En la Guardia del Hospital, todo huele mal
José Herbas está de licencia tras la denuncia por irregularidades en la liquidación de las guardias y fue separado preventivamente del cargo de Jefe. Se especula con que será enviado a un centro de salud hasta que los resultados del sumario iniciado en su contra permitan tomar una decisión. Mientras tanto, uno de los denunciantes tiene una investigación iniciado en el Pami, donde cobró nueve meses sin trabajar.
La novela de la Guardia del Hospital sigue generando capítulos semanales, en una trama cuya complejidad es cada vez mayor y su extensión alcanza lindes insospechados.
El Dr. José Herbas, Jefe de la dependencia, denunciado por irregularidades en las liquidaciones que él mismo confesó como tales, fue separado –sumario administrativo mediante- de su cargo jerárquico y está de licencia.
Reconoció que en su recibo de sueldo no figuran las guardias que hacía y que registraba a los otros médicos a quienes les pasaba a cobrar. También reconoció su letra en los documentos que La Opinión publicó hace dos semanas, donde se detalla la operatoria practicada para cobrar en negro horas trabajadas y esquivar responsabilidad judiciales que retienen montos de su salario declarado.
Durante los próximos 30 días no trabajará en el Hospital y se habla que su destino sería un centro de salud. Eso hasta que pasen los 60 días que tiene la Dirección de Asesoría Letrada para expedirse sobre la investigación sumarial iniciada en su contra tras la denuncia de seis médicos del servicio, que fueron apoyados por más de veinticinco profesionales del nosocomio.
Pa’ vos, pa’ mí.
La situación da inicio a la disputa por la jefatura que ahora queda vacante. El cargo podría recaer entre alguno de los seis denunciantes, entre ellos en uno que a su vez tiene una investigación en el Pami, donde se desempeñó hasta su renuncia, sospechado de fraude.
El médico en cuestión cursaba un posgrado fuera de la ciudad y necesitaba una licencia extraordinaria, sin goce de sueldo, que solicitó y le fue denegada por su poca antigüedad en el servicio.
Para no discontinuar los estudios y mantener el cargo, el médico habría presentado una licencia por stress laboral entre marzo y diciembre del año pasado, lo que le permitía estudiar, no trabajar y cobrar.
El problema está en que el profesional habría continuado trabajando en el Hospital, a pesar de estar con licencia especial en el organismo nacional.
La investigación fue iniciada desde la Delegación Regional del Pami, con sede en Junín, a cargo de Juan Carlos Peña. Cuando esa dependencia tomó conocimiento de la situación avanzó sobre la delegación local y el Hospital de San Pedro.
Desde Junín enviaron notificaciones para que el Pami San Pedro se dirija al nosocomio para constatar si el médico estaba efectivamente trabajando. En ese momento, de casualidad, no estaba porque había ido a rendir.
De la misma manera, llegó un pedido a la Dirección del Hospital, ejercida por el propio Subsecretario de Salud de la Municipalidad, Julio Caraballo, que nunca fue respondida. Solicitaban información acerca de si el médico había trabajado o no mientras estuvo de licencia en el organismo.
Así como los pasillos del Hospital ofrecen detalles sobre el caso Herbas, que parece todos conocían pero nadie quería ser quien arrojara la primera piedra, también hay datos sobre el escándalo que envuelve a un médico cuyo futuro podría haber estado seriamente en riesgo si no renunciaba a sus labores en el Pami, ya que podría haber implicado una cesantía en un organismo del Estado nacional, lo que lo dejaría afuera para toda la carrera del sistema de salud pública.
Lo que se cuenta en los pasillos es que todos le recomendaron que renunciara. “No seas boludo, te vas a joder la vida por dos pesos”, le habrían dicho. Lo de “dos pesos” es un eufemismo, ya que se habla de un fraude de aproximadamente 50.000 pesos.
“Si lo movilizaban el año pasado lo agarraban, pero se durmieron”, comentó una fuente que está al tanto del tema. Agregó: “En Junín se la tienen jurada, las conversaciones que se filtraban desde el Pami decían que ‘al que hay que rajar es al médico’, pero hay que ver quiénes lo apañaron, estuvo un año cobrando sin laburar”.
En la interna por la Jefatura de la Guardia, éste médico es uno de los que tiene posibilidades de quedar al mando del servicio. Con Herbas sumariado y dos médicos locales que no quieren hacerse cargo de la responsabilidad, su nombre aparece como el indicado para cubrir la vacante. Pero entre tanta ambición llega “el carpetazo” y con él los verdaderos motivos del escándalo de la guardia que lejos está de ser una “cruzada por la moral” como argumentaron en un principio disfrazado de “malos tratos”.
La información a la que tuvo acceso La Opinión lo pone, por lo menos, en duda. Ir de Guatemala a Guatepeor no parece el camino indicado para solucionar algunas cuestiones que al interior del Hospital huelen mal. Algo está de más en la olla que destapó la denuncia contra Herbas. A esta altura de las circunstancias, los muertos que cada uno guarda en el ropero comienzan a golpear la puerta.
“Somos todos culpables”, dijo el denunciado Jefe de Guardia. Parece que es así nomás, mientras la ciudadanía mira desde la tribuna una disputa que debería sumar al mejoramiento de un servicio público esencial como es la salud y sólo pone en riesgo la reputación de un centro hospitalario modelo en la región. “Fueron por la guardia y ahora van por más”, se ecuchó decir a un alto funcionario del gabinete de Guacone que ve en estos movimientos algo más que una simple reyerta entre médicos.