Sonará el despertador y con él, la rutina de un nuevo día. Llorar para mamar si se es bebé; tomar un mate amargo antes de salir hacia el trabajo; mirarse al espejo antes de llegar a ese tercer año que tanta belleza exige; sacar el auto para transformarlo en remisse; prender la computadora para ver si han caído nuevos mensajes; desenchufar el celular y encenderlo para ingresar a otra jornada de comunicación inmediata; atar los cordones de las zapatillas para la caminata; poner la ropa en remojo para lavarla horas después; contar el dinero para estirarlo en las compras de la comida; cerrar los ojos y evitar la imagen del escritorio de la oficina sepultado en papeles; quedar en ayunas para la extracción de sangre que determinará el nivel del ácido úrico; enfundarse en la camisa engrasada para iniciar las tareas en el taller; pulsar los botones del teléfono para solicitar un turno con el dentista; poner el tractor en marcha para comenzar las tareas de labranza… Todo y más, a una misma hora, en una misma ciudad y sin que nadie recuerde que el bebé que llora es el hijo de la egresada de la promoción 87, que no sabe que su madre extraña los mates que le cebaba la abuela antes de salir para ese quinto año del bachillerato con orientación pedagógica cuando soñaba ser profesora de esa misma chica que ahora se mira al espejo, cuidando que el piercing se entrevea entre la remera y el jean, ahora que ya no tiene la obligación del espantoso guardapolvos. Esa misma adolescente, que espera las notas de ese tercer año que la alejará para siempre de los libros, subirá al remisse que un señor maneja desde hace diez años, tras haber dejado su puesto de jefe de personal de una de las fábricas que se presentó a quiebra, no sabe que entre los mensajes que bajarán a su PC, hay una invitación para sumarse a un nuevo grupo de Facebook creado por egresados de su misma escuela.
El remisero está listo para salir con una herramienta que hoy le es indispensable: su celular con carga completa. Su esposa se ata los cordones de las zapatillas para emprender la diaria caminata de rehabilitación que le ha propuesto el cardiólogo, sin saber que su nieta lloraba hace minutos en procura de su alimento, mientras recuerda que a esa misma hora ingresaba a la sala de enfermeras de un hospital de Capital Federal, donde la esperaba la tarea de recorrer todas las salas sin equivocarse de medicación. Se mira los pies y extraña los zapatos blancos con suela de goma y la delgadez de aquella cintura que sedujo a su marido hasta arrastrarla a San Pedro para formar su propia familia.
La vecina, se asoma a la ventana, la saluda y se dispone a poner la ropa en remojo, cuando la caminante regrese ya tendrá la ropa colgada y dispondrá de unos minutos para salir a hacer las compras al supermercado que abrieron los hijos del profesor de música del Jardín de Infantes. Le gusta llegar y ver la cara de esos muchachos tan parecidos al señor que desde el piano invitaba a todos a conformar la ronda, bajo la atenta mirada de la Directora. No habían hecho gran fortuna, pero con la supervivencia de ese negocio, lograron enviar a una de sus hijas a estudiar fonoaudiología a Buenos Aires, mientras que la otra, cursa una carrera a distancia en el Centro Universitario Regional.
Quien llega a su oficina y ve los papeles en el escritorio, maldice una vez más su vocación por los números. Ahora mismo tiene que terminar la presentación de la quiebra de una empresa frutícola que le daba trabajo a más de 500 personas y para colmo, debía abonar su cuota de matrícula de contador en el Colegio porque las intimaciones se acumulaban en su estudio. Siempre miraba los autos estacionados por la ventana y se preguntaba de quién sería esa imponente cuatro por cuatro que desde hace días recorría la ciudad comprando propiedades. Allí mismo, en ese cubículo que encerraba sus mañanas y sus tardes, soñaba con la llegada del fin de semana para salir a remar con su amigo de la infancia, el que ahora es un famosísimo periodista en una radio de Capital.
El señor mayor, listo para recibir el pinchazo que develará la calidad de su sangre, tiene la esperanza abierta. Acaba de advertir que el apellido del bioquímico que figura en el cuadro colgado en la sala de espera, es el mismo de su único amigo de la infancia, el que viviendo en la casa más grande del campo que cuidaban sus padres, llegó a ser Rector de una escuela. ¿Será el hijo o el nieto? – se preguntaba mientras esperaba su turno.
