enviada al Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, para impulsar la investigación.