En el Día del Trabajador, marcha, angustia y bronca
Así lo vivieron los trabajadores de la Clínica San Martín que marcharon el domingo, junto a agrupaciones sindicales y vecinos, en defensa de sus puestos de trabajo y contra el cierre del sanatorio. Aseguraron que fueron víctimas de amenazas por parte de l
Hubo una frase que resumió todo lo que expresan los rostros de las trabajadoras de la clínica San Martín: “Quiero que nuestra clínica no se cierre, que tengamos nuestro trabajo y poder vivir de nuestro sueldo”. La pronunció el domingo, invadida por la emoción y con el dolor de no saber qué pasará mañana, Jesica Zanocco, delegada de ATSA, durante la marcha que tuvo lugar el Día Internacional de los Trabajadores.
Desde hace semanas, son solo los empleados los que recorren los pasillos del edificio en busca de respuestas que no encuentran. Los médicos y accionistas abandonaron el lugar para continuar atendiendo pacientes en consultorios privados, como uno ubicado en calle Pellegrini, a metros de la Municipalidad, por ejemplo.
Quienes todos los días abren las puertas del edificio de San Martín al 400 son los mismos que el domingo encabezaron la marcha que partió de la clínica con destino a la Plaza Belgrano, con una parada intermedia en las puertas de la vivienda de la doctora Ana Taurizano, a quien denunciaron por amenazas y extorción (ver recuadro).
Sólo cinco minutos estuvieron en la puerta, al grito de “queremos cobrar” y “no al cierre”. No obtuvieron gesto alguno. Sólo un joven se asomó a la puerta y al ver que se trataba de una manifestación ligada con la clínica cerró para no volver a abrir.
En la plaza Belgrano fueron recibidas por algunos representantes del Frente Sindical y Social que no marcharon, como hizo la gran mayoría de quienes conforman ese núcleo de sindicatos, porque se habían quedado allí para preparar el guiso que almorzaron para conmemorar el Día del Trabajador.
“Los trabajadores no somos variables de ajuste”, repitieron desde el Frente y remarcaron que no se los puede “poner y sacar, como números”. En ese sentido aseguraron que juntos pelearán en defensa de los puestos de trabajo “que se pierden día a día desde el cambio de gobierno”.
Los enfermeros y administrativos de la clínica se vieron acompañados durante toda la jornada por sus familias. De hecho, se pudo ver a chicos menores de edad sosteniendo pancartas en las que daban cuenta que no sólo no cobraban sus salarios, sino que además no contaban con ART ni aportes jubilatorios.
La heredera que amenaza
Según comunicó la delegada de ATSA Isabel Bravo a este semanario y luego repitió en la plaza Belgrano, una de las accionistas que mayor presión ha ejercido sobre los trabajadores es la Dra. Ana Taurizano, representante en la clínica de la sucesión de su padre, uno de los fundadores que dejó su vida en ese centro asistencial. “Él nunca hubiese permitido que esto suceda”, remarcaron.
“Vino a amenazar al personal para que levante el paro. Siempre culpando. Si llega al cierre de la clínica es culpa del personal y si no hay un comprador es el personal también el culpable”, contó Bravo, al tiempo que reconoció que “las compañeras no la denunciaron porque son bastante permisibles para con ellos, porque quieren llegar a un acuerdo”.
La reconocida ginecóloga es una de los profesionales que más pacientes atendía en el sanatorio.