El profesional lo llamó por su apellido, nada mejor que un reencuentro ocasional para hallar coincidencias que se evaporan apenas se traspone la puerta, pero distraen mientras la aguja se hunde en las estrechas venas de un anciano que ha tenido que llenar muchas planillas en oficinas públicas para recibir su diagnóstico. Tantos años trabajando en el campo, le impidieron ocuparse de los aportes y los papeles que con su prolija caligrafía de segundo grado superior, llenaba cada vez que lograba sacarle punta al lápiz negro que guardaba en el cajón de su mesa de luz.
Su hijo tenía mejor suerte con el taller. A esa hora ya estaba enfundado en su camisa engrasada revisando con un aparato nuevo el estado de un auto último modelo que paradójicamente funcionaba “a inyección”. Por suerte, en la Escuela Industrial había aprendido lo suficiente como para defenderse en una profesión que si bien no lo haría rico, le daba posibilidades de subsistir con su familia. El auto que tenía que arreglar era precisamente de un pianista que vivía en el exterior, hermano de un Ingeniero Naval que le prestaba el rodado cada vez que venía a la Argentina.
El sonido del despertador, marcaba el fin de la noche para el excelso escultor que prefería las noches para engendrar su obra. El día para él, resultaría más corto si se estiraba en la cama que tenía dentro de su atellier.
Es Viernes 5 de Diciembre de 2008 y a las siete y media de la tarde irán sin conocerse a la Escuela Normal para devolver un minuto de reconocimiento al único sitio que logró darles un mismo punto de partida: la Escuela Pública.
Todos, en un mismo instante y sin comentarlo, ya le han dedicado un minuto de sus vidas a algo que se escucha como noticia desde hace varios días en todos los medios de comunicación del pueblo.
“Vamos a volver para devolver”, “Vamos a Tomar la Escuela!”
Cada uno con su propio equipaje, llegará para conocer a otros que habiendo compartido el mismo banco, los mismos aromas, el timbre del recreo y el oportuno aperitivo de la media mañana, llegarán para encontrarse a sí mismos, buscando en los listados colgados en las paredes, los apellidos que conocen para acopiar un pasado que les permita pensar que el futuro puede ser posible.
Larrondo, Dumrauff, Canedo, Victores, Sotil, Franzoia, Rivas, Roca, Peralta, Noceti, Malacrida, Nahón, Giovanelli, Dotti, Lapenda, Biscia, Renaudiere, Mosto, Gagliardi, Laurín, Mantovani, Contreras, Aldazábal, Babbini, Chediak, Montero, Keudell, Rivadeneira, Marolli, Villacampa, Sandrini, Donatti, Rovini, Homps, Rego, Vitale, Rovini, Farina, Mora, Bordoy, Mórtola, Castro, Vellón, Coma, Cuscuela, Sánchez Negrete, Constantín, Gutiérrez, La Greca, Gorini, Solé, Amorena, Rodríguez, Mamberto, Beladrich, Esquerré, Yanzón, Lavayén… en distintos tiempos, en diferentes registros. Quienes fueron, quiénes siguen siendo, quiénes son…
Volver para devolver
Tomar una escuela pública, es desde hace décadas una señal de protesta. Asusta y atemoriza a funcionarios saber que una escuela puede ser tomada por alumnos que exigen becas, calefacción, computadoras…
Y esa es la intención, mejorar la calidad edilicia y académica, aunque los métodos no conformen a todos y el negocio de la ignorancia sea el que más intereses ha acumulado a medida que transcurren las décadas que nos separan de aquella Argentina de maestros nacionales líderes en Latinoamérica.
Pues bien, si sólo hay algo que nos une, que nos comprende, que nos abarca y nos identifica y ese algo se puede repetir en algún rincón del corazón, allí debemos estar los adultos “destraídos” acompañando a los chicos “desorientados”. Impulsando y apuntalando a la escuela pública como única arma eficaz para el cambio social y ético que el país necesita.
No será esta “toma” la que cambie la historia, ni este acto el que mágicamente ponga una bisagra, pero el sólo hecho de sentirse en paz devolviendo algo de lo que nos han dado, será reconfortante.
