Tanto si el alma se desplaza por la noche cuando el cuerpo duerme a los planos correspondientes a su nivel de conciencia, como si abandona el cuerpo después de la muerte física, conoce su nombre en cada momento, con el que se llamó y se le sigue llamando. El alma será llamada por su nombre de conciencia momentáneo bien por seres elevados, luminosos, por almas de luz, o bien por almas oscuras. Depende pues de su estado de conciencia en compañía de quienes se va a encontrar.
Cuando el alma vuelve a encarnarse, emite su nombre de conciencia a través de la envoltura física. El nombre de conciencia irradiante irradia en el mundo de sensaciones de la madre o del padre, o de ambos. En ellos se va formando el nombre propio de su hijo terrenal, y éste será el nombre que el hombre lleve en este mundo, en la Tierra. Por tanto, no hay casualidades al dar el nombre a un hijo.
Maximiliano Corradi
DNI 27090991
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