El rol del psicólogo en la cirugía bariátrica
Desde una experiencia personal, la licenciada en psicología Paola Vaccari repasa la importancia de acompañar al paciente antes, durante y después de la cirugía para perder peso a través de la reducción de la ingesta de alimentos, así como la necesidad de un abordaje interdisciplinar a la hora de tratar a una persona que decide avanzar en un tratamiento de esas características.
Por Lic. María Paola Vaccari – MN. N° 67921 – MP. N° 20274
La obesidad ha sido declarada la epidemia del siglo XXI, en aumento en el mundo y nuestro país no queda al margen de la misma. En la Argentina el 60% de los habitantes tiene sobrepeso y según la OMS (Organización Mundial de la Salud) junto con Canadá y Estados Unidos tienen las tasas más altas de América, siendo nuestro país el de mayor obesidad infantil en América Latina.
Sabemos que la obesidad tiene entre los factores de riesgo tanto físicos (enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas), como psicológicos (angustia, ansiedad, discriminación, bullying, aislamiento social, baja autoestima, trastornos de conducta alimentaria) y suscita especial preocupación, dado que puede anular muchos de los beneficios sanitarios que contribuyen a mejorar la esperanza de vida.
Ante ello nace la cirugía bariatrica como herramienta ante la obesidad, buscando la disminución del peso y como alternativa a otros tratamientos no quirúrgicos. La cirugía bariátrica (pérdida de peso) es el conjunto de procedimientos quirúrgicos utilizados para tratar la obesidad, buscando la disminución del peso corporal, a través de la reducción de la ingesta de alimentos y como alternativa al tratamiento con otros métodos no quirúrgicos que han fallado. Es una técnica que altera la anatomía del estómago, el tubo digestivo principalmente, el intestino.
En la actualidad es la única opción que trata de manera eficaz la obesidad mórbida en personas para quienes otras medidas como la dieta y el ejercicio no han dado resultado. Asimismo, es una opción exitosa para pacientes que además de la obesidad, tienen comorbilidades como diabetes, hipertensión, epoc (apnea del sueño), problemas de corazón, colesterol y triglicéridos; es una excelente herramienta pero implica el compromiso del paciente para cambiar hábitos alimentarios y de vida.
Hay varios enfoques para la cirugías bariátricas laparoscópicas, según los objetivos que se planteen, como lo son: Banda gástrica ajustable, Gastrectomía vertical, Gastroplastia tubular plicada, Cruce duodenal, Derivación biliopancreática, Bypass gástrico, siendo de todas ellas las más usadas el Bypass gástrico, utilizado para pacientes que deben perder mucho peso y la manga gástrica, utilizada en aquellos que deben perder menor cantidad de peso.
Es una cirugía que, como cualquier procedimiento quirúrgico, despierta grandes niveles de estrés, tiene sus riesgos y despierta componentes neurofisiológicos (sudoración, taquicardia, hipertensión, etc.), conductuales (expresión facial, tono de voz, ritmo acelerado, etc.) y cognitivos (miedo, angustia, fantasías, pánico, ansiedad, etc.).
Además, es una cirugía que implica un gran cambio en la imagen corporal y en la psiquis del paciente, por ello es de fundamental importancia el rol del psicólogo, antes, durante y después de la misma, y un procedimiento que los mismos utilizan es la psicoprofilaxis quirúrgica (es un tratamiento psicoterapéutico preventivo, breve y focalizado para promover el funcionamiento afectivo, cognitivo, interaccional y comportamental del paciente; recurso que le permite afrontar la intervención quirúrgica con mayores conocimientos, menos nivel de estrés, miedos y ansiedad y facilitar su recuperación biopsicosocial); dentro de un equipo interdisciplinario donde será importante en la cirugía bariátrica el seguimiento post operatorio de los profesionales de las áreas clínica, nutricional, deportiva y psicológico.
Del área clínica porque, dado que estas técnicas permiten una gran bajada de peso donde se absorben muchas calorías de la comida que se ingiere y al absorber menos calorías se absorbe menos nutrición como hierro, ácido fólico, etc., es por ello que el paciente debe tener un control clínico para no llegar, por ejemplo, a una anemia o en el caso de pacientes diabéticos será importante controlar su glucemia, dado que como dijimos una de las ventajas de este tipo de cirugías es la disminución de la misma.
