EL VOTO Ó LAS BOTAS
Los rufianes políticos de principios del siglo XX se encontraron con un enemigo letal: el voto popular que impulsaba el movimiento revolucionario de aquel entonces: el radicalismo. Liderado por HIPOLITO YRIGOYEN ese enorme sector de la nación esgrimó su arma predilecta: la LIBRETA DE ENROLAMIENTO, cada una de ellas valía un voto. Así como en la época de los caudillos cada lanza era un hombre como valor importante, en 1916 el voto desalojó al liberalismo conservador oligárquico y entronizó a las clases más olvidadas. Treinta años después el peronismo utilizaba otro documento como arma también contra el conservadurismo: el CARNET SINDICAL. La clase obrera se organizaba bajo la bandera de una sola CGT y se nucleaba en sindicatos enormes y poderosos con el fin de participar en los destinos de la nación. Éstas que parecen verdades de PEROGRULLO, como dice ARTURO JAURETCHE, sin embargo no se consiguieron sino gracias a una lucha constante y tesonera de miles y miles de ciudadanos. Hoy el mismo documento “aggiornado” llamado NACIONAL DE IDENTIDAD nos permite utilizarlo para premiar a los candidatos electorales. En el medio de esta campaña aparecen fenómenos de violencia inusitados y preocupantes porque llevan el mensaje que “estamos vivos y acechantes”. La ultraderecha no se resigna a retirarse del escenario político. Volvió con la dictadura militar, se mantuvo con MENEM y con DE LA RUA gracias al Ministro Imperial : Domingo F. CAVALLO. ¿No les parece terrible que tengamos que vivir esta situación? Tres vidas uniformadas perdidas por las balas subversivas. La lucha y defensa contra esa irracionalidad es el documento nacional porque la democracia sigue siendo un valor inmodificable y el más poderoso contra la violencia.