Emociones, amores, ajuares y vestidos de novia en la historia de Santa Lucía
La historia del pueblo vivió en la noche del sábado momentos especiales cuando la población asistió a un desfile que recorrió década a década recuerdos de familias, costumbres, amores y elecciones de moda que guardan los ajuares y vestidos de novia. Desde un modelo de 1920 en color negro, una blusa bordada en 1912 que fue donada al museo y hasta tres generaciones de mujeres que lucieron los trajes con los que llegaron al altar, formaron parte de la crónica que hoy entrega la Licenciada Mercedes Solé a La Opinión.
-Por la Lic. María Mercedes Solé
El sábado 12 de octubre por la noche, el Museo de Santa Lucía realizó un desfile donde se revivió la historia a través de los vestidos de boda. El mismo tuvo lugar en las instalaciones de la EES N°1.
Al ingresar al salón, elegantemente vestido con telas que partían desde una araña con caireles, las personas se veían envueltas por su decoración que creaba un marco de fiesta y distinción. Esto generó desde el principio una gran expectativa entre los presentes.
Para comenzar el Grupo de Teatro Juvenil a cargo de la profesora Gabriela Bahía, realizó un sketch cómico denominado “Un casamiento diferente” que causó risas y aplausos por parte del público.
Luego, se abrió la pasarela con el vestido de novia de Rosa Mallol de Marañis del año 1920 que se destacó por ser un conjunto labrado con bordados en relieve, corto y de color negro, algo inusual en la actualidad. De igual manera, se lució un conjunto que contó con una blusa original del año 1912 que fue donada a la institución.
En los años 40 se pudieron observar dos vestidos de novia con sus ajuares de noche de boda originales de un blanco impoluto. Posteriormente, en los 50´ las modelos lucieron sus cinturas con vestidos de falda acampanada al ritmo de la música.
En la década de 1960 las resplandecientes esposas con importantes colas sorprendieron a los espectadores que lo demostraron con sus exclamaciones. Asimismo, en los 70’ entre los volados, las flores y los tules bordados característicos de la moda del momento, se lució el conjunto completo, con accesorios y zapatos, de vestido y traje de novios de Mirta Gabilondo y Cacho Manin.
En 1980 llegaron los grandes moños, los vestidos cada vez más amplios eran la última moda y las santalucenses no quedaron fuera de esta tendencia. Las risas y la emoción se mezclaron mientras se observaba el video con fotos de las protagonistas.
Al llegar a los años 90 la moda se fue simplificando, pero los vestidos siguieron igual de radiantes continuando hasta la actualidad. Década por década, se acompañó cada pasada con una descripción de la moda y el estilo lucido.
Sin poder ser de otra forma, también formaron parte del desfile los vestidos de madrina y de fiesta y los trajes de novios. Además, las enamoradas fueron acompañadas por el cortejo infantil que lanzaba pétalos de rosas a su paso, robando los corazones del público que sonreía con sus picardías.
También fueron participes los accesorios, como los tocados, los velos, los sobres, las joyas y los ramos. Las largas colas junto a los tules, encajes y bordados de ensueño deslumbraban en la alfombra roja sumergiendo al público en un clima de ilusión y romance.
Es de destacar, que en la pasarela muchas chicas brillaron con los vestidos de sus tías y abuelas, este fue el caso de Paloma Corti, Lucía Curran, Malena Ruvini, Magali Calvis y Gabriela Bahía, que hicieron emocionar tanto a sus familiares como a los espectadores en general.
En el caso de la familia Jáuregui Ibern estuvieron presentes tres generaciones de vestidos de novias, comenzando con Clementina García de Jáuregui que contrajo matrimonio en 1938, seguida por María Elena Jáuregui de Ibern en 1963 y finalizando con su hija, Lilian Iber en la década de 1980.
Cada pasada iba acompañada de un vídeo con música y fotos de boda, siendo muchas las emocionadas al verse en la pantalla grande vestidas de blanco. De igual manera, no solo se pudo ver el avance de la moda sino también el de la música, ya que cada década era desfilada al ritmo de su momento histórico.
Al mismo tiempo, La Peña el Fogón realizó shows en vivo conformados por parejas que bailaron al ritmo de los clásicos vals de los novios.
Tras dos horas a pura alegría, se finalizó con el típico lanzamiento de arroz a los novios. Este evento es parte del proyecto de trabajo “El Museo sale a la calle”, que ya tiene en su haber varias actividades realizadas. En este caso, el Museo de Santa Lucía le acercó un recorrido por la historia a la comunidad con una propuesta innovadora y diferente.