Si todas las vidas de un pueblo, se han cruzado en un punto común y hoy se amasan los resultados en las miles de familias que garabateamos nuestras primeras palabras en los salones de las escuelas rurales y urbanas sustentadas por un estado que alguna vez estuvo un poco más presente, no perdamos de vista que la hazaña puede repetirse.
El viernes a las 19:30 horas
Desde que la Cooperadora de la Escuela Normal comenzó a utilizar un blog para difundir su tarea, la inquietud de muchos ex alumnos aumentó. Empezaron vendiendo pollos un fin de semana y siguieron con varias actividades mientras se gestaba la idea de incentivar a la ciudadanía a volver al establecimiento.
Así, desde el 24 de Octubre, se inició una intensa campaña de difusión que fue acercando ideas e iniciativas de todo tipo, incluido un programa especial en La Radio, donde el periodista, Enrique Pareta, logró arrancar los mejores sentimientos y anécdotas para rememorar extraordinarios momentos de la escuela pública.
En principio, sólo se soñaba con pintar las aulas y recaudar fondos. La Imprenta Giacometti, donó la impresión de 1.500 tarjetas cuyo valor se estableció en 20 pesos. Nadie imaginaba que ese sería el puntapié inicial para la suma de voluntades, que durante el 2008 se reflejó en decenas de oportunidades y hechos. Desde el Operativo Voluntad para sofocar el incendio de pastizales en las islas, a la bandera para el mástil de las barrancas, pasando por la recaudación especial para bomberos, todo indicaba que la ciudad estaba preparada para un final de Oro.
La Escuela Normal, como símbolo de la educación pública, se transformó en un nuevo objetivo a conquistar. El de máxima es que luego del encuentro quede formado un grupo de apoyo económico permanente que adhiera mediante tarjetas de crédito o cuotas mensuales, a un aporte permanente para el sostén de la institución y el estímulo para el mejoramiento académico que necesita; la puesta en marcha de becas a largo plazo para alumnos, capacitaciones especiales para docentes, premios estímulos para el personal, etc.
Así las cosas, llegó la primera donación para pintar un aula completa. Pinturería Imagen de Juan Diego Yunes entregó el material y con la colaboración del Arquitecto Sergio Mantovani y los integrantes del equipo de Rugby Los Biguá se procedió a pintar el salón que será exhibido como muestra el próximo Viernes.
También el empresario René Rodríguez hizo punta con la compra de 50 entradas para ser destinadas a personas que no puedan pagarlas por sí mismas, la donación de dos computadoras para la biblioteca del establecimiento y una beca especial para el alumno que se designe de acuerdo a un reglamento que está a punto de elaborarse.
Por supuesto, las promociones de egresados comenzaron a contactarse y reunir elementos para exponer en las aulas, la Unidad Académica del Establecimiento comenzó a imaginar el museo de la escuela dentro del Salón de Actos y hasta la Secretaría del establecimiento se esmeró para conseguir listados de egresados que permitiesen ampliar la convocatoria.
Un cuerpo de baños nuevos donado por Jorge Caso, dinero en efectivo de la empresa Ramón Rosa, 150 litros de pintura de Pinturería San Pedro, otra beca de La Campiña de Mónica y César, instalaciones eléctricas, cheques por valor de la remodelación de un aula y hasta obras de arte donadas por los artistas Fernando García Curten y José María Villafuerte. Una ex egresada donó una joya de oro que será sorteada el día de la fiesta y la empresa La Ideal Estudiantil, premiará a una promoción con un viaje a Bariloche o a Carlos Paz, siempre y cuando lleve una foto para ser exhibida en el lugar.
En fin, en la página 2 hay una columna que reúne la recaudación hasta el momento, a las que hay que sumar varias que están en trámite ante organismos y empresas.
Tal vez, el año próximo pueda contarse con cierto capital para arrancar el ciclo lectivo en mejores condiciones edilicias y quede algún dinero para incentivar y premiar el buen rendimiento del personal y alumnos.
¿Qué vamos a hacer?
Esa y no otra es la pregunta de todas las personas que han comprado su entrada (todavía tienen tiempo de hacerlo en las oficinas de La Opinión & La Radio en San Martín 73 o comunicándose con la Cooperadora) o de quienes piensan adquirirlas en el stand ubicado en la peatonal o en el acceso a la fiesta.
