El vecindario de la casa “tomada” sigue en alerta
La semana pasada hubo nuevas reuniones con las autoridades porque la casa de Alvear al 400 sigue sin ser desalojada. Los vecinos siguen alarmados y hasta enojados con la prensa por una situación que ni la policía, ni la justicia resuelven definitivamente.
La casa “tomada” por varias personas con antecedentes que diera lugar a un operativo policial sin ningún tipo de resultado hace tres semanas, sigue siendo un verdadero dolor de cabeza para los vecinos que viven en Alvear, entre Miguel Porta y Bottaro, y su zona de influencia.
La respuesta ofrecida por las autoridades ha sido tan poco clara y eficiente hasta el momento, que no es raro que la preocupación haya dado lugar a una honda indignación en los últimos días. La semana pasada, un grupo de vecinos se reunió en el despacho del intendente con el Secretario de Gobierno y con el Capitán Jorge Ortega, y la respuesta fue similar: se está aguardando una orden judicial para desalojar a las personas que allí viven. Pero la orden no llega. Mientras tanto, el jefe policial prometió una vigilancia constante ante la demanda de quienes participaron del encuentro, pero en los días siguientes sólo de a ratos llegó alguna patrulla policial para instalarse y controlar esa vivienda ubicada en Alvear 420. Algunos de los vecinos, se mostraron molestos incluso con la prensa por la difusión del caso, pero la verdadera respuesta que deben dar en el ámbito judicial o policial jamás llega. “Intentamos que hagan algo pero es difícil. Hay una actuación policial pero es complicado, y mientras tanto estas personas gozan de una impunidad total”, dicen.
“Colgados” hasta de la luz
El panorama que plantean los vecinos diariamente es cada vez más preocupante, porque quienes habitan esa casa “se drogan”, y hasta “se corren con cuchillas”, según indican en sus testimonios.
“Nosotros estamos indefensos porque no podemos salir de nuestras casas por temor a que entren a robar”, ejemplifican, y se muestran indignados también por la presencia de dos menores de edad que viven en ese lugar y por supuesto también son víctimas de semejante situación.
La impunidad a la que aluden es tal, que hasta están “colgados” de la red de energía eléctrica pero aunque el caso fue denunciado a la Coopser hasta el momento no se tomaron medidas, y los habitantes del lugar dejan encendida incluso durante el día la luz de la calle, porque “total no pagan nada”.
Todos son conscientes que la única solución la puede brindar la justicia, pero conociendo los antecedentes de estas personas que fueron hace poco tiempo el dolor de cabeza de otros barrios en los que vivieron, la pregunta es cuál será su próximo destino.