El sueldo de los municipales, cuesta arriba hacia diciembre
El Gobierno reunió a los sindicatos, que pidieron entre 15 y 19 por ciento para el segundo semestre, tras obtener 21 en el primero. La semana que viene volverán a reunirse y la previsión es que la oferta no supere los 10 o 12 puntos. De cualquier manera, será en cuotas e implicará una erogación muy importante para las finanzas públicas. El próximo intendente será quien deba pagar el medio aguinaldo con el último incremento.
Tras quedar afuera de la disputa por la intendencia, el Jefe Comunal Fabio Giovanettoni convocó el viernes pasado a los cuatro sindicatos municipales para cumplir con lo que se había comprometido: reunirse para debatir el incremento salarial del segundo semestre para los trabajadores.
El acta que cerró el primer conflicto de este tipo decía que iban a encontrarse el día del amigo. Sin embargo, el 20 de julio pasó sin convocatoria. También pasaron las elecciones Primarias en las que Giovanettoni perdió la interna con Pángaro, quien de todas maneras quedó a la mitad de votos que Salazar, el gran triunfador rumbo a octubre.
El detalle de la interna no es menor: el Ejecutivo pagó los salarios el miércoles pasado, en tiempo y forma, y en medio de la persistencia del conflicto con los médicos y del anuncio de retención de tareas por parte del Sindicato Único de Juan Cruz Acosta por reclamos de seguridad e higiene.
Cruzadas las Paso, ATE se plegó a la medida de fuerza, que sumó la falta de convocatoria que finalmente llegó para el viernes. En ese marco, buena parte del Municipio sigue sin funcionamiento e incluye a algunas áreas que podrían ser consideradas servicios esenciales. Asesoría Letrada pidió intervención al Ministerio de Trabajo y advirtió que habrá descuentos.
Puntos más, puntos menos
Los secretarios de Gobierno Martín Baraybar y de Economía Roberto Borgo encabezaron la reunión con los cuatro sindicatos. Allí quedaron expuestas las pretensiones: entre 15 y 19 por ciento.
El Sindicato de Trabajadores Municipales, con Alberto Barrios y Rafael Medina, pidió un 15 por ciento. ATE, representado por Gustavo Gauna y Ramón Machado, solicitó un incremento de entre 17 y 18 por ciento de aumento.
Por su parte, el Sipem de Juan Kasta y Rosa Celié no pusieron número y señalaron que el aumento debe alcanzar la previsión inflacionaria para el año en curso y el Sindicato Único de Juan Cruz Acosta y Raúl “Chipi” Benítez pidió un incremento del 19 por ciento. Todos coincidieron en que la suma debe ir al salario básico de los empleados y por lo tanto también moverá la aguja de las dietas de los concejales que se calculan sobre el básico.
La reunión pasó a un cuarto intermedio hasta el jueves próximo al mediodía, a solicitud del Ejecutivo, que estudiará las posibilidades de aumento. Baraybar y Borgo aclararon que “el primer pago del aumento podría ser con el salario del mes de septiembre”, lo que indica que sería escalonado hasta fin de año.
El incremento sería pagado, entonces, recién cuando cobren en octubre. La primera cuota de quizás tres, lo que extendería hasta diciembre la situación. En el Gobierno hacen números y menean la cabeza. Cualquier porcentaje de lo solicitado es mucho.
El problema será del nuevo intendente
El cálculo del Ejecutivo, que recuerda que en el primer semestre el aumento fue del 21 por ciento y que acumulado alcanza el 24,5, es que lo ideal para estar en consonancia con índices inflacionarios que promedien el Indec y el extraoficial sería entre 7 y 9 por ciento. Saben que ese porcentaje sería rechazado, por lo que analizan un ofrecimiento que oscile entre el 10 y el 12, de acuerdo a la tensión del debate. Una de las posturas es ofrecer el 5 y cerrar la discusión.
No es lo mismo la planificación de quien aspira a seguir en el poder que de quien tiene como único objetivo a la vista entregar un municipio lo más ordenado posible a quien lo suceda el 10 de diciembre. En el gabinete de Giovanettoni parecen estar decididos a que su interregno sea recordado de esa manera. Tras quedar afuera de la contienda electoral, su objetivo es que por lo menos se diga que cumplieron con el cometido con el que asumieron tras la renuncia de Guacone.
Un cálculo aproximado permite establecer que un 10 por ciento de aumento significará para la masa salarial de planta alrededor de 750 mil pesos. Un 15, alrededor de 1.100.000. Un 20, alrededor de 1,5 millones
El monto es muy importante y disparará el ya elevado porcentaje de incidencia de los sueldos en la ejecución presupuestaria, al punto de que llevaría la erogación salarial a entre 8 y 9 millones por mes, sin contar que pasado el verano sobrevendrán nuevos reclamos de aumento.
Quien gane las elecciones en octubre asumirá con la responsabilidad de tener que pagar aguinaldos, que llegarán con la última cuota del eventual incremento. No es sencillo para ninguno: los dos que más posibilidades tienen son de extracción peronista, para cuya doctrina si hay algo sagrado es el bolsillo de los trabajadores.
El más votado, Cecilio Salazar, tiene otro plus: opositor acérrimo al gobierno nacional, acompañó todas y cada una de las demandas del sindicalismo, desde el 82 por ciento móvil a la paritaria sin techo, del grito por el escandaloso toqueteo de los números del Indec a la calificación de “impuesto al trabajo” al que grava los altos ingresos. En el caso de Pángaro y con mejor relación con Scioli que gobernará hasta ese día la provincia las cosas no son diferentes pero sí probables. Tal vez una reunión de candidatos con el Intendente sea el remedio para una enfermedad que todos padecieron y probablemente padecerán.