El acceso será por calle Güemes, donde se estacionarán autos de época. Sobre la vereda y la calle que dan a la escalinata principal, habrá stands donde ex alumnos tomarán datos de los asistentes para mantenerlos informados y contactarlos cuando se cumpla el centenario y personal de la Cooperadora, además de vender entradas y rifas, pueda realizar adhesiones mediante tarjetas de crédito a quienes deseen pertenecer al grupo de apoyo permanente a la Escuela Normal en su calidad de egresados o padres de niños que cursan allí sus estudios.
El hall de entrada exhibirá varias sorpresas que no vale la pena develar. Habrá carteles indicadores y posibilidad de tomarse fotos en un sitio especialmente preparado.
El primer encuentro importante se llevará a cabo en el patio central descubierto donde se emplaza el mástil. Allí se desarrollará el acto protocolar con al menos dos sorpresas de alto contenido emotivo. Finalizada esa etapa que incluirá videos en pantalla gigante, los asistentes podrán comenzar a recorrer la escuela.
Quienes participaron de las legendarias intertribus serán invitados al patio descubierto que se emplaza en sentido a calle Balcarce. Allí habrá juegos deportivos, un bar temático preparado por la promoción 1971, entretenimientos y todo tipo de exposiciones sobre las aulas que conforman esa galería. Desde trabajos realizados por alumnos a muestras de guardapolvos, objetos que pertenecieron a egresados, vestidos de fiesta, útiles escolares, fotografías, videos, un sector donde se exhibirán las tradicionales zapatillas y productos Exporsan y mucho más. En ese mismo sector y sobre el patio cubierto habrá un patio de comidas y bebidas atendido por miembros de la cooperadora.
Quienes deseen recorrer la escuela hacia el sector que da a calle Bv. Moreno, se encontrarán con el patio descubierto destinado a distintos espectáculos. Habrá cantantes de distintas promociones, una pareja de baile y otros atractivos ambientados con luces y música para divertirse. Allí habrá un rincón destinado al viejo Boliche Bravo y un living ambientado para el brindis.
En el patio cubierto de ese sector, también habrá patio de comidas, el kiosco “de Angelita” atendido por la Sra. Rivadeneira como en los tiempos donde la portería funcionaba en el establecimiento, tortas y empanadas donadas para la ocasión y por supuesto hamburguesas y choripanes para quienes no hayan cenado. La panificadora 505 estará presente con todos sus productos y la recaudación será entregada en su totalidad a la Cooperadora.
En todos los salones de la galería del medio, también habrá exposiciones que van desde el diseño de indumentaria de vanguardia a muestras fotográficas y demostraciones realizadas en el laboratorio. En la sala de computación, alumnos del establecimiento harán distintas demostraciones e incluirán fotos en el Facebook creado para este encuentro por los egresados para quedar en contacto para siempre.
Los protagonistas
Se sabe que hasta 1960 los egresados sumaban más de 1.500 incluyendo alumnos de Baradero, Arrecifes y Ramallo. La Escuela Normal NACIONAL Fray Cayetano José Rodríguez, fue fundada junto a otras cuatro escuelas en territorio bonaerense en el marco de una cruzada educativa que empalidecía a América Latina. “Ser egresado del Normal es como salir del Carlos Pellegrini”, era una de las frases preferidas para todos aquellos que jamás imaginaron que durante el gobierno de Menem todos los establecimientos pasarían a pertenecer a la Provincia de Buenos Aires. “Amontonar” fue la consigna, no sólo en lo edilicio sino en lo académico y así están las cosas. Ahora los egresados VUELVEN para apoderarse de lo que les sigue siendo propio por el sólo hecho de ser ciudadanos de la República Argentina.
En esa calidad, César Mascetti, Lalo Mir, Fernando Bravo, Abelardo Castillo, Enrique Matavós y tantos otros profesionales, artistas, albañiles, amas de casa, músicos, deportistas, escritores, profesores, trabajadores rurales, empresarios, chacareros… estarán para decir PRESENTE.
Un postre con sabor a recuerdos
El imponente salón de actos de la escuela – hoy deteriorado por la negligencia del Estado aunque se trate de un edificio perteneciente al Patrimonio Histórico y Cultural- se transformará en museo por un día. Frente al escenario que sirvió en otros tiempos para representar La Casa de Bernarda Alba o la puesta en escena de actos patrios, se colocarán diversos modelos de pupitres de todos los tiempos. Sobre ellos reposarán bolilleros, punteros, el viejo escudo perteneciente a la escuela cuando dependía del Ministerio de Educación de la Nación, mapas, tinteros y otros elementos que serán acompañados por el personal de la Unidad Académica y su Directora Marta Alonso, con recreación de clases magistrales y la participación de una narradora sorpresa.