Del área nutricional porque los pacientes, además de llevar un régimen de líquido a sólido, un aprender a comer, deberán aprender a alimentarse sano, no olvidemos que la cirugía bariática es una herramienta para la bajada de peso, por lo que lo demás pasa por el comer sano y restringir las cantidades, de lo contrario a largo plazo se subirá de peso. Recordemos que el estómago es como una media si le incorporamos piedras a la misma esta se agranda, pues lo mismo pasa con el estómago si luego se comienza a incorporar comida en mayor cantidad de lo requerido se vuelve a engordar.
Del área deportiva el ejercicio físico es parte esencial del tratamiento, desde el momento en que un paciente contemple la posibilidad de la operación para continuar lo antes posible en el postoperatorio, con el objeto de modificar el estilo de vida y el sedentarismo, y será importante que este monitoreada personalmente por un profesional a efectos de reforzar su motivación, hacerle consciente de sus posibilidades y evitar lesiones, así como mejorar la quema de grasa y aumentar la masa muscular magra.
Y finalmente del área psicológica donde será de vital importancia el rol del psicólogo en la cirugía bariátrica, como en cualquier otra intervención quirúrgica, con conocimientos del tema, en trastornos alimentarios y en obesidad, así como en intervenciones desde la terapia cognitiva conductual, tanto en el pre operatorio, donde se lo evaluara emocionalmente, su capacidad de comprensión, sus hábitos de alimentación o sea su conducta alimentaria, su imagen corporal, si existe alguna patología o trastorno severo que contraindique la cirugía, el apoyo familiar.
Todo ello se hará a través de entrevistas donde se apuntará a construir su historia clínica, su historia de la obesidad, sus intentos de bajada de peso a lo largo de los años, sus frustraciones, sus temores; se evaluara hábitos de sueño, si la persona fuma, toma alcohol, consume sustancias, así como su motivación, porque decidió operarse, y qué expectativas tiene; sus contraindicaciones como comorbilidades, distorsión del esquema corporal, trastornos alimentarios ya sea atracones, pica, el nivel de ansiedad que lo lleva a comer de manera rápida y nerviosa, lo que nos permitirá conocer la historia con las emociones, con el sobrepeso, con su cuerpo y su historia clínica.
Asimismo, una vez armada dichas historias se hará psicoeducación con el objetivo de que el paciente llegue a la cirugía lo más preparada posible emocional y conductualmente a efectos de disminuir el sentimiento de incertidumbre que muchas veces provoca angustia y ansiedad; trabajando a través de técnicas cognitivas y conductuales, siendo la terapia cognitiva la más eficaz para el tratamiento de la obesidad y la psicoprofilaxis quirúrgica.
Es decir se busca acompañar al paciente antes de la cirugía, mientras atraviesa la misma y en el postquirúrgico, trabajando la reeducación alimentaria, sus cambios de hábitos, conductas y de imagen corporal, así como en el caso de que el paciente tenga alguna complicación durante o luego de la cirugía, especialmente si debe despertar en una terapia intensiva. No olvidemos que como en toda cirugía hay riesgos y hay pacientes con mayor riesgo que otros y en la mayoría de los casos se sienten indefensos y vulnerables antes de ingresar a un quirófano, lugar este desconocido y asociado a riesgos.
Asimismo en la psicoeducacion, se le explicara la cirugía, los riesgos, los pasos, los cuidados posteriores a la misma, así como se trabajara con los errores que el paciente tiene con su conducta diaria tanto de alimentación como del sedentarismo. Todo ello permitirá enfrentar la cirugía conociéndola, corregir hábitos de conducta alimentaria y de vida, bajar niveles de ansiedad, conocer sus emociones, sus pensamientos, para no volver a subir de peso así como para mantenerse en el peso adecuado a efectos de evitar recaídas en viejas conductas alimentarias; recordando siempre que la cirugía bariátrica es solo una herramienta y que es fundamental el rol del psicólogo antes, durante y luego de la cirugía con una buena adhesión a la alianza terapéutica y al tratamiento para el bienestar del paciente y su familia.
Será, también importante, el rol del psicólogo bariatrico dentro de todo el equipo interdisciplinario a los efectos de observar la adhesión de los pacientes tanto a los profesionales como al tratamiento, por lo que en el siglo XXI, debemos derribar los mitos en relación al lugar del psicólogo y brindémosle un lugar en las cirugías, especialmente en la cirugía bariatrica, dado la cantidad de cambios que la misma genera.