El pasado jueves el paro general nacional impulsado por la CGT tuvo en San Pedro un grado de adhesión dispar. En la Municipalidad y sus oficinas externas siguieron su curso normal al igual que en el Hospital Subzonal Emilio Ruffa, Afip, Pami, Anses y el Centro de Comercio. La Coopser no atendió al público en sus oficinas, pero mantuvo abierta la guardia del nuevo sanatorio. Desde el Sindicato de Empleadosde Comercio anunciaron que no tendrían actividad, aunque la mayoría de los comercios eligió no “perder” el día laborable.
Las entidades bancarias Nación, Provincia y Santander operaron, a diferencia del Industrial, que tuvo atención restringida, y Macro y Galicia permanecieron cerrados. Feb y Suteba, los dos gremios que representan al grueso de los docentes sampedrinos, pararon con alto grado de acatamiento, aunque hubo “comedores y cursos de escuelas que funcionaron”, según relevó el presidente del Consejo Escolar, Gustavo Liloff. Desde el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación local comunicaron que parte de la empresa Arcor permaneció parada por adhesión de un sector de los trabajadores y por falta de transporte ante la inclusión de Camioneros en la medida de fuerza. La Federación de Obreros y Empleados de la Industria del Papel, Cartón y Químicos —Papeleros— tampoco prestó servicios y Sitraic fue el único gremio que manifestó en la peatonal, para luego marchar hasta el municipio y entregar un petitorio al intendente, que finalmente recibió Silvio Corti.
El Sindicato de Embaladores, por su parte, también se sumó a la huelga, pero “de forma forzosa, porque no hay nada de trabajo”.