Allí, por turnos, las visitas podrán disfrutar de un “volver a vivir” pensado para los egresados de mayor edad y para los que hoy cursan sus estudios sin imaginar que el planisferio antes existía por fuera de sus computadoras.
Un postre con sabor a recuerdos
El imponente salón de actos de la escuela – hoy deteriorado por la negligencia del Estado aunque se trate de un edificio perteneciente al Patrimonio Histórico y Cultural- se transformará en museo por un día. Frente al escenario que sirvió en otros tiempos para representar La Casa de Bernarda Alba o la puesta en escena de actos patrios, se colocarán diversos modelos de pupitres de todos los tiempos. Sobre ellos reposarán bolilleros, punteros, el viejo escudo perteneciente a la escuela cuando dependía del Ministerio de Educación de la Nación, mapas, tinteros y otros elementos que serán acompañados por el personal de la Unidad Académica y su Directora Marta Alonso, con recreación de clases magistrales y la participación de una narradora sorpresa.
Allí, por turnos, las visitas podrán disfrutar de un “volver a vivir” pensado para los egresados de mayor edad y para los que hoy cursan sus estudios sin imaginar que el planisferio antes existía por fuera de sus computadoras.
El viaje de Egresados
Todas las promociones que hayan viajado con La Ideal Turismo, deberán llevar una foto detallando el año al que pertenece la promoción y quiénes son sus integrantes. Entre los que coloquen la imagen en el panel, se sorteará un viaje a Bariloche o Carlos Paz, según corresponda a los egresados que hayan viajado en la primaria o la secundaria. La empresa premiará con un viaje para todos los integrantes de la promoción con pensión completa en el mes de Junio de 2009. El reglamento estará exhibido en el stand de la empresa de viajes.
Reglamento
1.-Cada promoción deberá llevar el cuadro mural con las imágenes del Cerro Catedral, Punto Panorámico (5to. año) o la de Córdoba (7mo. grado)
2.- Se colocará el día del sorteo, el nombre y apellido de cada uno de los integrantes de ese Mural y podrán viajar los ahí mencionados.-
3.- Pueden participar únicamente los egresados que viajaron con LA IDEAL TURISMO a ambos destinos: Villa Carlos Paz y San Carlos de Bariloche.
4.- Si los ganadores fueron como ex – egresados a Villa Carlos Paz se le otorgará un viaje a Villa Carlos Paz. Si fuera San Carlos de Bariloche se le otorgará a San Carlos de Bariloche.
5.- Pueden participar solamente los egresados de la Escuela Normal. Ya que en esta ocasión los festejos son conmemorativos a dicho Colegio.
6.- Cada futuro pasajero viajará solo (quedan excluídos: hijos, hermanos y esposos/as)
7.- La fecha del viaje es para el mes de Junio del año 2009, marcando la Empresa el día y hora de salida. Siendo la fecha inamovible. Pasada la misma caducará.
8.- La orden de servicio a los beneficiarios es incanjeable por otros viajes y/o por dinero.
9.- Cada viaje por destino tiene las siguientes características:
SAN CARLOS DE BARILOCHE
Duración: 8 días/ 5 noches de alojamiento
Transporte en Bus ida y vuelta.
Régimen de comidas: pensión completa (desayuno, almuerzo y cena).
2 excursiones: Circuito Chico y Cerro Catedral.
VILLA CARLOS PAZ
Duración: 6 días/ 4 noches de alojamiento.
Transporte en Bus ida y vuelta.
Régimen de comidas: pensión completa (desayuno, almuerzo y cena)
2 excursiones: Vuelta al Dique San Roque y visita a fábricas regionales.
10.- El sorteo se hará el día del evento en el mismo colegio.
