Querido amigo, te fuiste de viaje casi sin avisar. No llegué a San Pedro físicamente, pero qué querés que te diga… mejor.
Mejor porque no dudo que seguimos juntos, vos ahora en el tiempo sin tiempo (la eternidad) y nosotros en este mundo del demiurgo, peleándole a esta realidad clonada para que el sufrimiento de tantos sea cada vez menor, y logremos vencer, con Amor, al mal.
Mejor porque inevitablemente guardo tu sonrisa, tu humor, tu tono comprensivo y conciliador.
Mejor porque así conservo intacto el recuerdo de tantas jornadas de debate y reflexión, las que vos cerrabas con tu toque de adecuada puntuación, perfeccionando el estilo y cuidando la redacción.
A mí me tocó conocerte en estos últimos ocho años, gracias a que Alicia un día me dijera “te voy a presentar a un amigo que seguro te va a gustar, que rápidamente van a congeniar”. Y la verdad fue que casi sin darnos cuenta pasamos a ser parte de ese hermoso engranaje de sueños y concreciones de pequeños aportes que el cambio de rumbo de Néstor nos permitió ver como realidad.
Vos fuiste cumpa en La Plata de aquellos hermanos “terribles” que le metían para adelante, soñando siempre con cambiar la sociedad.
Vos también padeciste las dictaduras militares, la prohibición de pensar, de ser y de sentir el peronismo, de siendo “blanco” haberte identificado con “los negros”, de siendo “civilizado” haber defendido a los “bárbaros”, de siendo universitario y “pensante” haber abrazado la causa de la Justicia Social, de los que “no entienden”, de los “brutos”.
Vos, igual que millones de argentinos, vivimos y vimos cómo generacionalmente teníamos una nueva oportunidad cuando en la Argentina floreció la primavera que se inició en esta era K.
Elvio, te fuiste pero estás. Nos dejás tu sonrisa, tu humor, tu militancia, y la convicción compartida de que nuestros hombres parten, pero nuestras mujeres siguen, no aflojan y continúan la tarea sin descansar. Adiós cumpa querido, en algún momento, inexorablemente, nos volveremos a juntar.
José Luis Di Lorenzo – En losocial.com.ar
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