En memoria de Sergio
Querida Lili, hoy no es él quien te escribe, soy yo, su hija, que necesito como en varias oportunidades lo hacía él, hacerte llegar mis sentimientos.
Se fue un gran hombre, un incansable luchador, un amigo fiel, un padre ejemplar, un marido compañero, un maestro inolvidable, un compañero entrañable y no sé cuantos calificativos más entran para describir lo que fue “mi gordito”. Sí el gordo, como lo conocían todos “el gordo Sabino”.
Se fue, nos dejó su cuerpo pero no su alma, su entereza por luchar por lo que quería, su dignidad, su amor por sus pares. Estaba muy cansado, su cuerpo no aguantaba más, menos aún su corazón, no pudo, quiso pelearla hasta último momento pero se cansó, no pudo. Se fue despacito, sin sufrir, esbozando sus últimas palabras sentía como se alejaba, si, estaba muy cansado, necesitaba tranquilidad y se fue. Es muy grande el vacío que dejó, muy, muy grande, pero sabes Lili, sé que lo espera su amigo Enrique, su amigo que lo va a cuidar porque prometieron encontrarse un día y ese día llegó, soy egoísta si no quería que se fuera con él, pero sé que Enrique, su amigo del alma, le va a dar la paz y el amor que él va a necesitar y que juntos, desde alguna estrella, nos mirarán y seguirán con sus eternas filosofías sobre la vida. Quiero que lo recordemos juntas por todo lo que nos dejó, que es mucho. A mi ser la persona integra que soy es su ejemplo de persona, luchar y no bajar los brazos nunca, NUNCA, como él que seguía hoy a pesar de su enfermedad luchando POR SUS ABUELOS del Club de Jubilados, con ellos pasó sus últimas horas, fue con ellos por los que se seguía manteniendo de pie, por sus 50 abuelos.
Lili vos lo conociste bien, dejo en vos el recuerdo de mi padre, el que te participaba de cada emprendimiento, que hacía en primer lugar a sus palabras y te pido que hoy a pesar de que ya no esté entre nosotros lo sigamos recordando juntas.
Se merece esto y mucho, mucho más, tal vez cuando el dolor a esta enorme pérdida se apague un poquito, pueda escribirte otras líneas contándote todo lo que se llevó con él porque no tuvo tiempo para hacer lo que le faltaba.
Gracias nuevamente A VOS, a tu equipo y a Gustavo que sé cuanto apreciaba a mi padre y cuanto valoraba al igual que vos su lucha eterna.
Un abrazo enorme.
Patricia Sabino
[hr]P.D: Nuestro agradecimiento al personal de Terapia de la Clínica San Martín, Dr. Adrián, Leticia, Valentina y a todos los que hicieron todo por papá. Mil gracias!