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La toma de la escuela me ha tomado el alma
En el programa de LA RADIO me tomó de sorpresa recibir un llamado telefónico mientras estaba enviando un mensaje por Internet. Una voz desconocida me previno que me llamaban de San Pedro, algo nada raro, pero se trataba de algunos de mis ex alumnos que querían recordar conmigo algunas de aquellas clases entrañables en que no sólo abordábamos la asignatura, sino que aprovechaba para incluir algún ejemplo práctico que hiciera más entendible la materia, tal como fue mi costumbre desde aquel 10 de abril de 1958 en que di mi primera clase de contabilidad en 3º Comercial. Aquel llamado tuvo la virtud de acelerar mi corazón de 84 años de penas y alegrías, pensando cual de aquellos se estaría acordando de mí, a sabiendas que sería más de uno, tanto que 58 de ellos han pasado a visitarme por aquí, incluyendo tres profesoras, la Sra. de Montaldo, Pepita Thomas y Emilce Contreras. La primera en tomar la palabra fue Nancy Febrer, luego Muntané, “Chiche” Cejas y Nancy Batalla. No atinaba en modo alguno coordinar mis pensamientos tratando de recordar anécdotas, pero ellos se encargaron de hacerme presente más de una… y a cual mejor, de los miles y miles, que en casi treinta años de docencia y una inmejorable relación con mis alumnos, permanecieron más en la memoria de ellos que en la mía, que afortunadamente se mantiene activa a pesar de mi “añejamiento”. Recordamos así que a pesar de haber empezado a trabajar apenas recibido de perito mercanil en Buenos Aires, como cadete de una empresa llegué a contador al cabo de catorce años, en que me retiré para crear un estudio contable-impositivo con mi compañero de 2º año Comercial, que al cabo de tres años disolví la sociedad porque aquella profesión no me gustaba.
Desde chico pasaba mis vacaciones en San Pedro, hasta que me casé con una sampedrina, y quiso la casualidad que ocupara la vacante de contabilidad, más adelante tomé economía política y organización del comercio y de la empresa, hasta que como “para descansar” tomé las horas de mecanografía y estenografía, donde dados los rudimentos iniciales los que tienen que trabajar son los alumnos y el profesor dar un vistazo… de tanto en tanto, tanto que creo ya no se dictan pues hasta los taquígrafos emplean máquinas especiales e inventado el grabador la cosa es mucho más fácil y segura.
Al recordar las actividades extraescolares … como los trece viajes a Bariloche que acompañé a mis alumnos desde que se inventaron hasta el propio año de 1985 en que me jubilé, fueron experiencias fabulosas, aunque ninguna como aquel “Descubrimiento de América” que teatralicé a orillas del Paraná, con el barco del Prof. Robelo Pérez aparejado más pintón que la propia “Santa María”, con Mateo Sbert, el héroe de Malvinas, de Fernando el Católico,
Cristina Pérez, de Isabel la Católica (el papá nos había dejado el barco), “Pirulo” Calonge, de Cristóbal Colón, y “Bocha” Bello, de Rodrigo de Triana. Los chicos de 1er. año eran los indios que esperaban a Colón en la playa del Náutico y en lugar de tirarle las flechas que tenían preparadas, empezó a llover… y me lo taparon a pelotazos de barro. Fue un final mucho mejor del que estaba previsto en el libreto, puesto que la multitud que se había reunido premió a los actores con la más rotunda carcajada.
Fue una larga y entrañable conversación, matizada por el cariño que nos seguimos profesando. Ya me pasó otra vez, y a través de LA RADIO, con Tito Pochulú “Fernando Bravo” que transmitía desde Radio del Plata. Algo que no tiene precio y debemos agradecer a la tecnología bien empleada. Aparte de la emoción de esos encuentros cargados de añoranza, se sucedieron numerosos llamados telefónicos desde San Pedro, y hasta Juan Gabriel Marelli Manresa, otro de los ex alumnos, que nos oyó por Internet desde Palma de Mallorca, donde está gozando de una beca en la Universidad de las Islas Baleares desde hace más de un mes.
Espero que cuando se reúnan el próximo día 5 en le local de la Escuela, allí estaré presente espiritualmente junto a todos los alumnos, egresados, profesores, preceptores, personal no docente y autoridades, acto que seguramente se transmitirá y procuraré seguirlo por Internet, tal como ahora mismo estoy enviando este atropellado sentimiento de gratitud hacia todos, y a LA OPINIÓN en especial que lo está haciendo posible, con un estrecho abrazo cordial.
– por Miguel A. Bordoy, –